El
presidente Bush, acongojado con problemas políticos en su propio
entorno y atemorizado por el rumbo incierto de la economía
norteamericana, decidió por fin deshacerse del zar Alan
Greenspan y designó a un economista de brillo académico que
favorece una política clara de lucha contra la inflación.
Ben Bernanke,
economista de la famosa escuela de Harvard, de donde han salido
expertos en lucha contra la inflación, como Jeffrey Sachs, que
aplicó sus formulas de cirugía sin anestesia, en naciones tan
diversas como Polonia o Bolivia, donde la hiperinflación
amenazaba con colapsar la economía y al estado mismo, es también
doctorado en el muy avanzado MIT y es ahora el nuevo presidente
de la Federal Reserve, o sea, zar de las finanzas de la
superpotencia.
Se trata de uno
de los cargos de gobierno de mas larga duración. En medio siglo
hubo solo cinco zares. Uno de los mas recordados fue Paul
Volcker, designado por el presidente Carter, cuando se
enfrentaba en la década del 70, a la primera crisis energética,
por los precios del petróleo. Volcker recibió una economía con
una inflación de mas del 14 por ciento. La bajó hasta 4.4 %.
Hoy, aunque el índice es todavía controlable, los síntomas son
amenazantes; déficit fiscal y comercial, una guerra costosísima
y una disminución general en el consumo, sin olvidar la secuela
de los desastres de la naturaleza.
Bernanke,
coinciden los comentaristas, era el hombre ideal para esto.
Tendrá dificultad en llenar el vacío del experimentado Greenspan.
Un detalle importante: Al ser presentado por Bush, Bernanke,
definido como un “conservador independiente”, anticipó que
recurrirá a dos métodos: Comunicación y Transparencia. El
capitalismo norteamericano requiere de reformas para las nuevas
realidades de la globalidad.
Será que
Bernanke piensa en una “perestroika, American style?.
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