El presidente boliviano,
Evo Morales convoca los indígenas a armarse contra los medios de
comunicación, opositores, que él considera están
desestabilizando a su gobierno.
En opiniones difundidas
por la agencia noticiosa Prensa Latina, Evo denuncia que “la
oposición mediática quiere destrozarnos…”, “nos quieren
destrozar políticamente, quieren destrozar la Asamblea y al
gobierno”, habría dicho Evo en declaraciones ampliamente
difundidas el 25 de septiembre, según el despacho de PL.
Tras señalar que los
dueños de medios de prensa hostiles son latifundistas afectados
por la revolución agraria anunciada por el gobierno, señaló que
esos órganos tratan de desestabilizar a su administración con
medias verdades y mentiras, habría dicho Evo según el aludido
despacho.
Para contrarrestar esos
empeños, ratificó el proyecto de instalar una red de 30 emisoras
de radio comunitarias y posteriormente una red de estaciones de
televisión similar, para decir; “nuestra verdad, para
educarnos…’’
Como observador
independiente, desde mi rincón de la globalidad, considero que
Evo ha recibido mucha atención de la prensa boliviana e
internacional. En primer lugar por el inédito hecho de que, por
primera vez desde Benito Juárez, una república hispanoamericana
elige y proclama un indígena como jefe de estado. Por éste
hecho, - aunque Morales es étnicamente mestizo, es decir, cholo,
captó la atención de la prensa mundial. Otros pueblos
suramericanos, como el Perú, por ejemplo, tardaran mucho antes
de lograr la madurez necesaria como para elegir un presidente
indígena o negro.
A esto debe agregarse,
el simpático pintoresquillo de Evo, a lo que debe agregarse su
insaciable deseo por aprender nuevas cosas y entender este mundo
global, colocando a Bolivia, aun sin proponerse en punto de
atención de la globalidad. En suma, contrariamente al despacho
citado, Evo es un personaje querido y respetado en los medios de
Bolivia, del ciberespacio, como esta Columna Global y los
alrededores.