Los
familiares de Irúa Moreno _una de las jóvenes que
resultaron heridas en la masacre ocurrida en
Kennedy, el pasado lunes_ explicaron que la chica
presentó un tiro con tatuaje (a quemarropa) en el
cuello. Por esa razón su estado es muy delicado.
Moreno no puede hablar, por ello no ha podido
rendir declaraciones al fiscal 125 de Derechos
Fundamentales, Franklin Nieves, quien ha visitado el
hospital Miguel Pérez Carreño en dos oportunidades
para recavar la versión de la estudiante lesionada.
Irúa está recluida en Neurocirugía I. La custodia
de la zona es permanente. Todo aquel que pretenda
ingresar debe someterse a requisa.
Operación exitosa
Elizabeth Rosales, otra de las estudiantes de
la Universidad Santa María que resultaron heridas en
Kennedy, fue sometida este jueves a una intervención
quirúrgica para extraer el proyectil que quedó
incrustado en su glúteo derecho. Según sus
familiares, todo resultó satisfactoriamente. Está en
el Hospital Militar.
Por órdenes médicas, ella no puede hablar, pero
su madre _la señora Angela de Rosales_ explicó,
mientras atendía a su hija, que durante la noche del
lunes Elizabeth, y los amigos que la llevaban, se
consiguieron con una primera alcabala que no estaba
identificada. "Unos hombres encapuchados y
fuertemente armados les dieron la voz de alto, pero
ellos siguieron porque esos hombres parecían
delincuentes... más adelante un grupo de 10 o 15
efectivos arremetió contra el carro. ¿Cómo es eso
que los destacados en una alcabala parecen
delincuentes?... luego de todo el tiroteo y
confusión, mi hija me llamó y me pidió que la
ayudara. Cuando salí encontré a Elizabeth herida
dentro del carro en el puesto del copiloto, Daniza
Buitriago estaba afuera e Irúa en los puestos
traseros del Corsa".
Ese vehículo, según las experticias, presentó 13
orificios de bala dispersos por los cuatro costados.
Algunos acomodos
El director de la policía científica,
comisario Marcos Chávez, indicó que, en el
transcurso de esta semana, se agilizaron los
procesos de revisiones psicológicas y psicotécnicas
a funcionarios que hayan participado (como víctimas
o victimarios) en alguna situación violenta. "La
idea de eso es corregir y prevenir cualquier
irregularidad... es un proceso que se viene dando
desde hace tiempo ya, pero lo intensificamos ahora.
Los que estarán a cargo de esto serán los sociólogos
y psicólogos que trabajan en una oficina que depende
del departamento de Recursos Humanos". Según el
comisario, algunos funcionarios que se presentarán a
estos estudios pertenecen, entre otros despachos, a
Antiextorsión y Secuestro, Robo, Vehículos y Unidad
de Respuesta Inmediata (URI).
Extraoficialmente se pudo conocer que uno de los
funcionarios adscritos a la división Contra
Homicidios, presuntamente involucrado en el hecho,
habría sembrado las armas ubicadas cerca de los
cuerpos de los dos jóvenes acribillados en el
callejón de la Terraza Seis de Kennedy.
Esos dos revólveres y la escopeta servirían como
"prueba" de un enfrentamiento. Pero esa hipótesis
quedó desvirtuada gracias a los resultados de los
análisis de ATD practicados a los infortunados. Allí
se determinó que los jóvenes (Erick Montenegro,
Leonardo González y Edgar Quintero) no dispararon a
las comisiones policiales que participaron en la
masacre.