Que
nadie se engañe: el gobierno de Venezuela controla
absolutamente la posibilidad de manipular a su antojo los
resultados electorales del 3D.
Así que nadie se engañe con que sólo vamos a
ir a votar ese día. Ese día haremos nuestra última cola para
cobrar; que es posiblemente la única salida viable para
reivindicar la constitucionalidad en el país.
Pero que nadie se engañe con eso de cobrar
el voto, ya que esto no implica una arbitrariedad
fraudulenta de actuar para “forzar una realidad” a favor de
cualquier bando sino todo lo contrario, simplemente será una
acción para garantizar, o mejor dicho, para “forzar una
transparencia electoral” que legitime el resultado.
La pregunta en cuanto a cómo cobrar, como en
esta observación recibida de un amigo: “…ahora bien, la idea
de cobrar tiene una concepción metafísica, ya que nadie sabe
a ciencia cierta como se hará, ni cuando...”, es algo que
amerita aclararse con suma prioridad.
El “Cómo cobrar…”, pasa entonces a ser
materia esencial y fundamental a la hora de la
“legitimación”, o aceptación a través del acto de
participación, de un CNE obviamente recalcitrante y
viciado.
Dime cómo cobrar y te diré quien va a votar,
no debe considerarse como una pequeña reflexión sobre una
monumental necesidad; sino como la única y definitiva
condición para aceptar una gran humillación.