Inicio | Editor | Contáctenos 
 

 Webarticulistas

Manuel Malaver

 

Eli Bravo

 

Luis  DE LION

 

Roberto Palmitesta

 

Lucy Gómez

 

Alexis Márquez Rodríguez

 

Ted Córdova-Claure

 

Antonio Sánchez García

 

Aníbal Romero

 

Charles Cholaleesa

 

Agustín Blanco Muñoz

 

 

¿Chausseo?
por Liko Pérez  
miércoles, 25 octubre 2006

 

La realidad será siempre más limpia que la elucubración; ya que tiene mucho más que ver con el estado actual de las cosas y no con suposiciones o interpretaciones ulteriores a la misma (¡Aquí y ahora!, insiste Aldous Huxley al tratar de acercarse a la realidad en “Un mundo Feliz”). 

En Venezuela, ese aquí y ahora es un hecho concreto; ya que en Venezuela existen hoy sólo dos partes “visiblemente definidas y enfrentadas” en clara confrontación: los que están a favor del cambio y los que están a favor del continuismo de lo establecido. 

Querer ser de la oposición, y al mismo tiempo considerar cualquier conciliación con lo que está establecido, es reconocer que no se está en la oposición, sino más bien en un limbo político que no tiene ninguna posibilidad en la claramente definida diatriba nacional (¿triste papel de ni-ni?). 

Es muy peligroso para los que respaldan la candidatura de Rausseo, el seguir esperando por su definición política (manteniendo irresponsablemente “la incertidumbre” hasta sus últimas consecuencias); en Venezuela, a esos devaneos resbalosos los acostumbramos llamar oportunismo. Y la mayoría de las veces esos oportunistas, como decimos en vernáculo, pierden tanto al chivo como el mecate. 

Si la gente que está detrás de Rausseo sigue insistiendo en pescar en río revuelto, lo único que pueden conseguir, y de acuerdo con la premisa de Aldous Huxley (con eso de nuestro aquí y ahora), es que la parte del remanso cristalino, que ha crecido alimentado de una oposición definida y despojada de la tradicional contaminación que implica el reparto de poder, los relegue definitivamente a las filas del enemigo. 

Rausseo podrá ser muy bueno vendiendo sus jarabes de humor, de eso se ha hecho rico (sin que nadie se lo critique); pero al insistir en salirse de su buena estrategia de mercadeo y dedicarse a “equilibrismos políticos dudosos”, lo que probablemente puede ocurrir es que se transforme, de “ilustre mercante”, a “triste charlatán” (cosa que hasta ahora sólo le había correspondido a nuestro inefable presidente). 

Sinceramente, lo que se le plantea a Rausseo (a pasos agigantados) es la minimización de su figura “política” (devorada por las fauces del chavismo); y no de la potenciación de la misma en los brazos de la oposición. 

El que mucho abarca poco aprieta, reza el dicho.  

Y aunque hasta ahora el único que tenía necesidad de apretarse algo era nuestro “locorruptus barinensis” (nuestro presidente), parece estar claro que en ese club de incontinentes existe cabida para algo más. 

Y, desgraciadamente para nosotros, a los que somos de la oposición, lo que más nos puede molestar es el ensanchamiento de la hediondez.

 
 
 
© Copyright 2006 - WebArticulista.net - Todos los Derechos Reservados.