Muerte
tras
muerte por Teodoro Petkoff - Tal Cual
jueves, 6
abril
2006
Una
mezcla de consternación, rabia e impotencia sacude a un país
que todavía no puede creer el brutal ultraje de que ha sido
objeto. Como es natural, un enérgico sentimiento de reclamo
se dirige hacia las autoridades. ¿ "Politiza" esto el caso
del asesinato de los hermanos Faddoul y el señor Miguel
Rivas, en el sentido negativo que a veces se quiere dar al
concepto? De ninguna manera; el caso está politizado de por
sí.
Estamos ante un grave problema político porque una de las
tareas prioritarias de todo Estado y gobierno es garantizar
la seguridad pública e individual.
El de la seguridad es un problema político y por ello el
reclamo no puede sino dirigirse a unas autoridades que han
fracasado estruendosamente en atender de manera solvente e
idónea una insondable y martirizante calamidad pública, que
debería contarse entre sus tareas prioritarias y no lo ha
estado. Al contrario, desde la violencia habitual del
discurso oficial hasta la partidización perversa de los
cuerpos policiales, utilizando para ello incluso a personas
provenientes de grupos armados ilegales, pasando por la
profundización de la corrupción judicial y por la casi
sádica situación en la cual se mantiene a los penales, todo
ha conspirado para que el grave problema de la inseguridad
pública haya empeorado exponencialmente a lo largo de estos
siete años.
El vil asesinato del fotógrafo de El Mundo ayer en la tarde
resume el aspecto policial del drama que vivimos.
Un individuo que tripulaba una moto sin placas, sin uniforme
ni identificación, ordenó detenerse al vehículo donde
viajaba el fotógrafo en misión profesional. Y cuando éste
descendió del carro, el motorizado, sin razón alguna para
ello, disparó, matando a Jorge Aguirre. Esto lo dice todo.
¿De quién es la responsabilidad política de esas motos sin
placas?
¿De quién es la responsabilidad política de entregar armas a
esos matones, que se creen "guardianes de la revolución" ?
¿De quién es la responsabilidad política de haber
desprofesionalizado a la policía judicial? ¿De quién es la
responsabilidad política del desamparo en que se encuentran
las barriadas populares, donde casi a diario son asesinados
niños por bandas que se han apoderado de los barrios e
impuesto "su" toque de queda?
Esa responsabilidad política es del órgano político por
excelencia, del responsable máximo de la seguridad
ciudadana, el gobierno. ¿A quién si no al gobierno se le va
a reclamar una acción decidida y eficiente para atacar el
problema? Es un reclamo justo y lógico porque quien gobierna
tiene que saber que los ciudadanos tienen el derecho y el
deber de reclamarle su ineficiencia. No se culpa al gobierno
del crimen pero sí se le demanda la responsabilidad que le
cabe por su irresponsabilidad ante este gravísimo problema
social. Es el precio que se paga por ser gobierno.