Un
diplomático
al acecho
Falla
técnica por Napoleón Solo
jueves, 9
noviembre
2006
La
mirada evocadora de mi amigo sorprendió mi atención al notar
que contemplaba arrobado la imagen del aparato de
televisión. La tecnología de las telecomunicaciones permitía
que estuviéramos presenciando a cinco mil kilómetros de
distancia el partido preparatorio de la serie del mundial de
fútbol, que jugaba el seleccionado chileno con algún otro
equipo que el tiempo ha difuminado en mi memoria. Recuerdo
que mi amigo estaba impresionado de aquel Estadio Nacional
de Chile abarrotado de un pueblo deseoso de escapar por un
instante a la tragedia que significó la dictadura de
Pinochet.
En un arranque democrático, Pinochet había permitido que se
efectuara una transmisión en vivo. Al fin y al cabo nada
malo podría ocurrir en transmitir un partido de fútbol.
También recuerdo vívidamente la cara de incredulidad de mi
amigo cuando todo el estadio irrumpió cantando la misma
canción… y va a caer, y va a caer, este gobierno va a caer.
La escena, como era de esperarse, no duró mucho y fue
interrumpida por una falla técnica de sonido que nos impidió
seguir escuchando la tonadita, aún cuando veíamos a la gente
saltar a su ritmo.
Han pasado treinta años, los hombres son otros, el terruño
es otro, el ambiente es otro y sin embargo en el estadio de
la casa que derrota las sombras se produjo una falla técnica
similar, aunque más sofisticada. Esta vez fue el mal
entendido de una orden lo que impidió que se pudieran
alinear las microondas para efectuar una transmisión en vivo
del partido al cual concurrió Manuel Rosales.
Sin embargo, al igual que hace treinta años, fue el mismo
grito libertario de un pueblo el que brotó desde el fondo
del pozo de la historia para decir nuevamente como ayer…
este gobierno va a caer.
Y pensar que todavía hay quienes creen que una supuesta
falla técnica puede acallar el grito desgarrador de un
pueblo cuando brota desde el fondo del pozo de la historia.