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El atrevimiento de Teodoro
por Alberto Franceschi  
martes, 5 diciembre 2006

 

Dice Teodoro:

“El gesto de hidalguía de Rosales…abre una nueva perspectiva para la oposición porque termina de sentar las bases para la construcción de un movimiento político, plural, diverso, pero marcado por una estrategia democrática, que mantendrá la lucha contra el gobierno de Hugo Chávez, con todo el vigor necesario pero firmemente colocado sobre el único terreno donde se podrá construir una victoria, el de la confrontación democrática, sin los famosos y patéticos planes B. No es poco y quien crea lo contrario se equivoca.” 

Y bien, si efectivamente hay motivos para celebrar los argumentos de Teodoro, que ponen en perspectiva el frente electoral reunido por Rosales, sobre las ruinas de otros liderazgos de oposición, para disputarle a Chávez los espacios que aún le dan mayoría, no es menos cierto que el amigo Teodoro se apresura a querer montar desde ya la respuesta “democrática”, a la que se le nota solo el olisco electoral, cuando queda estampillado a esa formula tan general que pareciera legitimar la idea que estamos frente a otro demócrata al que habría que enseñarle solo buenas maneras. 

Sin detenerme mucho en esta aparente contradicción sobre que una cosa es lo que piensa el burro y otra el que lo arrea: ¿Cómo puedo negar que Teodoro sí está conciente de la precariedad del presidente para imaginarse convivir con 50% de opositores?  

¿Como dudar sobre la seriedad Teodoro cuando estima que son patéticos lo planes B, pero como mantenernos a su lado cuando solo concibe planes A, frente a los planes de todo el abecedario de Chávez para arrastrarnos a aceptar su porquería de modelo político de régimen? 

Tengo más que la sospecha, la convicción que el señor Teodoro quiere convertirnos en la pata democrática del régimen de Hugo Chávez. 

No seré yo quien le discuta no solo el derecho, sino la pertinencia de  aguijonear por años, solo en el terreno defensivo electoral, mientras  se busca vencer por cansancio o agotamiento, el liderazgo entre los humildes a este demagogo llanero que está destinado a plagarnos de tragedias.

Porque esa es la naturaleza del régimen de impostores y no veremos jamás desarrollarse tras reiteradas contiendas electorales, las aristas de un gobierno manejable, a punta de presiones palaciegas o de insistencias mediáticas, en la defensa de nuestros valores civilizados, contra la barbarie que se instala, aunque no sin sobresaltos y penalidades desde el poder de Miraflores y Fuerte Tiuna su sucursal. 

Dicho en directo al pecho, Teodoro esta contento y nosotros también por ser la mitad del país, pero el quiere que compartamos esperar a todos los desarrollo electorales hasta el 2013, para volver a pensar en desplazar a Hugo Chávez de la presidencia. 

Porque  el Teodoro demócrata, ahora se nos convirtió en fetichista de la norma de alternancia por vía del voto y no quiere siquiera pensar que siendo Chávez presidente legal, se convertirá tan pronto pueda en un artífice de tiranías, que solo podrá enfrentarse con los despreciados planes B,C,D, etc. de una oposición que hizo fiesta unitaria con el amigo Rosales, pero que no le da derecho a Teodoro de inventarnos ese bucólico amanecer del 2013 donde quizá tengamos el chance de sacar al locario siempre por votos… por “confrontación democrática”.

Se que en el lenguaje críptico de Teodoro, debe querer decir, y le creo absolutamente coherente, una pelea frontal en defensa de nuestro modo de vida democrático, pero creo que Teodoro subestima nuestra caducidad biológica para pretender esperar vencer con el REP de Chávez, al propio Chávez.  

Aclaro antes de seguir que no rendí culto a fetichismos de condiciones electorales prístinas, para disputarle a este Sabaneitor la conciencia de los venezolanos.

Había que pelear y punto. Incluso con las manipulaciones ventajistas en contra nuestra, porque negarnos a ir resultaba peor.

Y para decirlo sin hipocresías ese camino del abstencionismo hacia lo insurreccional, no reunía condiciones para impulsarlo y por eso se convirtió en cháchara hacia la inacción de charlatanes, como quedó evidenciado en los protagonistas de esa propuesta desahuciada y por demás incapaz de impedir la alta participación demostrada. 

La cuestión sin embargo que me lleva a discrepar con Teodoro no es regatearle sus ganas de pelear contra la barbarie del capitoste castrista, sino su creencia apenas disimulada que bastará tener un calendario electoral en la mano para, con Rosales a la cabeza, dar esas sucesivas “confrontaciones” donde quedan  como soslayadas “pequeñeces” como las del REP viciado hasta los tuétanos, los abusos sin límites para colocar todos los recursos del Estado al servicio del candidato y presidente vitalicio y otras contribuciones del chavismo a esta nueva manera de competir, contra adversarios atados de pies y manos.

Teodoro debería comenzar por insistir que aquí hubo un porcentaje que ya veo estima en 10% de fraude de cualquier origen contra la voluntad nacional. 60-40 no es igual, Teodoro, a 50-50. 

 El entusiasmo de Teodoro por el “único terreno donde se podrá construir una victoria” pareciera olvidar que mientras el gobierno controle dictatorialmente el CNE, aunque le de un puesto a un amigo de Teodoro, es una pestilente practica ventajista que si subsistieran las actuales mañas -- imagínense como serán si se agravan-- no existe el menor chance de disputar democráticamente nada, a no ser resignados al 38.5 % que ya ellos decidieron, para dar la imagen de mayoría calificada, para esta piltrafa de gobierno  y de liderazgo. 

El atrevimiento de Teodoro consiste en creer que todos avalamos su estrategia, cuando decidimos apoyar a Manuel Rosales como candidato. Si la idea que tiene Teodoro es un acuerdo de maracuchos para liderar la oposición, entonces tiene, como nativo del Batei, sobradas razones para reclamar su cuota importante. 

Pero creo que le vemos la hilacha a toda esta estrategia cohabitacionista con el chavismo, con este afán de primera hora para sin la menor investigación dejarnos robar 5, 10 ó más por ciento de los votos del candidato Rosales.

Mal comienzo tiene este proyecto, loable de confluencia opositora, si a pesar de que Teodoro anuncia que “en este país hay una mitad, en números redondos” que votó por nosotros se convoca de inmediato a la resignación sobre los resultados oficiales. 

Lo digo porque sin protesta alguna, por el apuro de cantarle victoria al gobierno, se deja que nos roben 8-10 % en la primera oportunidad que celebra Teo de esa “confrontación democrática”. 

Prefiero perder la lengua a admitir que tuvieran razón los abstencionistas, que una y mil veces pretendían acusarnos de ingenuos, por ayudar a planificar lo que ellos llamaban la legitimación de Chávez por vía electoral, al participarle en ese proceso archiviciado. 

Ayer como hoy habrá que seguirles gritando, de ser necesario, que su propuesta de renuncia a pelear, aun en esas condiciones, era sencillamente peor que participar bajo mil protestas. 

Pero una cosa es celebrar el mediano éxito de acuerdo al CNE de nuestra campaña y honrar al excelente candidato y otra muy distinta es pretender hacernos creer que se la comió con ese discursito de resignaciones al atropello en la Esmeralda, teñido de “Teodorismo de Nuevos Tiempos”, donde se da por descontado que hemos renunciado a defender esta nación contra el plan castrista que el presidente ahora va a impulsar contando con su 62-38, que se vería en términos políticos ampliado a 99-1, si lo que se impone en nuestro bando es esta monserga acomodaticia del lenguaje teodorista, que impera en la oposición amarrada al salvavidas de una cohabitación pactada para sobrevivir a mengua, de las migajas de democracia que vayan quedando. 

Porque solo esas “burusas” están dispuestos a otorgar los amos del poder atrabiliario, así sea de origen electoral, a medida que avance el plan del bárbaro de convertirnos en una piltrafa de país archi-capitalista, con una burocracia de magnates rojos rojitos, decidiendo hasta sobre nuestro ámbito familiar.

A mi nadie me chantajeará con la cantaleta democrática sobre lo legítimo de un gobierno con origen electoral mayoritario. Hitler y Musolini también tuvieron origen electoral antes de ser verdugos de sus pueblos. 

El atrevimiento de Teodoro es que mete de contrabando su reconocimiento al hombre que se atrevió y lo mezcla con las atrevidas nociones, que estamos obligados a calarnos a Chávez mientras tenga la capacidad de manipular todo el Estado a su servicio. 

Mil veces estaremos de acuerdo con Teodoro para unir los demócratas, incluso para esas probables justas electorales, pero siempre estaré en desacuerdo con esa manera meliflua de equilibrismo que ya ejerció Teodoro por seis años con su Tal Cual, mas el otro año en El Mundo, y a quien debemos bajo su firma tantas valentías,  pero al propio tiempo tantas contemporizaciones con un régimen que cuenta 62 a 38, donde hay 50 a 50 y eso sin entrar a la chocante discusión si tiene igual derecho, un profesional venezolano que genera 100 empleos, que un G2 de los esbirros castristas inscritos también en el mismo REP rojo rojito.  

Yo no tendría problemas es suscribir, hasta ese editorial de Teodoro, en tributo a que siga la unidad, porque lo serio no es tanto lo dicho, sino lo disimulado y sobre todo el contenido opuesto que ponemos otros demócratas en los mismos términos que usa Teodoro para acercarnos a su ideal de escenario político. 

Sepámoslo que para Teodoro un país democrático  es aquel donde sobrevive la democracia  gracias a los equilibrios que le pone TAL CUAL  como ingrediente indispensable, para contrarrestar sobre todo a los “insensatos” que pensamos que a la primera oportunidad que podamos,  deberemos empujar la vía rápida para salir de esta estafa política legalizada llamada chavismo. 

Creo que a Teodoro debemos sin embargo hacerle la concesión que debemos seguir metiéndonos en cuanta elección o consulta se de, porque no es la renuncia a pelear en ese terreno, y a pesar de la estafa del REP, lo que nos fortalece. 

Sin embargo, nuestra principal divergencia es al parecer que si un día de estos las bases populares del chavismo acompañan, en ruptura con ellos, nuestras indignadas protestas contra los planes totalitarios o contra las privaciones, que crecen geométricamente por la insolente ineficiencia de los burócratas rojos, empezando por el presidente, no estaría mal que en lugar de contar mitades, cuando nos asignan un tercio, pensemos también en planes B. C, y hasta Z  de quienes no toleren la continuación eterna de esta piltrafa de régimen. 

Tan dañino es el teorema golpista, conspirativo y guarimbero minoritario y cibernético, sobre todo desde el extranjero, como este axioma  político participacionista resignado en oposición disminuida y trampeada, como precio de sobrevivencia, que se nos propone  como la novedad post electoral, cuando se ha defendido casi como la manera civilizada de aguantar a Chávez mientras así lo desee.  

Yo no se si Teodoro se ve así mismo como defensor de este axioma, me imagino que no, pero quiero decirle con honradez que así lo ven demasiados votantes de Rosales, entre ellos yo por supuesto.

Porque amigo Teodoro, usted tienen razón de burlarse de muchos de los planes B que se han visto por ahí, pero si usted no concibe algún plan C usted nos condena a morir en un régimen sui géneris de atropello bárbaro a nombre de la democracia lava y listo de 62-38, que para usted es 50-50, pero esperando otra elección mientras el líder rojito aplica 99 a 1, su miseria ideológica.

¿Una sola pregunta para terminar el 11 de abril de 2002 fue un plan B patético?

Cuando me disponía a mandar este artículo, ya Teodoro aceptó que éramos 40 % por la lucha. Ya cobramos para él, la que pagaba era la Lucenita. Agradecido entonces Tibi y no se vale reclamar por Internet…

franceschi1947@gmail.com

 
 
 
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