Inicio

Política

Internacionales

Cine

Fórmula 1

Camino al Mundial

¿Quiénes Somos?

Contáctenos

 

 

 

 

 
 

¿Mordaza o velo? - por Luis DE LION
jueves, 9 diciembre 2004          


 

 

 

Las reales intenciones de la Ley Resorte, no tienen nada que ver con establecer o delimitar la responsabilidad civil de los medios radiales y televisivos; lo que en realidad se persigue es censurar, callar y penalizar a los medios independientes venezolanos.

 

Una mordaza que no necesariamente representa una novedad en la vida cotidiana de los venezolanos al menos desde hace casi 6 años, y lo digo por cuanto, desde que en el 99 ascendió al poder el militar golpista que dirige los destinos de Venezuela, se instauró con gran empeño una férrea mordaza contra las potenciales soluciones de los principales males que aquejaban y aquejan nuestra vida republicana. En ese sentido, son muchas las mordazas que éste gobierno ha implantado; me refiero a la mordaza que se le aplica a la lucha anticorrupción; a la mordaza que se usa contra lo que debería ser una equitable y transparente administración de justicia; a la mordaza contra la creación de empleos; mordaza contra la seguridad ciudadana, en fin una nada exhaustiva lista de mordazas establecidas previamente por el Ejecutivo, lo cual relativiza el amenazante triunfalismo, con que el régimen pretende instaurar hoy éste camastrón legal llamado ley Resorte.

 

¿Será que el régimen tiene miedo? ¿Pero miedo a qué? cuáles pueden ser los temores de un autócrata que ha tenido para si, y desde un principio, todos los poderes a su disposición. ¿Qué sentido tiene aprobar una ley como la mordaza a ésta alturas de la hegemonía chavista? ¿Será que se pretende impedir que se muestre y que se comunique, lo que en realidad ha sido la obra de éste gobierno? Es decir, una administración caótica y violenta, que no tiene grandes obras, sino grandes ruinas que mostrar. No es a caso, un signo de debilidad evidente, el que la bancada de diputados oficialistas, fatuos todos, embelesados, adictos irreversibles a la impericia que emana un golpista aprendiz de dictador, haya puesto tanto empeño y le hayan dedicado tantas horas de chapuza legislativa a una ley, que sólo tendrá efectos chacumbélicos, dicho en buen cubano.

 

Así las cosas, estamos ante un gobierno acobardado, con un presidente al cual todos le piden a gritos que se baje de su lujoso avión, que descienda de sus tarimas de cartón piedra y se meta sin miedo, en una lucha cuerpo a cuerpo con los males que verdaderamente aquejan a Venezuela. Nadie se traga el cuento ese que los problemas que padecen la mayoría de los venezolanos se resuelven con enfermeros cubanos, ni otorgando títulos de bachiller chimbolegales, entre otras medidas tan folclóricas y risibles como ineficaces. La falta de experiencia política de un presidente a quien su país le queda grande, el manifiesto desinterés por la funciones propias de un demócrata, su miedo a ser interpelado, miedo a presentar balances, memorias y cuentas de su administración, temor a la justicia y por sobre todo miedo a la verdad, son en realidad las razones que llevaron a la redacción de ésta estrambótica ley Mordaza.

 

Pero lejos de amordazar a la sociedad venezolana, lo que se persigue es colocarle un grueso velo a la imagen que transmite ésta calamitosa administración, ésta opera bufa que algunos llaman revolución. La ley mordaza, será el manto, que proteja al ejecutivo y sus seis años de torpezas, sin sentidos, tiradera de flechas y de piedras, y de misiones no solo vulgarmente populistas sino administrativamente rocheleras. Pero se equivocan los bolivarianos, si creen que su aciago objetivo lo tienen cerca, al contrario, se equivocaron de país al creer que Venezuela es una nación plagada de ciudadanos sumisos y conformistas, las apariencias engañan.

 

No crean que la oposición democrática fue aplastada, son millones los venezolanos, que esperan por un liderazgo corajudo y visionario que los conduzca y acompañe, en el rescate de la democracia; y como la espera no es una enfermedad incurable, en ese sentido la esperanza se convierte en un talante y un carburante infinito, que crece no solo en aquéllos que desde el 4-F del 92 nos opusimos al golpismo de la logia de conjurados del Samán de Güere, sino que se ha ido sumando a esa oposición un gran numero de venezolanos decepcionados, desengañados y estafados por la mal llamada revolución bonita. Desde el comunicador social y los dueños de medios que apoyaron al hoy presidente en su campaña electoral del 98, pasando por empresarios en nada visionarios, así como también muchos grupos políticos que se aliaron al movimiento chavista, se suman también los soldados y reservistas de nuestro ejército que no quieren correr la misma suerte del difunto soldado Pedreañez; igualmente se suman voluntades que van desde el silencio de los mas humildes, pasando por la bulliciosa y arrepentida clase media, que con su ingenuo apoyo catapultó a éste régimen al poder, los estudiantes, los profesionales, los millones de desempleados, los huérfanos, las viudas, entre muchos otros.

 

Son millones de oponentes, en nada intimidados, ni sorprendidos, tan solo esperando la ocasión para deshacerse de un régimen que por más que se tongonee siempre se le vio el bojote de dictadura militar.
 

 

 

 

 

 

 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Imprima el artículo Subir Página