Philippe
Noiret, uno de los más emblemáticos actores galos, murió de un
cáncer pulmonar el viernes pasado, dejando mucho malestar en el
medio fílmico internacional, pues era una de las figuras más
simpáticas del cine francés. El prestigioso actor siguió
trabajando sin chistar hasta hace unos meses, después de
terminar la que sería su última película, "Tres amigos”. Tenía
76 años de edad. Le sobreviven su esposa y una hija, también
relacionada con el cine.
Aunque la mayoría de sus filmes eran franceses, se le
recuerda también por películas italianas, entre ellas "Cinema
Paradiso" de 1988, donde interpretó a un viejo proyeccionista de
un cine provinciano, que adopta a un muchacho huérfano de
padre. Pero su mayor éxito fue sin duda"Il Postino" (El
cartero), cinta del inglés Michael Radford de 1994, donde
encarnó al chileno más universal, Pablo Neruda, en su etapa de
exilio en una isla italiana durante la dictadura.
Filmó una película en Venezuela
En los años setenta hizo una de sus cintas más polémicas,
“La gran comilona”, junto a Marcello Mastroianni, Ugo Tognazzi y
Michel Piccoli. Se dio a conocer a nivel mundial en el éxito de
Peter O’Toole, “La noche de los generales”, en el papel del
inspector que descubre el autor nazi de unos sádicos asesinatos.
Estuvo brevemente en Venezuela en 1971 para la filmación de “La
guerra de Murphy”, donde ayudó a un inglés (O’Toole) a hundir un
submarino alemán que merodeaba por el Orinoco.
Noiret venía del teatro, y debutó en el cine en una cinta de
Louis Malle en 1960, “Zazie dans le Metro”. Siguieron decenas de
filmes, pues junto con Yves Montand y Gérard Depardieu estaba
entre los más solicitados, al trabajar en más de un centenar de
películas con los más prestigiosos directores y artistas del
cine francés.
Una idea de la admiración y respeto que merecía en Francia lo
denota la declaración inmediata del presidente Jacques Chirac al
conocer su muerte. Entristecido, dijo: “Un gigante nos ha
dejado. Él era un maestros del escenario y de la pantalla. Con
su genialidad, su compostura, su humor y su elegancia, pudo
ganarse los corazones de todos los franceses. Fue uno de
nuestras glorias artísticas”. Por su parte el ministro de
Cultura francés calificó al actor "grande entre los grandes".
Bertrand Blier, que dirigió 5 películas de Noiret, dijo que
tanto su actuación como su humanismo eran excepcionales.
rpalmi@yahoo.com
* |
Artículo publicado originalmente en el semanario ZETA |