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¿Abandonó Castro al Che Guevara?
por Pedro Corzo

 

Durante mucho tiempo las posibles desavenencias entre Fidel Castro y Ernesto Guevara han sido temas de interés, y es de creer en virtud de las profundas diferencias de carácter de ambos personajes, que en mas de una ocasión, y principalmente después de 1965,  los encuentros entre los dos debieron ser extremadamente críticos. 

Es indudable que la personalidad de Fidel Castro sedujo a Guevara desde el primer encuentro. Confiesa el Ché que desde que hablaron quedó convencido  de que debía integrarse  como un expedicionario más en el proyectado desembarco en Cuba. Sin lugar a dudas Castro también fue atraído por su interlocutor. Descubrió en él un hombre firme, valeroso y culto a 1a vez que, durante los entrenamientos a que fueron sometidos los expedicionarios por el "general" Alberto Bayo, demostró   habilidades, y una voluntad  de la que adolecían muchos de los que participaban en el entrenamiento. 

Según testigos presenciales la relación entre ambos era por lo regular tirante, aunque al final de las discusiones Guevara fuera siempre un fiel hacedor de los mandatos de su jefe. Afirman que a pesar del mutuo respeto y  posible afecto que ambos se profesaban, existía entre los dos mucha competencia.  Sentimiento que se iría acrecentando con el tiempo por las características personales de Guevara. Es conveniente destacar que en una sociedad totalmente militarizada como la cubana sólo tuvo mando militar hasta septiembre de 1959, y sus "leales" siempre estuvieron dispersos en varias unidades castrenses. Por otra parte  Castro no fue remiso en enviarlos a misiones “internacionalistas”, acciones militares o guerrilleras, con o sin el guerrillero argentino. 

El  personaje siempre estuvo rodeado por un aura mística. Su vida de viajero irresponsable, de hombre que no trabajaba con regularidad, más su  insolencia y  el desprecio hacia todo lo que afectara negativamente a su entorno más directo, junto a su participación, aunque muy modesta, en 1a defensa del gobierno  de Jacobo Arbenz en Guatemala, y el heroico control que tenia sobre su enfermedad le hacía un hombre  diferente al promedio de los individuos que acompañaron al futuro dictador cubano en su empeño. 

El hecho de que fuera el único dirigente de la Revolución capaz de escribir y  teorizar sobre experiencias y conocimientos; que se pronunciara por una revolución hemisférica a un  mes del triunfo de la  Revolución y que sus viajes, discursos y actuaciones en el exterior le dieran una personalidad independiente a la de Fidel Castro debió haber generado mas conflictos de personalidad entre estos dos individuos. 

Las personalidades de ambos líderes eran fuertemente antagónicas. Guevara idealista, intransigente, esquemático, doctrinario, arrogante,  con fuerte inclinación a la teorización  revolucionaria,  sin abandonar la práctica que le dictaban sus valoraciones.  Fidel Castro dogmático en sus fines, con un carácter mesiánico,  ciego en su propia fe, el castrismo,  ambicioso de poder e historia, sin inclinaciones teóricas, pragmático del poder, y con un profundo sentido de la sobre vivencia  política y física. Instinto que le lleva a establecer pactos y compromisos que sabe que no va a cumplir en el mismo momento que los contrae. 

A pesar de que fue Guevara el artífice del orden económico post-revolucionario y que gozó durante varios años de una gran  y vasta influencia en el gobierno de la isla,  sus  enfrentamientos con dirigentes de los países del llamado “socialismo real” y las críticas públicas que profería en conferencias internacionales, fundamentalmente contra la Unión Soviética, su principal aliado en el proceso de instauración del totalitarismo en Cuba,  afectaron en gran medida el poder que detentaba. Pero aclaremos que Guevara no cuestionaba  a la desaparecida URSS por la violación de los derechos humanos ni por  la ausencia de las libertades públicas y  privadas en ese país, sino por la forma egoísta en que conducía sus relaciones con los países del tercer mundo, que eran por supuesto las que  él recomendaba. 

Para más de un especialista en el tema,  su ostracismo  de las esferas del poder era consecuencia de su ortodoxia, de su relativa  independencia de criterios ya que seguía defendiendo formulas económicas que Fidel Castro había abandonado. Era en el gobierno una especie de conciencia de la utopía marxista ya que continuaba defendiendo el trabajo voluntario y los estímulos morales como si fueran a resolver los problemas socio-económicos de la isla. Castro estaba consciente de que para que su régimen sobreviviese era imprescindible una ayuda exterior, y que esa ayuda no se iba a producir sino se cumplían determinados requisitos. 

El once de diciembre  de 1964 en la Asamblea General de las Naciones Unidas y en febrero de 1965 en Argel,  criticó con ferocidad a la Unión  Soviética. Sus choques con los antiguos comunistas cubanos eran cada día más severos. Sus fracasos en la conducción de la economía se hacían cada día más evidentes, lo que hacía más importante la ayuda que pudiese provenir del exterior. 

Según se hacía más dependiente el régimen cubano del Kremlin,  más influencias ganaban los enemigos de Ernesto Guevara  y aunque Castro era partidario de la teoría del "foco guerrillero", de la subversión continental al  estilo guevarista,  su sentido de la oportunidad le hace   abandonar todo lo que pueda ser un lastre  a sus intereses. Por otra parte, era al interior de la nomenclatura el blanco preferido de los comunistas ortodoxos cubanos. Los ataques más encarnizados provenían de Carlos Rafael Rodríguez y Blas Roca,  máximos dirigentes del comunismo en la isla, quienes  le acusaban de no estar al día  en 1a  moderna economía marxista,  y de estar más próximos a las teorías utópicas de Moro,  que a las de Marx. 

En julio de 1965 el gobernante cubano Fidel Castro censuró sin ambages el principio guevarista  de los incentivos morales en la creación del socialismo  y el 3 de octubre de ese mismo año disintió públicamente de la línea política internacional que había asumido Guevara, en lo que atañía a su conducta antisoviética. Poco antes el semanario uruguayo “Marcha” publicó un artículo suyo, “El Socialismo y el Hombre en Cuba”  en el que en cierta medida censuraba la forma en que Castro había conducido el ataque  al Cuartel Moncada. Todo esto permite apreciar las diferencias existentes  entre  los dos líderes revolucionarios. 

Según Gary Prado, general boliviano, Ernesto Guevara antes de ser ejecutado  declaró que Fidel Castro le había fallado en el momento crucial de su misión,  y existen pruebas que al principio de las operaciones el régimen cubano  respaldó a la guerrilla pero  que  a partir del 21 de marzo de 1967, el apoyo  a  Guevara   y a los 16  cubanos que le acompañaron en la misión fue disminuyendo. Destacamos que no sólo cesó el respaldo material sino que la propaganda a su favor también fue cancelada  A partir de junio la comunicación radial con La Habana se espació, colapsando por completo en septiembre, un mes antes del final.

Son lo que algunos consideran las criticas póstumas a Guevara por parte de Fidel Castro  las que cerrarán este trabajo. El 15 de octubre, siete días después de la muerte del guerrillero, expresó el gobernante cubano:  “La excesiva temeridad y el no tomar las precauciones debidas le llevaron a la muerte y una fuerza guerrillera no libra una batalla de más de cuatro horas”.  

Fuentes.

Ernesto Ché Guevara, Mito y Realidad. Enrique Ros.
Pasajes de la Guerra Revolucionaria. Ernesto Che Guevara.

Ché. Jon Lee Anderson.

Documentos, cartas, discursos y ensayos de Ernesto Guevara.

*

Pedro Corzo, es periodista y presidente del Instituto de la Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo, que tiene en producción, con la direccción del cineasta Luis Guardia, un documental sobre Ernesto Guevara.

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