Jennifer
Mc Coy llegó a revisar en Caracas los resultados de su versión
de la política de paz en nuestros tiempos, al precio que sea,
que es uno de los objetivos de la organización que representa.
Ella es un Chamberlain (1)
con faldas, porque cree a pie juntillas, como el
primer ministro inglés anterior a Winston Churchill, que con el
apaciguamiento de los demonios se evitan las guerras, así sean
mundiales.
Como los venezolanos tenemos
nuestra propia versión sobre la clase de paz que existe en
Venezuela y a quién beneficia este similicuire de paz, su visita
es por lo menos polémica. Exacerbó las iras de los venezolanos
de oposición que se creen estafados gracias a la ayuda del
Centro Carter al gobierno en el referendo revocatorio y alegró
a los chavistas, que vieron con no disimulada alegría, como una
norteamericana, académica y representante de una ONG respetada,
se retrató sonriente al lado de todos sus líderes y altos
funcionarios, dándole un espaldarazo al “proceso”.
Me parece que ella actúa con la
misma frialdad de un entomólogo frente a una mariposa que va a
clavar en un álbum. Le encantan los colores, el aleteo, las
antenitas, pero igual la clava porque hay que saber como
funciona. Mc Coy nos estudia, para ver frente a frente como fue
que nos modificó en un año, la inmensa tolerancia,
complacencia y complicidad de la organización que representa
hacia nuestro “sistema de poder dominante”, donde se intimida al
poder judicial, se monta un show con las elecciones para ganarse
la aprobación de la comunidad internacional, inclinando el campo
de juego electoral a su propio favor para asegurar la victoria,
utilizando aquí las mismas palabras que usa en sus análisis,
redactados un año antes del revocatorio
(2).
Es notorio por su actitud, que
justifica la existencia de este tipo de regímenes, que no son
para ella ni democracias ni dictaduras, siempre que en el
continente se garantice un equilibrio social, que es
precisamente lo que chequea. Está certificando que la oposición
se cala persecuciones policiales y laborales, que hay una
juventud venezolana en el exilio político y económico, que como
ella misma dice se ha intensificado la confrontación, pero que
todo está en los límites tolerables, porque aún no nos hemos
caído a tiros.
Es decir, lo que convalidó su
organización en el revocatorio, aunque fueron violaciones a
normas éticas y legales, intolerables en las sociedades
democráticas tradicionales, se permite y justifica que funcione
aquí por “nuestro bien”.
Igual que César Gaviria, el ex
secretario general de la OEA, que dijo una cosa en Caracas,
donde saludó y confirmó la victoria del chavismo y otra antes
de entregar el cargo, admitiendo que en otra democracia, esas
elecciones habrían sido anuladas por fraudulentas.
La lección que podemos sacar para
no seguirnos quejando inúltimente, es que para el caso
Venezuela funciona una razón de estado de quiénes en un
momento dado tienen poder sobre nuestros destinos. Por más que
Jimmy Carter, Jennifer Mc Coy, César Gaviria, Condolezza Rice o
Hugo Chávez nos digan que se están rigiendo por determinados
principios legales e históricos, democráticos o socialistas, al
final de la historia trabajan en beneficio de sus propias ideas
sobre lo que “conviene” en determinado momento. Y esos conceptos
de democracia o socialismo, por más que nos los pinten de color
rosa, pueden ser absolutamente contrapuestos a nuestros
intereses como personas o como ciudadanos de esta nación.
Como tema de estudio
internacional, es inútil irritarnos porque estudiosos como
Jennifer Mc Coy vengan a constatar como va el experimento, nos
vean con interés y hasta simpatía igual que a las mariposas o a
las arañas.
“Que raras, que bonitas, veamos
como les sienta que les quiten un poco de aire... ¿seguirán
viviendo? ¿Cuántos minutos duran si se los quitamos todo?
¿Morderán si se ven muy mal? ¿O
morirán dulcemente?
No dejo de pensar que un
experimento parecido llevado a cabo por ciertos alemanes, dio
resultado, porque millones de personas murieron sin morder.
Lo único malo es que como
exterminaron a la gran mayoría de las ovejas judías, dejaron
vivas solo a la versión guerrera de la especie, a la que algunos
se tienen que calar ahora, ex ovejas armadas hasta los dientes,
que entienden violentamente el tema de la supervivencia.
Hay un doble y triple lenguaje
académico, político y militar, para que la gente corriente no
sepa de que le están hablando y lo que planean hacer con ella.
Es lo que hace que Jennifer Mc
Coy llame “sistema de poder dominante”, a lo mismo que un
caraqueño de a pie, a quién le niegan trabajo, identificación y
justicia porque firmó contra Chávez, llama dictadura. Que lo
que Eliécer Otaiza llama “estado general de sospecha” sea
simplemente una ola de allanamientos. Que el Fiscal General
hable de día festivo cuando no quiere pagarle un día a los
empleados de la fiscalía, para diferenciarlo de lo que la ley
llama día feriado.
En fin, que el bien nuestro es no
hacer olas, según Carter y Mc Coy y además, hacerles la caridad
de no inquietarles la conciencia. Hay que ser buenitos,
sonreírles y agradecerles, porque la idea es llevarnos a
nosotros, pobres salvajes, poco a poco por el camino del bien, a
costa de tolerar unas cuantas, pequeñas y tolerables
ilegalidades y atropellos. ¡Cuan buenos son! ¡Que agradecidos
debemos estar que nos tengan como tema de estudio y acción!
Notas
1)
Neville Chamberlain, fue nombrado Primer Ministro del Reino
Unido en 1937. Enfrentado
al expansionismo nazi, aplicó la denominada política de
apaciguamiento. Esta política, que entroncaba con la
tradicional postura británica favorable a la revisión del
Tratado de Versailles, culminó con el Pacto de Munich en
septiembre de 1938.
Tras su firma,
Chamberlain regresó a Gran Bretaña siendo aclamado como un
héroe. De esa época se recuerda su frase “Paz en nuestros
tiempos”. La subsiguiente invasión alemana de Checoslovaquia
mostró lo errónea que había sido su política. Chamberlain
rectificó y fue él quien declaró la guerra a Alemania tras la
invasión de Polonia. La invasión de Francia en mayo de 1940
precipitó su sustitución por Winston Churchill. Pocos meses
después falleció. Tomado de www.historiasiglo20.org
2) Los
términos utilizados en este artículo, atribuidos a la
profesora Mc Coy fueron tomados del excelente artículo
Jennifer regresa a la zona gris, de Milagros Socorro,
publicado el jueves pasado en El Nacional, donde glosa el
trabajo : Venezuela en la zona gris: desde el pluralismo
ineficaz hacia el sistema de poder dominante” publicado por
Myers y Mc Coy. Revista Politeia. Instituto Estudios Políticos
UCV. Mayo 2003.
lucgomnt@yahoo.es
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