Uno
tras otro, prominentes ideólogos solitarios de la izquierda
boliviana han ido cayendo por acercarse mucho o pretender
encimarse al hoy primer presidente indígena de Bolivia, Evo
Morales Ayma.
Como esas moscas
pegajosas en los cordones de luz eléctrica, o donde hubiera
edulcoración, que caían cuando se les bombeaba aquel insecticida
del “soldadito Flit” - precursor de los sprays de hoy -, han ido
cayendo: Filemón Escobar, Felipe Quispe, Soliz Rada, Rafael
Puente y hoy ya trastabilla nada menos que el vicepresidente
García Linera.
¿Quién será el
próximo?
Como este ciberperiodismo es interactivo,
cualquier lector puede enviarme su opinión, en lenguaje
correcto, con nombre y apellido y documentado, en no más de 250
palabras, y será agregado en la versión que circulara en mi
portal de Internet, Bipnews.-
www.tedcor.com
El veterano dirigente
minero Filemón Escobar, de formación troskista, se había erigido
en su cercano asesor, cuando Evo crecía políticamente como
dirigente de los cocaleros del Chapare. Filemón creció en
tiempos de la Revolución Nacional, bajo el alero del dirigente
sindical Juan Lechin, quien llegó a la vicepresidencia de
Bolivia. De modo que Escobar tenía una experiencia invalorable
para transmitirla al entonces dirigente de los cocaleros, muy
activo dirigiendo bloqueos de caminos y otras formas de presión
sobre los gobiernos de turno. Esta asociación con Evo, le sirvió
a Filemon para obtener una banca en el Senado. Pero la amistad
se rompió cuando Evo acuso a Filemon de estar recibiendo dinero
de la embajada de EE.UU. a cambio de su voto favorable a
demandas de la política de Washington. El desplazado Escobar
acusó a Evo de autoritario e ignorante. Entretanto, el matrero
Evo había conseguido noquear fuera del ring de la política
opositora al también líder indígena Felipe Quispe, que se hacia
llamar el “Mallcu” y, vestido de negro, presumía de guerrillero
de una organización ultraizquierdista.
Ya como mandatario,
apoyado por una gran mayoría y después de codearse con jefes de
estado como, Lula de Brasil, Kirchner de Argentina, así como
Fidel Castro o Hugo Chávez, a quienes se atribuye gran
influencia sobre el presidente indígena, este siguió con sus
purgas y la rodadera de cabezas continuó.
La más notable
fue la del ministro de Hidrocarburos Andrés Soliz y el
presidente de la empresa petrolera estatal, YPFB, Jorge
Alvarado. Soliz, un caso especial de ideólogo lombrosiano, con
odios y prejuicios hacia otros políticos y Alvarado, ingeniero
formado en la Universidad Lumumba de la ex URSS, encabezaban la
muy importante estrategia de la riqueza petro-gasífera de
Bolivia, cayeron por sospechas de corrupción que afectaron a la
empresa Petrobras y a las relaciones con el poderoso vecino
Brasil, el principal inversor y consumidor en el negocio del gas
boliviano, la tabla de salvación de la empobrecida y aislada
Bolivia. De momento, Evo sabe que debe aferrarse a esa tabla, en
el agitado oleaje de la globalidad .y, en su principal gesto de
realismo, no vacila en quitarse de encima a los representantes
de lo que Lenin llamaba 'infantilismo de izquierda”, en Brasil,
la “izquierda festiva” y en otros países los “cabeza-caliente”,
fauna muy difundida en esta globalidad sin horizontes definidos.