Inicio | Editor | Contáctenos 
 
 


Dirigida a todos los chilenos
Pinochet justifica en una carta póstuma el golpe de Estado y dice que volvería a hacerlo
 24 diciembre, 2006
Lamenta los dolores que provocó y dice que si se repitiesen las circunstancias de entonces, volvería a hacerlo, pero "con mayor sabiduría".
Tales afirmaciones están contenidas en un texto titulado 'Mensaje a mis compatriotas', un documento póstumo que el ex gobernante (1973-1990) dejó a los directivos de la fundación que lleva su nombre. Estos decidieron que fuese publicado este domingo por constituir, a su juicio, "un mensaje de unidad hacia los chilenos" y por su valor histórico.


Augusto Pinochet, el último acto de la tragedia chilena
Antonio Sánchez García
Se nos van los dos dictadores que marcaran nuestras vidas durante el último medio siglo de turbulencias en América Latina.  Este domingo 10 de diciembre de 2006,  a las 2 y cuarto de la tarde lo ha hecho Augusto Pinochet Ugarte, cumplidos sus 91 años. Fidel Castro Ruz, su contra figura, agoniza a sus 80 y ya parece haber traspasado el umbral de la inconciencia. La historia se encargará de establecer el balance de sus respectivas acciones. Pinochet se vio obligado a permitir el traspaso a la democracia mediante un plebiscito ejemplar tras 17 años de despotismo. Había creado las condiciones económicas de una sana economía de mercado que requería de la democracia como condición de su posterior afianzamiento. Y su retiro del Poder. Hoy, a 18 años de ese plebiscito y a 33 del golpe de estado, Chile florece como el más próspero y estable de los países de la región. El otro muere atornillado en su trono luego de 48 años como amo y señor de su ínsula, todavía dependiente de la asistencia internacional, arruinada consciente y sistémicamente para estabilizar el sometimiento político de una población mendicante.


América del Sur y la muerte de Pinochet
Manuel Malaver
Como siempre soñé con un día en que los latinoamericanos dejáramos de hablar de dictaduras y dictadores, entonces pueden imaginarse mi incomodidad al no poder escapar al díctum de tener que referirme a la muerte del dictador chileno, Augusto Pinochet. Y lo que es peor: de tener que  ocuparme dentro de poco del deceso de otro dictador, y quien sabe si durante los próximos 10 años o más mantenerme atareado entre dictadores que aparecen, desaparecen, o reaparecen en una suerte de ritual de abominación de la muerte, la violencia y la fatalidad que a marchas forzadas nos estrecha en su círculo de hierro. Porque es que, contrario a lo que pensaron los hombres de mi generación y de otras generaciones, la materia prima para la formación de dictaduras y dictadores en América del Sur no se agotó con Pinochet, y sus congéneres de Brasil, Uruguay y Argentina durante los 70 y 80 y más bien como en un magma silente pero bullente se mantuvo a la espera de las condiciones que la hicieran irrumpir a flor de tierra.


Pinochet no vino de otro planeta
Sergio Muñoz Riveros
Cuando los dictadores desaparecen, y se inicia entonces el lento y fatigoso proceso de dejar atrás la brutalidad, el miedo y las pesadillas, mucha gente tiende a verlos como la encarnación de todos los vicios, con lo cual se vuelve borroso el contexto en que surgieron y actuaron. Lo tradicional es que el tirano pase a personificar el mal absoluto a los ojos de la mayoría, que su figura se convierta en una excusa global de los pecados colectivos, esas miserias que nos provocan desazón porque obligan a responder por lo que cada uno hizo o dejó de hacer para que la tiranía fuera posible. Es como si la sociedad, al enfrentarse al balance de los horrores, se empeñara en no reconocer su paternidad sobre el dictador, en negar todo parentesco con su monstruosidad.


El tirano murió como paria
Ted Córdova-Claure
Augusto Pinochet, el dictador chileno que apoyaron el presidente Nixon y el secretario de estado Kissinger, murió como un paria, pero sin haber sido juzgado por los más de 3 mil asesinatos que ordenó. Pinochet protagonizó uno de los periodos más negros de Chile. Pero, de su pérdida del poder, esta resurgiendo, como el ave fénix, una de las más dinámicas expo-democracias de América latina.

Arriba     


© Copyright 2006 - WebArticulista.net - Todos los Derechos Reservados.