El
arraigo popular del músico Ray Charles rebasaba las
fronteras de su país de modo que su desaparición en junio de
2004 fue muy sentida en todo el mundo. A tono con esa realidad,
Hollywood se apresuró a filmar su biografía para capitalizar ese
sentimiento, logrando cristalizar con Ray un viejo
proyecto del veterano Taylor Hackford, quien tenia en su
haber a notables éxitos de público ( La laguna azul,
Reto al destino ). La selección de Hackford no fue
accidental, pues éste mantuvo una larga amistad con Charles
durante quince años, documentándose sobre las intimidades de un
hombre que llegó a la cima de su carrera luchando contra
adversidades como la falta de apoyo familiar, la ceguera, la
discriminación racial, la pobreza y la adicción a la droga y la
bebida.
Foxx, el intérprete ideal de Charles
Sin embargo, durante ese largo período de
planificación, no había aparecido todavía el actor ideal para
interpretarlo, hasta que vio las primeras caracterizaciones de
Jamie Foxx, un nuevo actor en la reciente camada de
actores afroamericanos. Estuvo considerando a Samuel L.
Jackson y Laurence Fishburne, por ser más parecidos
físicamente a Charles, pero les faltaba la sensibilidad
artística y el carisma que caracterizaron al inimitable músico,
pues eran más indicados para cintas de acción. Cuando Hackford
vio la cinta Ali, donde Foxx encarnó al amigo y asesor
del famoso boxeador Muhammad Ali, empezó a considerarlo
para el papel, mientras pulía el guión con la cooperación del
mismo Charles. Finalmente vio el memorable papel de Foxx como el
taxista que conduce al sicario Tom Cruise en Colateral,
cinta exitosa en gran parte debido a la presencia de Foxx, al
representar acertadamente al arquetipo de negro resentido y
tosco, pero honesto y bien intencionado.
Pero lo que realmente terminó de convencer a Hackford fue el
hecho de que Foxx fuera un pianista aficionado, detalle
importante para el papel de Charles. Y aunque apenas sigue con
los labios las palabras del cantante en interpretaciones
grabadas por el ídolo, su correcto acompañamiento pianístico y
sus gestos característicos conforman una simulación tan realista
que pareciera que el mismo Charles estuviera vivo y cantando,
tan fuerte es el parecido físico con el músico. A juicio de la
crítica, Foxx penetra hondamente en el alma de Charles,
mientras el resto del reparto lo complementa maravillosamente,
para lograr un producto muy profesional y refinado, como pocas
veces se había visto en una biografía musical.
Una música memorable
Lo que nos lleva al otro componente principal del
filme, la inimitable música del mismo Charles, una mezcla de
jazz, gospel, country y pop, universalmente conocida y gustada,
con la cual los fanáticos de Charles se deleitan durante gran
parte del filme con interpretaciones originales de I’ve got a
woman, Georgia on my mind, Hit the road Jack
y, especialmente, I can’t stop loving you, quizás su
canción más famosa, que afortunadamente oímos completos en la
banda sonora del filme. Al final, como señaló un importante
crítico, “la cinta es mucho más que una biografía del cantante
de gafas oscuras, es un homenaje audiovisual a Ray Charles,
renunciando a la objetividad que merecen cintas de este tipo.”
En el fondo, no se podía esperar otra cosa de un admirador
sincero como Taylor Hackford.
Las agradables melodías originales, cantadas emotivamente por un
vocalista con un estilo único como Charles, sirven para suavizar
el drama descarnado que se desarrolla en el trasfondo de la
compleja vida familiar del cantante. Ciego por un glaucoma desde
los 7 años, Charles lucha por educarse y valerse por sí mismo,
pese a la discriminación existente en el sórdido mundo de los
clubes nocturnos y los teatros de variedades. Conociendo sus
limitaciones, capitaliza entonces su áspera voz, nada melodiosa
( tomando el ejemplo del gran Louis Armstrong ) en sus
primeros esfuerzos como vocalista, compositor y pianista, para
lograr finalmente el justo reconocimiento de la disquera
Atlantic Records. Luego vemos su tormentoso matrimonio y sus
infidelidades, su adicción temprana a la heroína y finalmente su
penosa rehabilitación, logrando dar un ejemplo a todos los
drogadictos al no probar estupefacientes en sus últimas cuatro
décadas de vida.
Camino al Oscar: Ray y Foxx
Es
una carrera turbulenta, cubierta en la cinta sólo durante los
primeros tres decenios (hasta 1979, ya en la cima), todo en un
guión bien hilvanado sobre un artista que se sobrepone a sus
defectos físicos y debilidades personales, en una lección
vivencial que debería inspirar a mucha gente discapacitada en el
mundo, e incluso a las personas normales. Aparte de sus valores
artísticos, en esto estriba el gran valor de esta obra, cuyo
título fue escogido para sugerir un rayo de luz y de esperanza
para toda la gente laboriosa y de buena voluntad, representada
aquí admirablemente por ese luchador incansable que fue Ray
Charles, hombre imperfecto como tantos artistas, pero a quien se
le perdonan sus fallas con tal de escuchar su emotiva música,
única en su genero.
La
gran aceptación del film en sus primeros meses, cuando estuvo
entre los primeros puestos de taquilla en todas partes, ya
indicaba que había mucho de valioso en la obra, y esto fue
confirmado por las nominaciones obtenidas tanto para los Globos
de Oro como para los Oscares, entre otros certámenes, donde
Ray compite para la mejor película contra favoritos como
El aviador, Million dollar baby y Sideways. Pero, en opinión
de muchos críticos, Jamie Foxx debería ganar esta vez el Oscar
como mejor actor principal, máxime cuando tiene en el mismo
certamen otra nominación como mejor actor secundario por
Colateral, un hecho inusitado en la historia de la Academia.
Si llegara a ganarlo por Ray, Foxx sería el cuarto actor
de raza negra en tener esa distinción, después de Sydney
Poitier, Halle Berry y Denzel Washington, que tenían
una carrera mucho más dilatada cuando fueron galardonados, lo
que le da aún más mérito a este notable actor y nueva luminaria
que es Jamie Foxx en el competido mundo de Hollywood.

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