En
tres ocasiones he visto a una niña cuadrándose y saludando
militarmente al Comandante. A mi memoria vinieron escenas
similares vistas por mí, en la URSS, China, y en las
llamadas democracias populares, así como en Corea del Norte
y Cuba. Eran los “paraísos” ofrecidos como salida a la
situación de atraso en que se encontraban todos. De esa
manera se demostraba que por un lado marchaba la teoría
marxista y por otro lado la realidad de naciones pre-capitalistas.
Una frase que repite mucho el autócrata, sobre lo que debe
morir y lo que está por nacer, aplicada a la teoría
contenida en los escritos de Marx y Engels sobre el
desarrollo de las fuerzas productivas que entran en
contradicción con las relaciones de producción, en ninguno
de esos países, eso se cumplió. El Socialismo real se
desplomó sin disparar un tiro.
Nosotros
luchábamos contra el militarismo, que azotaba a la región
latinoamericana y caribeña.
En Venezuela,
hoy lo dominante en la autocracia es el militarismo. Es,
casi, el rechazo del mundo civil. En lo que se refiere a la
nueva versión de la formación de la República, los héroes
civiles desaparecen y resulta ser obra donde lo fundamental
es el factor militar.
No quiero para
mi país, y ya para mis nietos y bisnietos, una educación
militarizada, con pensamiento único, con una versión
falsificada de la historia hecha a imagen y semejanza del
autócrata de turno. Revisando mis 70 años en la lucha
social, pienso que fue el estudio de la historia venezolana,
y de la Economía Nacional e Internacional, lo que me salvó
de un mayor dogmatismo.
En las alianzas
de Chávez están destacadas la Rusia de Putin y Bielorrusia,
una prolongación del estalinismo. Se nos quiere llevar al
partido único, al pensamiento único, a la perpetuidad en el
poder de una persona y reproducir el culto a la
personalidad; al centralismo, al militarismo. Estimar
traidor a la patria al que diverja de tal perspectiva, es
paso previo a la represión. Se nos quiere llevar a un
régimen totalitario. “El totalitarismo no es sólo un sistema
político, sino también un modo de pensar o, si se prefiere,
un paradigma” (Mires).
Derrotar esta
perspectiva reclama un gran esfuerzo nacional, no es un
enfrentamiento entre derechas e izquierdas, es, entre la
democracia y el totalitarismo militarista. El 3 de
diciembre con Manuel Rosales al frente, existe esa
posibilidad. Vamos a votar.