Estamos
en presencia del mantenimiento de viejos esquemas fracasados
y de reflejos y reacciones mineralizadas, dogmáticas.
Hacemos estas conclusiones al enjuiciar el llamado
socialismo del siglo XXI que un autócrata trata de imponer
en nuestro país. Pregunto: ¨¿dónde está el socialismo de los
12 gobernadores militares o más específicamente de Acosta
Carles, Diosdado (el que junto con Vielma Mora hace unos
meses declararon que nada tenían que ver con el comunismo)?
Oigo a
algunos amigos y pareciera que no se hubiera derrumbado el
“socialismo real”. Durante setenta
años se me estuvo diciendo que estábamos a las puertas del
colapso del capitalismo y lo que se derrumbó era lo que se
nos vendía como socialismo.
Siempre lamento que en Venezuela no se hubiera realizado un
debate como el que hizo la izquierda europea. Es
impresionante leer a Gorbachov y declarar que en la URSS
nunca hubo socialismo. O estudiar
lo que sucede en China y en Vietnam, para citar dos países
declarados socialistas y que hoy no tenemos donde ubicarlos.
Véase el libro CHINA 2006 y cómo
funciona su economía. La diversidad de formas económicas. y
que son la razón por la cual ese país se ha convertido en la
cuarta potencia mundial. No fue a partir del socialismo sino
de las grandes inversiones extranjeras.
Se habla de
la victoria de las izquierdas en el Sur del continente. Esas
victorias fueron en coalición para conformar gobiernos de
centro izquierda., El único que quiere acabar con el
capitalismo y habla de socialismo y de salvar al mundo es el
autócrata venezolano. Se salva por el petróleo, el resto es
un desastre. Todos esos países donde la izquierda ejerce
gobierno lo que habla es de construir una democracia de
avanzada donde la justicia social tenga un lugar
preeminente.
No ver estas
realidades y observar de nuevo el culto a la personalidad,
el centralismo, el partido único, la tendencia al
pensamiento único y quien critique esquemas tan viejos es
anatematizado, es quedarse anclado
en el pasado cuando criticar lo que sucedía inmediatamente
era catalogado de contrarrevolucionario y sucede que en 1956
cuando oigo el Informe Jruschov contra los crímenes de
Stalin las críticas contra la URSS se quedaron cortas. Por
lo que a mí respecta juré que no volvería en mi papel de
luchador social a comprometerme en
esa dirección. Y por eso la enfrento.