A
juzgar por los resultados de la taquilla, nadie duda que, a
sus 67 años cumplidos, Jane
Fonda todavía arrastra
público a las salas de cine. Como en sus mejores tiempos, la
llamada “rubia rebelde de Hollywood”
continúa causando controversia, esta vez debido a dos eventos
simultáneos: el estreno de su último filme,
Monster-in-law
y la publicación de su autobiografía,
My
life, so far
(mi vida, hasta ahora).
El filme, que Fonda interpreta junto
a la popular Jennifer López,
fue calificado por la crítica de comedia banal y escapista, ya
que no se atrevió a satirizar los temas subyacentes, tales
como los conflictos étnicos y la resistencia a la jubilación
de personas maduras. Pero aún sin trascender de su intención
comercial, la película -que podría titularse aquí “la suegra
monstruosa”- llegó al primer lugar en las taquillas del país
durante el primer fin de semana, recaudando más de $24
millones, aunque ya ha sido destronada por el último episodio
de un super
blockbuster
como el último episodio de la saga de
Star
Wars, que la superó
ampliamente en la siguiente semana. Siempre una hábil
publicista, Fonda planificó el lanzamiento de su autobiografía
con el estreno del filme, para estar así en los noticieros
televisivos y programas de opinión durante todo el mes de
mayo.
Reacciones
airadas de conservadores
Se esperaba una fuerte reacción
hacia el regreso al cine de un personaje tan controversial y
famoso, y ésta se manifestó de una manera sorpresiva. Mientras
autografiaba su libro en una tienda de una ciudad del
noroeste, un airado veterano de la guerra de Vietnam la
escupió en la cara al llegar su turno, llamándola “traidora de
su patria”. Obviamente, el ofensivo epíteto se refería a la
visita de Fonda a la capital de Vietnam del Norte en 1972 para
“tratar de terminar una guerra innecesaria e injusta”, según
la versión de la actriz. Pero se retrató sonriente con
soldados y cañones antiaéreos
norvietnamitas, foto que dio la vuelta al mundo y le
hizo ganar el apodo de “Hanoi Jane”, con el cual muchos ex
combatientes y políticos derechistas todavía se refieren a
ella. En entrevistas recientes, Jane se mostró arrepentida de
ese imprudencia, que trató de
justificar por el clima antibélico
que arreciaba durante la administración de
Nixon. Después de todo,
EE.UU. se desligó del conflicto, y
admitió luego su error, dándole en cierto modo la razón a
Fonda, quien insiste: “Yo
no fui quien envió a 58 mil combatientes a morir por una causa
que no era nuestra.”
Consistente
con sus principios políticos liberales, que sedimentaron
durante su matrimonio con el activista
Tom
Hayden –luego
legislador en California- Fonda también se opuso a la
invasión de Irak sin mucha alharaca, actitud que ha sido
igualmente criticada en círculos conservadores. Irónicamente,
al tratar de evitar la reelección de Bush,
sus comentarios políticos fueron algo contraproducentes, pues
al senador Kerry lo perjudicó
mucho el epíteto de “Hanoi John”,
atribuido por los republicanos para identificarlo con Fonda, a
raíz de la consistente actitud pacifista del político al
regresar del servicio militar.
A pesar de su
acto público de contrición –que muchos calificaron de tardío y
oportunista- el sentimiento adverso contra Fonda sigue
latente, aún a 30 años del fin de esa guerra, algo que se
reflejó en el insólito hecho de que varios cines del país se
negaron a exhibir su película, colocando carteles en la
entrada con este aviso: ”Aquí no se
exhiben películas con la traidora Jane Fonda”.
Confidencias de
su vida
A tono con su controversial
incursión en la política, Fonda no podía ser menos polémica en
su autobiografía, donde relató detalles bastante íntimos de su
experiencia matrimonial en los años 60 con el director francés
Roger
Vadim, quien la dirigió
en la cintas francesas La
ronde y
Barbarella,
y quien fuera antes amante y promotor de
Brigitte
Bardot y
Catherine
Deneuve. En el libro menciona que, para
complacer al osado director, arreglaba
ménages
á trois con otras
mujeres que gustaban al marido. También escribió largos
capítulos acerca de la conflictiva relación con su padre, el
legendario actor Henry
Fonda, quien la inició en el séptimo arte y con
quien interpretó el último filme de éste,
Los años dorados,
cinta que muestra en la trama una relación padre-hija muy
similar a la de los Fonda. Y no hay duda que aprendió mucho de
su padre, pues ella mereció el Oscar como mejor actriz en dos
ocasiones, al encarnar a una prostituta enamorada de un
detective (Donald
Sutherland) en
Klute,
y a la amante adúltera de un veterano lisiado de Vietnam (John
Voight), en
Regreso sin gloria.
En esta última, aceptó con gusto el papel por el tono
pacifista del argumento, tratando de reivindicar así su
oposición a esa polémica guerra.
Tampoco podía faltar en el libro una
larga referencia a su tercero y último esposo,
Ted Turner,
el magnate fundador de la cadena televisiva CNN, quien la
persuadió a retirarse de la pantalla hace quince años, y con
quien tiene todavía una relación amistosa mientras reside en
Atlanta, a pesar del divorcio. Prueba de ello es que le hizo
leer el manuscrito de su libro antes de publicarlo, para no
ofenderlo con sus revelaciones. Sin embargo, en el libro trata
de disipar los rumores de que se casó por su dinero, pues
Fonda fue también una exitosa emprendedora, al vender millones
de copias de sus 10 videos sobre ejercicios aeróbicos,
conocidos como los “workouts
with Jane”, todavía muy
populares entre las mujeres que cuidan su línea. Justamente,
Fonda era entonces un ejemplo viviente de la efectividad de
esos ejercicios, y aún a su actual edad todavía exhibe una
figura esbelta. Sin embargo no puede competir con la
escultural Jennifer López, su nuera en
Monster-in-law,
quien tiene que sufrir maltratos y humillaciones de una suegra
que cree que ella no es un buen partido para su hijo mimado.
Debido a toda la publicidad que la polémica Fonda atrajo hacia
el filme, no es de extrañar que haya arrasado en la taquilla
en su estreno, causando un relanzamiento tardío e inesperado
de la actriz en la actividad que le dio tanta fama y
satisfacción en otras épocas, como miembro de la segunda
generación de la dinastía Fonda.