“Hola, soy Al Gore, que solía ser conocido como
el próximo presidente de EUA”. Así comienza su narración, con
puntilloso sentido del humor, el ex vice del presidente Clinton,
en la presentación de su película documental 'Una verdad
inconveniente', que simultáneamente también apareció como libro,
y es la novedad muy amena de la actual política interna
norteamericana, muy enguerrillada.
En la película, Gore describe el problema del
recalentamiento del planeta Tierra. “Es consecuencia, afirma
Gore, de nuestro exagerado consumo de energía. Y de nuestra
falta de acción como nación líder.”
Menciona que actualmente se está produciendo el
derretimiento de los hielos polares, lo que aumentará el nivel
de los océanos, provocando grandes cambios atmosféricos, con
consecuencias desastrosas. Justamente en estos días se anuncia
la llegada de “Alberto”, la primera tormenta de la temporada de
huracanes que se avecina amenazante por el énfasis de los
medios, especialmente la televisión, que empuja al público a
proveerse de alimentos, baterías y otras vituallas y esperar
preparados a Alberto y lo que vendrá después. Y estar dispuestos
a las evacuaciones, si lo ordenan las autoridades.
La sociedad norteamericana está constantemente
sometida a permanentes advertencias de amenazas, desde armas de
destrucción masiva -que nunca se encontraron-, hasta ataques de
organizaciones terroristas islámicas como Al Qaeda, que a ésta
altura, parecen haberse esfumado.
El público es escéptico. Muchos actúan
desaprensivamente y no caen en la densa nube paranoica. Y así,
la vida sigue adelante. La gente prefiere vivir sin miedo, sin
miedo a un Tsunami, a la ola de inmigrantes que vienen del Sur,
y tratan de ejercer un derecho que el gran presidente Franklin
Delano Roosevelt
proclamó al comenzar la II guerra mundial; el derecho a vivir
sin miedo.