Versátil
Alexis
Márquez Rodríguez
domingo,
19 diciembre 2004 |
Una
inteligente lectora y muy querida amiga se muestra preocupada
porque alguien le dijo que ella usa mal el vocablo versátil,
para referirse a ³una condición de la identidad de género femenino
que reconoce en las mujeres, por socialización, la capacidad de
pasar sin mayores problemas de una actividad a otra². En efecto,
ese es el criterio de un también talentoso lector y buen amigo,
generalmente muy bien informado, para quien ese uso de versátil
es un execrable anglicismo, pues ³para nosotros debiera indicar
volteable, mudable, voluble, pero que en el uso común designa
a algo con múltiples propiedades o cualidades².
MI amiga puede estar tranquila, y seguir usando versátil
con el significado que siempre le ha atribuido. El equivocado es
el amigo que le señaló un inexistente error de semántica.
El DRAE registra tres acepciones del adjetivo versátil:
³Que se vuelve o se puede voltear fácilmente. || 2. Capaz de
adaptarse con facilidad y rapidez a diversas funciones. || 3. De
genio o carácter voluble e inconstante². Como se ve, la segunda
acepción da exactamente la idea con que mi amiga usa con toda
propiedad esa palabra. El error de quien piense lo contrario se
origina, seguramente, en el hecho de que esa segunda acepción fue
incorporada al DRAE en su última edición, la 22ª, de 2001. Antes
sólo registraba las otras dos.
Uno de los problemas de los diccionarios también una de sus
virtudes es que se renuevan constantemente, y de una edición a
la siguiente siempre se incorporan nuevas palabras y nuevas
acepciones de las ya existentes, o se corrige definiciones
incompletas o equivocadas, todo ello a fin de adaptarse a las
nuevas necesidades expresivas, que en el mundo contemporáneo, tan
dinámico y versátil, aparecen frecuentemente. Por eso,
especialmente quienes nos ocupamos de los asuntos del idioma
tenemos que estar al día, o al menos tratarlo, y no hay más
remedio que adquirir cada nueva edición del diccionario,
especialmente del DRAE, por más costoso que sea. De lo contrario
nos quedaremos desfasados.
Este desfasamiento es de por sí muy malo, pero es peor cuando no
se trata de personas consideradas individualmente, sino de un
diccionario, tal como ocurre con el de todos modos magnífico Diccionario
de uso del español CLAVE, según el cual versátil ³No
debe emplearse con el significado de polifacético².
El excelente y muy moderno Diccionario del español actual,
de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos, es aun más amplio,
pues a las dos acepciones tradicionales de versátil agrega
las siguientes: ³Cosa adaptable o útil para diversos usos (Š).
Persona capaz de adaptarse a actividades o situaciones diversas².
Es decir, que el adjetivo versátil se puede aplicar a
objetos materiales: herramienta versátil; un salón muy
versátil; vehículo versátil; o a personas: un funcionario
muy versátil; Fulana es una actriz muy versátil; el profesor es
una persona versátil.
Que esta acepción de versátil como sinónimo de
adaptable, polifacético, etc., sea un anglicismo es
irrelevante. No se puede execrar un vocablo o expresión de
cualquier tipo por el solo hecho de que provenga del Inglés o de
otras lenguas. Son los llamados préstamos lingüísticos,
plenamente normales, y hasta inevitables, entre idiomas cercanos,
bien sea por razones geográficas, como es el caso del Inglés y el
Castellano, bien por afinidades de origen, como ocurre con el
Francés o el Italiano con respecto a Hispanoamérica. Es muy
respetable el criterio de don Andrés Bello, según el cual una de
las condiciones para que se acepten esos préstamos lingüísticos
es que no haya en nuestra lengua el vocablo que exprese clara y
exactamente la idea que se quiera expresar. Ello supuestamente
haría inaceptable el uso de versátil en el sentido
indicado, puesto que tenemos polifacético, que significa
más o menos lo mismo. ¿Por qué no también polifaculto, no
incorporado al DRAE, pero de uso popular venezolano? Sin embargo,
tan respetable como la idea de Bello es también la de que la
gente tiene derecho a enriquecer semánticamente su idioma, y nada
obliga a encasillarse en una sola palabra para cubrir una idea o
concepto. El Castellano es un idioma muy rico en sinónimos, y esa
es una de sus principales virtudes. Y hay en los
castellanohablantes una tendencia natural a la variación y la
versatilidad lingüística, lo cual se traduce en la invención o
adopción de nuevas palabras, o en otorgarle a las ya existentes
nuevas acepciones, como en este caso.
Sin embargo, tampoco se trata de una patente de corso, que cada
quien pueda usar por la libre. Aquella facultad debe usarse con
prudencia y sindéresis. La acepción de versátil como algo o
alguien ³Capaz de adaptarse con facilidad y rapidez a diversas
funciones² no es extraña ni a la raíz etimológica de la palabra,
como enseguida veremos, ni a las otras dos acepciones registradas
en el DRAE. De modo que no es una arbitrariedad. Además, no me
parece que polifacético tenga la misma exactitud que
versátil en este caso, entre otras razones porque
polifacético es aplicable solamente a personas, y decir de
ciertas cosas, como una herramienta, un edificio o un vehículo,
que son polifacéticos resulta un poco torpe, además de
cultista y engolado.
De modo que no siempre el uso de un vocablo extranjero es
pertinente, y antes de adoptarlo hay que tener muy claro si es
válido y se justifica plenamente. Y si es así, no importa que el
préstamo provenga del Inglés o de cualesquiera otras
lenguas.
Nada de lo dicho niega que nuestro idioma esté siempre amenazado
de deformación, entre otras razones por el uso indiscriminado una
verdadera invasión de vocablos y expresiones extranjeros,
particularmente del Inglés estadounidense. Y no sólo el idioma,
sino nuestra cultura en general, como puede verse con tanto
criollo ridículamente vestido de Santa Claus, tanto pino cubierto
de nieve de utilería, tantos trineos con sus renos desplazándose
sobre falsas pistas de nieve... Esto es un hecho difícil de
combatir, no sólo por la cercanía geográfica y otros factores que
nos imponen una relación muy directa, sino también porque esa
relación entre Estados Unidos e Hispanoamérica se plantea dentro
de un esquema imperial, que explica que sea mayor la influencia
del Inglés sobre nuestro idioma, que la del Castellano sobre el
Inglés. Aunque de hecho esto último está cambiando, por la
presencia en Estados Unidos de una comunidad hispana cada vez
mayor y muy activa, por lo que muchos estadounidenses comienzan a
ver amenazadas su lengua y su cultura. En algunas zonas de Nueva York,
por ejemplo, no es raro ver en las puertas de los establecimientos
un cartelito que advierte que allí se habla Inglés.
Versátil es vocablo de origen latino, y deriva de
versatilis, que significa movible, giratorio, que da
vueltas. También flexible, que se pliega a todo, como
se lee, entre otros, en algunos textos clásicos (Diccionario
latino-español, español-latino Sopena; 1997). Como se puede
ver, sobre todo por este último significado, en la propia raíz
latina de versátil está latente su valor moderno como
sinónimo de adaptable, polifacético, etc.
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