I
Venezuela
vive una crisis profunda que no se resolverá hasta tanto la
sociedad venezolana no funcione democráticamente. Esto es,
para mí, lo esencial que debemos abordar.
No se trata de
ver sólo un día, el 3 de diciembre, sino levantar la mirada
más allá, hacia todo un periodo cuya duración no podemos
predeterminar. No será fácil reconstruir a un país sometido
a una implacable destrucción a nombre de una delirante
“revolución”.
El país ha
perdido de nuevo una gran oportunidad. Los precios de sus
hidrocarburos alcanzaron niveles históricos al ubicarse por
encima de los sesenta dólares el barril. El autócrata ha
podido realizar unas tantas aventuras e improvisaciones en
el desarrollo económico social y en sus relaciones con el
exterior gracias a ese volumen de ingresos, a lo cual
debemos agregar los provenientes de las rentas que pagamos
todos los venezolanos y lo que es insólito a un
endeudamiento de la nación.
El fracaso de
este gobierno es estruendoso. A nombre de la pobreza y de un
discurso llamado inclusivo los logros no pueden ser más
lamentables; la pobreza ha aumentado y la sociedad
venezolana se encuentra dividida y atravesada por una
conflictividad que tiene un ingrediente de odios inyectados
por el autócrata.
Ninguna sociedad
puede prosperar cuando una parte de ella prevalida del poder
intenta aplastar, literalmente desaparecer, a más de la
mitad de la población Por eso el lema de Rosales que insiste
en que él gobernaría para 26 millones de venezolanos y
venezolanas es impecable. Debe ser el destino de este país.
Acabar con un gobierno que quiere todo “rojo, rojito”. Es
imposible uniformar a toda una nación. Esos intentos han
fracasado donde quiera se ha querido desconocer a la
disidencia léase la Unión Soviética, la llamada “Revolución
cultural” en China que tanto le costó a e país, como lo
reconocen sus principales dirigentes de hoy.
El porvenir de
Venezuela está en la perspectiva de su reconciliación. No
hay dos Venezuela. Hay una sola. Y el que gobierne debe
hacerlo para todos y todas. Es una infamia que siga
prevaleciendo la lista fascista de Tascón. Será un recuerdo,
cuando se derrote a este régimen, como el maccartismo en los
Estados Unidos, o la Inquisición en la edad media.
Es un retroceso
que se prescinda de una mayoría donde exist6e un caudal
inmenso de profesionales, de técnicos, de constructores de
un país. El ejemplo de PDVSA es elocuente. Como se ha
traducido en el funcionamiento de la primera industria el
haber votado, con pito y todo, con deliberación y alevosía
preconcebida como lo confesó en su tono retrechero el
autócrata, en la reunión de la “nueva _Etapa” realizada a
finales del 2004 en el Fuerte Tiuna. Estaba borracho con su
victoria amañada basada en la utilización de todos los
recursos del Estado y con la complicidad de Jorge Rodríguez
que se prestó para ir aplazando mes tras mes el momento de
la votación que, según las propias palabras del interfecto,
tenía perdida en el 2003.
Los resultados
del referendo en lugar de reducir la crisis la profundizó
hasta el límite que hemos llegado hoy. Y este es el problema
que tenemos planteado, así los banqueros internacionales,
grandes beneficiarios de este régimen, no lo entiendan. No
habrá reglas claras hasta tanto, como decíamos al inicio, no
funcionen las Instituciones, no opere democráticamente la
sociedad venezolana
II
El mismo
personaje confiesa que ha invertido 10 mil millones de
dólares en las obras que inaugura, pero él ha recibido 55
mil millones de dólares. La pregunta pertinente es: ¿qué ha
hecho con el resto de los ·reales·? No responde, sino que su
discurso es descalificador de quienes exigen una rigurosa
rendición de cuentas
Venezuela podría
ser una tacita de plata si a esos inmensos recursos
provenientes de los altos precios de los hidrocarburos, más
los que recauda, algunas veces compulsivamente el SENIAT
(por cierto, habría que buscar las declaraciones donde
afirmara que él nada tenía que ver con el comunismo, en lo
que fue acompañado por Diosdado Cabello, dando la impresión
de que ambos, junto con los gobernadores de Táchira y
Mérida, nada tenían que ver con ese trasnochado”socialismo
del siglo XX!), se hubiesen sumado las inversiones del
capital nacional y se hubiesen recibido capital y tecnología
extranjera. En el 2005 el Banco Central de Venezuela sólo
registra 500 millones de dólares. Es un perjuicio para la
economía nacional, para el país, tal situación. Y es que
existe una palabra mágica para que concurran los capitales
nacionales y extranjeros junto con las inversiones
estatales, y esa palabra es CONFIANZA.
Es a base de
inyección de capitales como se pueden construir empresas de
la más variada índole: en la manufactura, en los servicios,
en el campo. Es a partir de un esfuerzo propio que se
complemente con la inversión extranjera como varios países
del nivel de Venezuela han acelerado su desarrollo y han
reducido la pobreza y mejorado las condiciones de vida y de
trabajo de la inmensa mayoría de sus ciudadanos y ciudadanas
Esta es la
experiencia contemporánea. Ya el imperialismo no puede
comportarse como tal, si existen reglas que moderen su
actuación. Así lo han hecho China, Vietnam, para no
referirme a otros países que giran en la órbita capitalista
como la India. Cito a China y a Vietnam porque el autócrata
quiere un “modelo socialista” y “destruir al capitalismo por
la base”, mediante el trueque de topochos por gallinas y
huevos. Piensa crear un papel moneda, variando las
circunstancias y la época, a la manera feudal, de los
grandes terratenientes que pagaban con fichas válidas solo
en los almacenes del dueño de la tierra. Es esto lo que
refleja el autócrata cuando advierte que con ese papel
moneda, cuyo nombre aún no sabe, “¡no podrá tomarse una
cervecita en la esquina!” Las cámaras de televisión
presentaron las caras de los asistentes. Era todo un poema
El otro aporte
para “el desarrollo del país” es el cooperativismo. Sólo me
remito al informe del propio Superintendente de
Cooperativas. Un cuatro por ciento activo, un 25 por ciento
desaparecido, el resto no hay informaciones precisas. Tenía
que ser así. Las cooperativas son una parte de una visión
económica donde la pequeña, mediana y gran empresa entran al
escenario nacional. No debe procederse a un plan cooperativo
sobre la base de la destrucción de la mitad del parque
industrial venezolano.
El autócrata se
jacta del crecimiento sostenido del país los últimos años.
Es un crecimiento FOFO, pura “grasa”. Con un ingreso como el
señalado anteriormente sería una verdadera catástrofe para
el régimen que tamañaza circulación de la masa monetaria no
produjese determinados resultados. Pero esos no son los que
convienen al país. Este es el nudo de la cuestión.
Hay un
crecimiento, pero no hay un desarrollo. Entre sus últimas
lecturas, las cuales le hacen cambiar de opinión de la noche
a la mañana, debería incorporar toda la literatura económica
a este respecto., Las décadas de los sesenta y detenta son
ricas en esta diferencia entre crecimiento y desarrollo, y
como este último se tiene que patentizar en disminución del
empleo mediante elevación del empleo productivo,
mejoramiento social en educación, salud, vivienda,
transporte, vialidad urbana y rural, erección de un parque
productivo que tome en cuenta la competitividad para poder
ingresar a los torrentes integracionistas que la
globalización acelera
Recomendamos al
lector interesado en estos temas un simple ejercicio muy
revelador de lo que sucede en la esfera de la economía
venezolana: véase la lista, que ya era bastante reducid a
en comparación con otros países del mismo rango que
Venezuela, con la lista de los productos exportables de hoy.
¡Da lástima! No tenemos que exportar salvo petróleo, hierro,
aluminio
III
El porvenir de
Venezuela está en un régimen democrático con justicia social
No se debe a nombre de la lucha contra la pobreza liquidar
la libertad, ni dividir a un país, ni armarlo, ni
enfrentarlo a unos contra otros, ni tener una política
internacional pendenciera.
Derrotar a este
régimen reclama un gran acuerdo nacional en los términos que
lo expone “VENEZUELA: UN ACUERDO PARA ALCANZAR EL
DESARROLLO- Un Acuerdo Social”.
Manuel Rosales,
el candidato de la unidad nacional, a sí lo ha internalizado.
Sus palabras están impregnadas de la urgencia de ese
Acuerdo. El se ha colocado a la cabeza de él. Para el 3 de
diciembre, para después del 3 de diciembre del 2006 cuando
sea presidente de un país pequeño, pero con enormes
posibilidades para darle bienestar a todos y todos los
venezolanos y venezolanas.
Volveremos sobre
el Tema.