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Ucrania de Jruschov a Yushenko
por Ted Córdova-Claure
martes, 8 febrero  2005

 

Pero, ¿existe Ucrania? son muchos los que se preguntan ahora que este país, históricamente dependiente de Rusia, se proyecta como el nuevo gran nudo geopolítico de la Unión Europea. 

Un problema especial de identidad nacional, con grandes implicaciones geopolíticas se ha creado con la nueva Ucrania, la emergente de la “revolución naranja”.

En el siglo veinte, un ucraniano encaramado por enroque en la cúspide del poder soviético se permitió poner a las superpotencias al borde de un enfrentamiento nuclear -la crisis de los misiles en Cuba - y antes en su famoso “debate en la cocina” le dijo claramente al vicepresidente Nixon que la URSS podía hacer blanco con sus misiles en una mosca en el espacio, para hacer entender la amenaza que significaba el poder nuclear soviético para Estados Unidos.

Este irritable ucraniano, Nikita Sergeievich Jruschov, hasta se quitó el zapato en el podium de Naciones Unidas y golpeó repetidamente el micrófono para que el mundo entendiera la importancia del poder soviético. Su misión histórica fue la de meter miedo. Y lo consiguió, primero con el gobierno de Eisenhower-Nixon y después, en el 62 con el propio John Kennedy. 

Ucrania, desprendimiento del poder soviético, hoy quiere ser una nación europea participando en la economía occidental. En el caso de Ucrania las confusiones pueden ser muy peligrosas, señaló en reciente análisis el periodista sueco-boliviano Carlos Decker-Molina, quien durante décadas ha observado lo que pasó al otro lado de la cortina de hierro, incluyendo el colapso del poder soviético y la caída de Gorbachov.

Quizá lo primero que debiera hacer la Unión Europea es definir la carta de ciudadanía de Rusia, será menos difícil de definir que la de Turquía.

¿Es que Rusia no es parte de Europa?  ¿Su cultura milenaria, que tanto nos ha alimentado, no es europea?

La segunda confusión que debe aclararse es ¿a quien o a qué agrupación se presta el apoyo? 

No se ha aclarado con detalle sobre los partidos políticos que están detrás de Yushenko y de Yanukovich

Nuestra Ucrania, partido de Víctor Yushenko, es un conglomerado amorfo socialmente, tiene apoyo en las regiones del occidente de Ucrania, que en parte son la antigua Galitzia, Rutenia o Podolia; en esos sitios se habla una lengua emparentada con el polaco. Históricamente Polonia ha considerado como parte de su territorio nacional, eso explica la solicitud mediadora de Alexander Kwasnieswski. 

El Partido de las Regiones de Yanukovich cuenta con el apoyo de buena parte del sector oriental de Ucrania y Crimea, con una importante presencia de rusos (en algunas zonas el 60%) y ucranianos rusófilos. La experiencia de estado independiente que tiene Ucrania se remonta a una precariedad entre 1918 y 1920.  Su verdadera carta de nacimiento de estado independiente es reciente, data de 1991.

En Ucrania no hay composición étnica y mucho menos homogénea, es un puente geo-político, una prolongación de occidente en el oriente. 

Si la disputa es entre la parte occidental que aparenta ser más europea con la parte oriental que se identifica más con Rusia, hay otra que se libra a nivel de los dos líderes. 

Yanukovich es el hombre de los oligarcas de la industria pesada, radicada justamente en la región oriental de Ucrania, Yushenko es un neoliberal que fue director del banco central de Ucrania entre 1993 y 1999 y primer ministro bajo la presidencia de Kuchma entre 1999 y 2001. Ostentando ambos cargos fue el principal impulsor de la política de privatizaciones y reformas neoliberales no siempre realizadas con transparencia. 

Definitivamente detrás de ambos están Rusia y Estados Unidos. La Unión Europea, por saber lo que realmente pasa y con la dura experiencia de Yugoslavia, está actuando con cierta cautela. En esta pulseada no se puede dejar a Rusia como convidado de piedra. La Unión Europea debe hablar con Putin y debe ser contundente en su definición del “campo europeo”.

¿Es Rusia parte de Europa o no lo es?

Si la respuesta es afirmativa, la crisis de Ucrania se puede resolver sola sin la intromisión de nadie. Rusia debe estar presente en cualquier solución así como la Unión Europea y los dos lideres en conflicto, observó Decker-Molina, consultado por este columnista.

Ucrania por lo demás, como país-espacio, ha tenido roles básicos en la historia. Para el imperio soviético, Ucrania fue el granjero y fuente de alimentos. Y, en esos mismos grandes espacios estuvo el extenso campo de batalla, donde el ejército rojo inició la contención y finalmente la derrota de los ejércitos de Hitler, permitiendo que Rusia ganara la Segunda Guerra contra el nazismo, un hecho histórico que Europa no debe olvidar.

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