Para
una nación siempre fascinada por la presidencia, es lógico que
sus mandatarios sean llevados al cine con cierta frecuencia,
especialmente los que tienen más atractivo mediático, como
Ronald Reagan, Richard Nixon, John F. Kennedy, Abraham Lincoln,
Franklin y Teodoro ‘Teddy’ Roosevelt. Este último es sin duda
el más interesante del grupo, tanto por sus logros como
mandatario como por sus variadas actividades cívicas e
intelectuales. En efecto, TR fue militar, cazador, diplomático,
escritor, conservacionista y, finalmente, político y gobernante,
siendo el presidente más joven que ha llegado al cargo, a los 42
años (un año antes de JFK), aunque fuera por accidente, pues era
vicepresidente cuando fue asesinado el reelecto presidente
William McKinley en 1901 por un anarquista polaco en Buffalo.
Un director aficionado a las biografías
como Martin Scorsese no podía sino interesarse en ese
pintoresco personaje, de ahí que se ha propuesto dirigir una
película basada en el libro de Edmund Morris, “El ascenso
de Teodoro Roosevelt”, donde se relata la vida del joven
Roosevelt hasta su llegada a la Casa Blanca, aunque posiblemente
tenga un título más comercial cuando se estrene a mediados de
2006. Scorsese no tuvo que buscar mucho para encontrar al
intérprete ideal de Roosevelt, después de que Leonardo di
Caprio hiciera una buena caracterización del excéntrico y
también polifacético Howard Hughes en “El aviador”.
Varios presidentes han sido tratados por
Hollywood en la pantalla grande. En orden cronológico,
recordamos primero a Andrew Jackson en la película “El bucanero”
(1958), papel que le fue concedido a Charlton Heston y
quien ya lo había interpretado un lustro antes en “La dama del
presidente”.
Abraham Lincoln fue el presidente más
llevado al cine, siendo memorables las interpretaciones que
hicieran primero Walter Huston en la costosa cinta
homónima de D.W. Griffith de 1930, luego la de Henry Fonda
en “El joven Lincoln” (1939), y finalmente la de Raymond
Massey en 1940, titulada el “Abe Lincoln en Illinois”.
Incluso Gregory Peck lo caracterizó en una mini serie de
tv, “Azul y gris”, interpretando a Lincoln durante la guerra
civil.
Con su porte académico, el presidente
Woodrow Wilson no era muy fotogénico, pero su papel como
vencedor en la I Guerra Mundial y su posterior empeño pacifista
al crear la Liga de las Naciones, le merecieron ser llevado al
cine, tocándole a Alexander Knox interpretarlo en “Wilson”,
la versión fílmica de una exitosa obra teatral.
La figura de Frankin D. Roosevelt
apareció en numerosas películas, pero siempre en secuencias
cortas. Sólo en “Amanecer en Campobello” lo tuvo como
protagonista, con la suerte de ser interpretado por un actor
excepcional, Ralph Bellamy, con un gran parecido físico,
quien luego repitió el mismo papel en la adaptación televisiva
de la novela de Herman Wouk, “Vientos de guerra”.
John F. Kennedy fue sin duda el más
apuesto y fotogénico de los presidentes norteamericanos de la
era moderna, y su odisea en el Pacífico -cuando comandó una nave
torpedera- fue llevada al cine poco antes de su prematura
muerte, en la adaptación de su relato biográfico “PT-109”,
siendo Cliff Robertson el encargado de interpretarlo.
Recientemente, el actor Bruce Greenwood hizo otra
excelente caracterización de JFK en “13 días”, un objetivo
relato de la crisis de los misiles cubanos en 1962, que fuera la
hora estelar de JFK al evitar una guerra nuclear con su
paciencia y sensatez.
Una sorprendente caracterización del
impopular Richard Nixon le tocó al actor británico Anthony
Hopkins, en la cinta de Oliver Stone “Nixon”, pero el
personaje tuvo poca credibilidad precisamente por el acento
británico del actor, que delataba su origen, una selección que
Stone lamentaría luego a pesar de ser una interpretación de
primera categoría. Hopkins ya había interpretado a John Quincy
Adams en la cinta de Steven Spielberg “Amistad”, pero en
su etapa como ex presidente y abolicionista, no como un
mandatario en ejercicio.
La actuación de un presidente en
funciones, George W. Bush, fue llevado a la pantalla dos años
después de ocurrir el ataque terrorista del 11-9-2001, en una
cinta, titulada “D.C. 9/11: Tiempo de Crisis” que fue
transmitida sólo por la televisión. El actor Timothy Bottoms
hizo una aceptable caracterización del personaje, pero la cinta
fue hecha por encargo del partido Republicano y no tuvo la
debida objetividad. En 2003 James Brolin interpretó con
mucho tino a Ronald Reagan en un especial de televisión titulado
“Los Reagan”, estrenado poco después de la muerte del ex
mandatario, a su vez un consumado actor en la época de oro de
Hollywood.
En películas de ficción hubo una plétora
de actores que interpretaron a presidentes de EE.UU., siendo
memorables las de Henry Fonda (Fail-Safe),
Peter Sellers (Dr. Insólito), Bill Pullman
(Día de Independencia), Harrison Ford (Air Force
One), Michael Douglas (El presidente
norteamericano), John Travolta (Colores primarios),
Gene Hackman (Poder absoluto) y Kevin Kline
(Presidente por un día). Pero el más popular de todos,
aunque en TV, es sin duda el veterano Martin Sheen,
siempre convincente como el simpático presidente de la aclamada
serie “The West Wing”.
rpalmi@yahoo.com
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