Vista
la actitud de los llamados líderes de oposición, así como el
comportamiento de la llamada sociedad civil y de los vaivenes de
quienes moldean la opinión pública, a contar desde el pasado 15
de agosto 2004, cabe preguntarse si realmente estamos ante una
fuerza de oposición comprometida, dispuesta a asumir los retos
que se le ponen por delante, contabilizando no solo los posibles
éxitos, sino también las bajas y que en lugar de agendas
personales, tenga no solo un plan B, sino C y D.
Interrogantes todas que tienen mucho que ver con la insoportable
apatía política de quienes se supone en teoría representan
electoralmente a una mayoría del país.
Así pues, como explicar que el principal líder de la oposición
desapareció del mapa la madrugada del 16 de agosto 2004, se
eclipsó sin siquiera despedirse, sin decir si partía de
vacaciones o simplemente se retiraba de la actividad política.
Para luego reaparecer 7 meses mas tarde, como si nada ha pasado,
emitiendo declaraciones las cuales hay que reconocerle al
personaje, que guardan coherencia, pero dentro de la línea de su
perpetua incoherencia. Además que no se trató de una reaparición
retadora, sino mas bien forzada, por cuanto la misma fue una
cortesía del aparato represivo del Estado que sacó a Enrique
Mendoza de su incomunicación
Por otra parte, como entender las recientes declaraciones de
Súmate, otros que reaparecen, por qué presentarse como una
organización ciudadana, cuando sin rubor alguno lo que quieren
es seguir surfeando sobre la ola de la antipolítica, y bien
sabemos los venezolanos que los embates de la fatuedad de la
antipolítica, fueron los causantes del tsunami que destruyó
todas nuestras instituciones democráticas. ¿Ya se olvidó? Qué es
eso de tener toda la pinta y actitud de un partido político y al
mismo tiempo pretender no serlo. Súmate llena todos los
requisitos para ser un partido político venezolano, a decir;
tienen una contabilidad opaca, una dirección vertical, un mini
cogollo, que nadie sabe como se autonombraron, así como tampoco
se conocen cuales sus bases ideológicas, y tampoco se sabe como
está compuesta su militancia de base y si ésta existe, parece
que es debidamente ignorada, tal y como hicieron AD y COPEI
durante años.
Igual despelote, mejor dicho, agudización de la banalización que
le asfixia, sufrió la opinión pública vernácula con el caso del
cronista de sociales Roland Carreño y su abrupta salida de la
nómina de un diario de circulación nacional, el cual atraviesa
por un proceso de bolivarianización de sus articulistas. El
asunto se convirtió casi en un affaire de estado, para la
oposición claro ésta, a decir el polvo que levantó, y todo el
morbo que produjo una reseña de estilo barroco y post-moderno a
través de la cual se narraba un encuentro del gratin de la
sociedad venezolana, chavista y anti-chavista, en torno al
periclitado Pavarrotti, para que vean, que para los VIP
caraqueños no todo es chatarra militar.
Pero las mentes lúcidas, que las hay, también son víctimas de un
extraño decalage con la actualidad política nacional, tal es el
caso de Teodoro Petkoff. Cuesta entender como alguien tan serio,
perspicaz y agudo, que mantuvo una posición tan respetable como
discutible, en cuanto al llamado fraude de agosto del 2004, de
pronto, dice que el CNE así no sirve, y todo gracias a un e-mail
que enviara a los medios la ONG “Ojo Electoral”, señalando
palabras mas palabras menos que el actual CNE no era confiable,
sin que mediara por parte de la susodicha ONG una piche rueda de
prensa, ni se le presentara a la opinión pública un informe
detallado de cómo ésta organización llegó a descubrir el agua
tibia. Ciertamente dicha ONG está compuesta por personalidades
lúcidas y tan respetables como lo es el propio Petkoff (antiguo
miembro de Ojo Electoral); es mas, la misma está conformada
mayoritariamente por chavistas, de esos que llaman chavistas
lúcidos, lo cual me parece un oximoron, pero en fin, algún día
entenderé como se puede ser tan lúcido para tantas cosas y
desfazado para otras tan evidentes.
En otro orden, en cuanto a la calle y su hipotético
calentamiento, lo palpable es que las libertades se le están
yendo a los venezolanos no precisamente como el agua entre los
dedos, sino entre unas vacaciones y otras, diciembre, carnavales
con sus deslaves y ahora semana santa, cuantos asuetos mas se
necesitan para sacarse definitivamente el guayabo del 15 de
agosto 2004. En el ínterin el régimen distrae a la galería con
la entrega de Granda, con la pendejera de la guerra asimétrica y
últimamente con el llamado socialismo endógeno tapa amarilla.
Mientras se encangreja el caso Anderson, se siguen incinerando a
nuestros reclutas, se reforma el Código Penal y toma forma y
cuerpo el ejercito bolivariano revolucionario, el cual está
llamado a participar en batallas asimétricas, pero dentro de un
perímetro interno, propiamente municipal, citadino, y no contra
el invasor yankee – ni pendejos – ya que la verdadera asimetría
en cuestión radica en que unos jóvenes, con el cerebro lavado y
lleno de fororo, esperarían la orden para descargar sus nuevas
Kalashnikov sobre la humanidad de unas desarmadas amas de casa,
de unos famélicos desempleados y de desubicados estudiantes, y
en general contra cualquier retoño de protesta de oposición por
muy escuálida que ésta sea. Un cuadro desalentador, que está
allí en nuestras narices, que no es un secreto, a decir del
excelente reportaje del periodista Francisco Olivares, publicado
en El universal el pasado 13 de marzo 2005.
Pero se trata al mismo tiempo de un desaliento particular,
digamos selectivo, por cuanto muy a pesar de la catarata de
dólares que con displicencia maneja el gobierno, el cual no
construye ni autopistas, ni hospitales, ni viviendas, ni
escuelas, ni universidades, ni parques, ni teatros, ni museos,
etc., sin embargo auspicia a lo largo y ancho del país, gracias
al otorgamiento de ventajosas licencias, la instalación y
funcionamiento de bingos y salas de juego en general, lugares
estos que además gozan de una alta frecuentación del público,
sin distinción de tendencia política alguna. No tengo
conocimiento que la oposición haya intentado ejercer, así sea de
manera simbólica, una suerte de protesta o de boicot ante la
implantación y funcionamiento salvaje de salas de juego en el
país. Pareciera pues que el régimen invierte muy bien los
millones de dólares provenientes de la renta petrolera, una
inversión prioritariamente de orden político, ya que por un lado
se compran conciencias y por el otro se calman impaciencias.
Dicho esto, nos queda la eterna interrogante en cuanto a si
nuestros líderes de oposición – si los hay – son realmente
personajes políticamente inconformistas, así como también nos
preocupa la imposibilidad aparente que tiene nuestra opinión
pública de imponer ideas que vayan en contracorriente de las
ideas dominantes e impuestas por la nomenklatura chavista.
Me temo que resultaría mucho mas productivo lograr que se
instale una comunicación viva, estimulante y analítica, entre
los encargados de hacer política de oposición y los encargados
de poner en la arena de la opinión pública los temas y las ideas
a debatir, quitándole así la iniciativa y la agenda, que nos
impone el régimen, a través de su creciente e insensible
transnacional de la propaganda.
Pero sin duda para ello, haría falta estar realmente
comprometidos con la causa opositora.

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