El
ropaje jurídico de la dictadura chavista
Luis
DE LION
jueves,
16 diciembre 2004 |
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Acatada la orden que
desde Miraflores recibiera la mayoría oficialista de la Asamblea
Nacional y consumada ésta a través de la juramentación de los 49
nuevos magistrados del TSJ, Venezuela entró de lleno en la era de
la justicia supremamente bolivariana. Digo esto, por cuanto quedó
claro y como tal debe ser asumido, que el punto de partida para
todo aquél que vaya a administrar justicia en Venezuela de ahora
en adelante, es que lo hará a partir de su militancia política.
Atrás quedaron las concepciones de derecho, las interpretaciones
jurídicas y lo más peligroso, desaparecen los derechos
constitucionales.
La primera víctima es
la llamada igualdad, ante la poderosa justicia bolivariana no
todos somos iguales. Desde ayer quedó institucionalizada la
división de la ciudadanía venezolana entre aquéllos que simpatizan
con el régimen y aquéllos que se oponen.
El derecho
constitucional venezolano, ha sufrido un duro revés.
"Compartimos la
preocupación que ha expresado Human Rights Watch y la oposición de
Venezuela. Creemos que la separación de poderes es una parte
intrínseca de la democracia que es respetada en toda América
Latina y por la comunidad internacional» comentó el portavoz del
Departamento de Estado, Richard Boucher.
¿Qué esperanza nos
queda a los millones de venezolanos que nos oponemos, a la sutil
pero creciente dictadura de Hugo Chávez?
El abogado y filósofo
norteamericano, Ronald Dworkin, autor entre otros libros de: “Virtud
soberana. La teoría y la práctica de la igualdad” considera que;
la desobediencia civil es una teoría jurídica basada en el derecho
que tenemos todos a la igualdad. Así
mismo, Dworkin defiende con vehemencia las ideas de dignidad
humana y de igualdad política, las cuales suponen que los miembros
más débiles de una comunidad política tienen derecho, por parte
del gobierno, a la misma consideración y al mismo respeto que se
han ganado para sí los miembros más poderosos.
Dicho esto, me interrogo en
cuanto a si no habrá llegado el momento, para que los líderes
políticos venezolanos que militan en las filas de la oposición,
comiencen a mentalizarse que se ha perdido una de las virtudes
indispensables de la soberanía democrática y en consecuencia, a
partir del momento en que no todos somos tratados de la misma
manera; y habiendo perdiendo todo respeto y consideración por sus
oponentes, el gobierno de Hugo Chávez dilapidó así toda su
legitimidad.
No me queda otra que
terminar, con la idea esperanzadora que de la necesaria reflexión
de los líderes de oposición, se pase en la práctica a una corajuda
y frontal estrategia de oposición política, visionaria, con
verdadera pericia política y sin agendas personales. Convencido
que nunca es demasiado tarde, si lo que se pretende es deshacerse
de una dictadura, para restablecer así los derechos
constitucionales.
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