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Jane Fonda vuelve en forma
a la gran pantalla 
por Roberto Palmitesta
viernes, 24 junio 2005

 

       A juzgar por los resultados de la taquilla, nadie duda que, a sus 67 años cumplidos, Jane Fonda todavía arrastra público a las salas de cine. Como en sus mejores tiempos, la llamada “rubia rebelde de Hollywood” continúa causando controversia, esta vez debido a dos eventos simultáneos: el estreno de su último filme, Monster-in-law  y la publicación de su autobiografía, My life, so far (mi vida, hasta ahora).

       El filme, que Fonda interpreta junto a la popular Jennifer López, fue calificado por la crítica de comedia banal y escapista, ya que no se atrevió a satirizar los temas subyacentes, tales como los conflictos étnicos y la resistencia a la jubilación de personas maduras. Pero aún sin trascender de su intención comercial, la película -que podría titularse aquí “la suegra monstruosa”- llegó al primer lugar en las taquillas del país durante el primer fin de semana, recaudando más de $24 millones, aunque ya ha sido destronada por el último episodio de un super blockbuster como el último episodio de la saga de Star Wars, que la superó ampliamente en la siguiente semana. Siempre una hábil publicista, Fonda planificó el lanzamiento de su autobiografía con el estreno del filme, para estar así en los noticieros televisivos y programas de opinión durante todo el mes de mayo.

Reacciones airadas de conservadores

       Se esperaba una fuerte reacción hacia el regreso al cine de un personaje tan controversial y famoso, y ésta se manifestó de una manera sorpresiva. Mientras autografiaba su libro en una tienda de una ciudad del noroeste, un airado veterano de la guerra de Vietnam la escupió en la cara al llegar su turno, llamándola “traidora de su patria”. Obviamente, el ofensivo epíteto se refería a la visita de Fonda a la capital de Vietnam del Norte en 1972 para “tratar de terminar una guerra innecesaria e injusta”, según la versión de la actriz. Pero se retrató sonriente con soldados y cañones antiaéreos norvietnamitas, foto que dio la vuelta al mundo y le hizo ganar el apodo de “Hanoi Jane”, con el cual muchos ex combatientes y políticos derechistas todavía se refieren a ella. En entrevistas recientes, Jane se mostró arrepentida de ese imprudencia, que trató de justificar por el clima antibélico que arreciaba durante la administración de Nixon. Después de todo, EE.UU. se desligó del conflicto, y admitió luego su error, dándole en cierto modo la razón a Fonda, quien insiste: “Yo no fui quien envió a 58 mil combatientes a morir por una causa que no era nuestra.”

Consistente con sus principios políticos liberales, que sedimentaron durante su matrimonio con el activista Tom Hayden –luego legislador en California-  Fonda también se opuso a la invasión de Irak sin mucha alharaca, actitud que ha sido igualmente criticada en  círculos conservadores. Irónicamente, al tratar de evitar la reelección de Bush, sus comentarios políticos fueron algo contraproducentes, pues al senador Kerry lo perjudicó mucho el epíteto de “Hanoi John”, atribuido por los republicanos para identificarlo con Fonda, a raíz de la consistente actitud pacifista del político al regresar del servicio militar.

A pesar de su acto público de contrición –que muchos calificaron de tardío y oportunista- el sentimiento adverso contra Fonda sigue latente, aún a 30 años del fin de esa guerra, algo que se reflejó en el insólito hecho de que varios cines del país se negaron a exhibir su película, colocando carteles en la entrada con este aviso: ”Aquí no se exhiben películas con la traidora Jane Fonda”.

Confidencias de su vida

       A tono con su controversial incursión en la política, Fonda no podía ser menos polémica en su autobiografía, donde relató detalles bastante íntimos de su experiencia matrimonial en los años 60 con el director francés Roger Vadim, quien la dirigió en la cintas francesas La ronde y Barbarella, y quien fuera antes amante y promotor de Brigitte Bardot y Catherine Deneuve. En el libro menciona que, para complacer al osado director, arreglaba ménages á trois con otras mujeres que gustaban al marido. También escribió largos capítulos acerca de la conflictiva relación con su padre, el legendario actor Henry Fonda, quien la inició en el séptimo arte y con quien interpretó el último filme de éste, Los años dorados, cinta que muestra en la trama una relación padre-hija muy similar a la de los Fonda. Y no hay duda que aprendió mucho de su padre, pues ella mereció el Oscar como mejor actriz en dos ocasiones, al encarnar a una prostituta enamorada de un detective (Donald Sutherland) en Klute, y a la amante adúltera de un veterano lisiado de Vietnam (John Voight), en Regreso sin gloria. En esta última, aceptó con gusto el papel por el tono pacifista del argumento, tratando de reivindicar así su oposición a esa polémica guerra.

       Tampoco podía faltar en el libro una larga referencia a su tercero y último esposo, Ted Turner, el magnate fundador de la cadena televisiva CNN, quien la persuadió a retirarse de la pantalla hace quince años, y con quien tiene todavía una relación amistosa mientras reside en Atlanta, a pesar del divorcio. Prueba de ello es que le hizo leer el manuscrito de su libro antes de publicarlo, para no ofenderlo con sus revelaciones. Sin embargo, en el libro trata de disipar los rumores de que se casó por su dinero, pues Fonda fue también una exitosa emprendedora, al vender millones de copias de sus 10 videos sobre ejercicios aeróbicos, conocidos como los “workouts with Jane”, todavía muy populares entre las mujeres que cuidan su línea. Justamente, Fonda era entonces un ejemplo viviente de la efectividad de esos ejercicios, y aún a su actual edad todavía exhibe una figura esbelta. Sin embargo no puede competir con la escultural Jennifer López, su nuera en Monster-in-law, quien tiene que sufrir maltratos y humillaciones de una suegra que cree que ella no es un buen partido para su hijo mimado. Debido a toda la publicidad que la polémica Fonda atrajo hacia el filme, no es de extrañar que haya arrasado en la taquilla en su estreno, causando un relanzamiento tardío e inesperado de la actriz en la actividad que le dio tanta fama y satisfacción en otras épocas, como miembro de la segunda generación de la dinastía Fonda.

rpalmi@yahoo.com

 
 
 
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