Cindy
Sheehan es una nueva heroína de guerra norteamericana; quiere
que Bush retire las tropas de Irak, que ordene el retorno de los
soldados para que no mueran mas jóvenes, como murió su propio
hijo a los 24 años.
Pero Bush no quiere oírla. Tiene pánico
enfrentarse a esta madre dolida que lo espera a la vuelta de su
rancho de Texas. Y Bush, que no es precisamente conocido por
saber dar la cara, se oculta de Cindy.
Entretanto, la vigilia que está haciendo Cindy
se está convirtiendo en un tema noticioso nacional. Y, por
momentos, ocupa mas espacio en los medios que el propio Bush.
Es que Bush la recibió brevemente en la Casa
Blanca el año pasado cuando murió su hijo y no le respondió a
una pregunta y más bien cortó abruptamente la reunión según
explicó Cindy. Ella quería que el presidente le explicara cual
era la noble causa por la cual su hijo dio su vida. Después de
varias gestiones rechazadas, Cindy, enterada de que Bush se
retiraba a su rancho de Crawford, en Texas, para una larga
vacación se desplazó desde su vivienda en Vacaville, también en
Texas. Se acercó a la entrada del custodiado rancho, pero fue
rechazada una vez más. Entonces Cindy optó por establecer un
pequeño campamento a la vera del camino que lleva al rancho
presidencial con la esperanza de poder ser vista o tal vez
conseguir que hable con ella. Ese pequeño campamento, pronto se
convirtió en punto de atención de público solidario, de curiosos
y por supuesto de la prensa que ha bautizado el sitio como "camp
casey". Casey era el nombre del soldado muerto en Irak.
Mucha gente solidaria que también perdió seres
queridos en Irak, tuvo la idea de plantar pequeñas cruces
blancas con los nombres de los soldados fallecidos a la vera del
camino y como continuidad del humilde camp casey de Cindy. Vino
un enorme camión - de la escolta - de Bush y arrollo varias
cruces. Pero han vuelto a aparecer otras, con los nombres de
recientes caídos en la guerra de Bush. Es mas, la organización
“move on”, vinculada al partido demócrata y muy activa en
Internet ya organizó en una de estas calurosas noches de agosto,
una vigilia de apoyo a Cindy. En muchas ciudades del país se
cumplió la vigilia, un fenómeno de opinión publica que algunos
medios interpretaron como el comienzo de un movimiento
antiguerra. Otros piensan que se trata de un fenómeno pasajero.
El comentarista conservador de televisión por
cable Joe Scarborough comentó la situación y dijo en tono
especulativo que esta protesta llega a extremos, como pensar que
Bush es el “terrorista numero uno del mundo”.
Quiza Scarborough tiene razón.
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