Estimada Maigualida, que haces el 5D...?
Lo
hecho ya esta hecho, el mágico momento de unanimidad opositora
se logró finalmente con el definitivo divorcio de lo anterior;
auque es también cierto que contradictoriamente logramos un
nuevo matrimonio por exepción: un nuevo matrimonio sin luna de
miel, un nuevo matrimonio que desnudo de sus diferentes pasados,
tendrá que crear un nuevo presente; unas nuevas condiciones de
supervivencia que satisfagan el sano desarrollo de una próxima
generación.
No
sé hasta que punto el país podrá interpretar este acontecimiento
histórico como punto de partida de una sociedad más feliz y
eficiente. Lo que está claro es que ya arrancó el proceso de
separación de algo que nos hacía inmenso daño, así lo quiero
interpretar.
Tenemos por delante entonces, una seria y verdadera
responsabilidad: demostrar que sobreviviremos el natural dolor
que implica el alejarnos de un pasado tan marcado por esas
referencias existenciales que conformaron nuestra identidad.
Deberemos rellenar, poco a poco, con conciencia de nuestra
pasada dolencia, el inmenso hoyo existencial que esta
metamorfosis implica.
¿Sabes una cosa? Me alienta saber que estás allí, vigilante,
aguda, comprensiva y comprometida con el albur de un futuro
mejor. Me satisface a mi y a muchos otros saberte
inquebrantable, fiel a la estoica condición de la mujer
venezolana.
Cuenta conmigo en ese afán de velar por la paz y la justicia, de
coadyuvar a encausar, de una vez por todas, este torrente de
energía que este pueblo venezolano ha mostrado con su acción.
Es
por eso que te escribo esta carta en forma pública, para que
otros puedan oír mi reflexión y no se asfixien en este paciente
discurrir que comenzaremos a transitar mañana.
El
5D te recordaré de nuevo, así como recordaré a tantos otros
miles, que como tú y yo, no se quebrantarán ante la terrible
responsabilidad que nos depara este inminente presente.
Espero que tanto tú, como tu familia, sigan bien y esperanzados
en el porvenir.
|