Inicio | Editor | Contáctenos 
 
Webarticulistas
Manuel Malaver
Eli Bravo
Luis  DE LION
Roberto Palmitesta
Lucy Gómez
Alexis Márquez Rodríguez
Ted Córdova-Claure
Antonio Sánchez García
Aníbal Romero
Charles Cholaleesa
 
 
 
 
 
 
 
 

 

referencement

 
 

Shakespeare de nuevo en la pantalla
por Roberto Palmitesta
 

 

 

       La vasta obra teatral de Shakespeare ha sido una fuente constante de inspiración para el cine, especialmente en el mundo de habla inglesa, donde William Shakespeare es considerado como uno de los personajes más influyentes del segundo milenio, al menos según una encuesta del canal A&E-Mundo. Aunque sigue habiendo muchas lagunas en la vida del dramaturgo, se le atribuye una treintena de obras, entre dramas y comedias, además de numerosos sonetos, escritos durante la era isabelina, conociéndose sólo que nació y murió en Stratford-upon-Avon, se casó a los 18 años, tuvo tres hijos, y que produjo personalmente muchas de sus obras en teatros ingleses.

 

Shakespeare en el cine

 

         Una prueba reciente de esta afición del público en el norte, lo constituye el regular éxito de taquilla de la cinta El mercader de Venecia, a pesar de tratarse de una obra poco comprendida, siendo las más populares -tanto en el cine como en el teatro- las tragedias de Romeo y Julieta, Otelo y Hamlet, quizás sus obras más gustadas por la sencilla trama y la profundidad de sus mensajes. Por ello, estas piezas cuentan con excelentes versiones cinematográficas, recordándose de la primera el excelente filme de Renato Castellani de 1954 y la hermosa producción de Franco Zeffirelli de 1968, mientras Otelo inspiró a clásicos del cine como las versiones de Orson Welles y Laurence Olivier , y Hamlet disfrutó de cuatro buenas versiones: la del mismo Olivier, que ganó el Oscar de 1948, la del ruso Grigori Kozintsev de 1964 (con diálogos traducidos por Boris Pasternak),  la de Zeffirelli de 1991 con Mel Gibson, y finalmente la extensa y lujosa adaptación libre de Kenneth Branagh de 1996, ambientada a principios del siglo XX, con un atractivo reparto estelar que contaba –además de Branagh- a una decena  de luminarias. Del mismo Branagh vimos con agrado la elegante Mucho ruido y pocas nueces y su espectacular Henry V, mientras del maestro Olivier también vimos fidedignas versiones de Ricardo III, Como gustéis y Rey Lear. De paso,  esta última obra fue objeto de una interesante adaptación ‘orientalizada’ del gran director Akira Kurosawa y hasta el prolífico Woody Allen se atrevió a trasladar a tiempos modernos y con su particular estilo burlón la comedia Sueño de una noche de verano.

 

Un reparto de luminarias

 

       Para El mercader de Venecia, obra escrita a fines del siglo XVI y en la plenitud de la carrera del dramaturgo, el director Michael Radford también cedió a la tentación de llenar la pantalla de grandes actores, obviamente para atraer más público a una obra poco conocida y que sólo había sido llevada al cine una vez, hace tres décadas, en una versión modernista casi desconocida con el gran Olivier. El mismo Radford no es un director  taquillero, ya que sólo disfrutó de un éxito de crítica y público con el memorable Il Postino (sobre la vida de Pablo Neruda en Italia), el cual obtuvo una nominación al Oscar de 1994. Anteriormente, Radford había llamado la atención con una pasable versión de la obra de George Orwell, 1984”, con un decadente Richard Burton. Por esto, en su nuevo filme, Radford se aseguró la presencia de estrellas de moda como Al Pacino y Jeremy Irons, ambos ganadores del Oscar en los años 90, y Joseph Fiennes, veterano del teatro británico y a quien habíamos admirado como el propio bardo en la laureada Shakespeare apasionado.

         En el teatro esta compleja obra no es tan atractiva a la vista, por lo que Radford apeló al recurso de filmarla en la bella Venecia, afortunadamente una ciudad que ha cambiado muy poco desde fines del siglo XVI, aunque tuvo grandes tropiezos por la molesta afluencia de turistas y los estragos del tiempo. Sin embargo, logró cuidadosos encuadres a todo color que parecen verdaderas postales publicitarias, algo que algunos criticaron por distraer al espectador de la enredada peripecia, que hay que seguir atentamente para poder comprenderla, al igual que sucede con otras intricadas obras de Shakespeare.

 

¿Antisemitismo en la trama?

 

         Aún con la visión simplista de Shakespeare en pleno Renacimiento, el dinámico y sustancioso argumento de El mercader de Venecia, está llena de moralejas diversas sobre la amistad, el amor, la moral, la codicia, la lealtad y la venganza, temas típicos de sus obras.  El héroe es Bassanio, un joven endeudado (interpretado por Fiennes), quien aspira casarse con una rica heredera, Portia, por lo que solicita un préstamo de su amigo, el mercader Antonio (Irons) para aparentar ser pudiente y así competir con tres pretendientes, entre ellos el rico príncipe de Marruecos. Al estar Antonio corto de dinero le sirve de fiador a su amigo ante el prestamista Shylock (Pacino), un judío que odia a Antonio por viejas ofensas, y quien exige en la cláusula penal del contrato la cesión (literalmente) de ‘una libra de carne’ del cuerpo de Antonio si éste no cumple con el pago en tres meses. La tensión aumenta cuando los barcos mercantes de Antonio tardan en regresar y se aproxima la fatídica fecha, con Shylock insistiendo fríamente en la morbosa penalidad. Precisamente, ya que este personaje sale muy mal parado, la obra siempre ha sido atacada en ciertos círculos por su supuesto antisemitismo, y el mismo Radford tuvo que defenderse de esa acusación en varios festivales. Una crítica poco aplicable ya que no toma en cuenta el contexto histórico, cuando los judíos estaban siendo desterrados de casi toda Europa y existían muchos prejuicios contra esa minoría, por cobrar altos intereses sobre sus préstamos. Sin embargo, la película parece haber calado bien, máxime con la deslumbrante presencia de la novata inglesa Lynn Collins como la heredera.  En fin, según la crítica, se trata de una obra entretenida por sus grandes recursos técnicos y actorales, que seguramente tendrá una buena acogida cuando se estrene en Venezuela, a pesar de que en el ámbito latino el teatro de Shakespeare no cuenta con muchos adeptos entre el gran público.         

 

 Imprima el artículo Subir Página

 
 
 
 
 
 
© Copyright 2005 - Luis De Lión - WebArticulista.net - Todos los Derechos Reservados.