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El mapa rojo - por Eli Bravo
 viernes, 16 abril 2004


 
         

            Un presidente reelecto. Un congreso a su favor. Una población creyente y un partido aún más conservador. Después del 2 de noviembre Estados Unidos luce como una nación arrebatada por su fe, con ese entusiasmo religioso de los Padres Peregrinos quienes fundaron  “una ciudad sobre una colina a la que todos los ojos del mundo miran” huyendo de la decadencia espiritual de Inglaterra.

            El nuevo mapa político del país es rojo, el color del partido republicano. En la victoria de George W. Bush, un cristiano renacido, la bendición del voto religioso se sintió: un tercio de los norteamericanos son cristianos evangélicos y un quinto de los electores declaró que los valores morales erán los más importantes de esta campaña. De estos, el 75% votó por Bush. Además de elegir presidente, los electores apoyaron senadores conservadores (Jim De Mint afirmó que las mujeres solteras y embarazadas no deberían enseñar en escuelas públicas), aprobaron enmiendas constitucionales que prohiben el matrimonio homosexual y le dieron un espaldarazo a la guerra en Irak (el 75% de los soldados apostados allá votaron por Bush) ungido por la voluntad popular, el presidente reelecto tiene todo a su favor para impulsar su agenda.

Los extremos se tocan. Mientras el fanatismo bárbaro de los terroristas islámicos desequilibra el planeta con su guerra santa, el apasionamiento conservador de los ciudadanos cristianos amenaza con secuestrar el gobierno de la nación más poderosa. Con su verbo mordaz, la articulista de The New York Times, Maureen Dowd escribió el presidente fue reelecto al dividir el país en una línea de miedo, intolerancia, ignorancia y religión. W lanzó su jihad en América para así poder pelear otra en Irak, llevando a las urnas una bandada de evangélicos, o votantes por los valores.

Ahora estos votantes se sentirán más tranquilos, pues el gobierno reforzará su lucha contra el terrorismo, es decir, la batalla contra los enemigos del sistema americano. En su Historia de los Estados Unidos, Paul Johnson escribe: es posible considerar los juicios de Salem como un ejemplo de la propensión del pueblo norteamericano a involucrarse en episodios espasmódicos de furia moralista contra los enemigos, verdaderos o imaginarios, de su sociedad y estilo de vida. La cacería de brujas promete atrapar no solamente suicidas con bombas al pecho, también amenaza con secuestrar libertades civiles o espacios de tolerancia.

            Bin Laden reapareció en video anunciando más violencia. Bush cree que la mejor manera de evitar ataques en casa es atacando afuera. Los dos se sienten elegidos por Dios para dar la batalla. Rojo será el color de estos años por venir. Un rojo sangre que no distingue tono de piel y que tiñe el suelo cuando la fe se convierte en delirio. 

            ebravo@unionradio.com.ve
     

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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