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¡Ahí viene la cuchilla! 
por Lucy Gómez
sábado, 25 marzo 2006

 

La cirugía plástica es un procedimiento de uso generalizado en la sociedad moderna que rinde frutos cuando se quiere dar una imagen de belleza, cuidado y juventud que no se posee. No puedo dejar de confesarles que he pensado desde hace muchísimo tiempo en hacerme una, desde cuando mis preocupaciones eran sólo tener una nariz y una boca demasiado anchas y gruesas para el canon. Nunca me decidí, porque esa cortadera de carne y esos vendajes no dejan de asustarme, desde cuando una amiga se hizo una liposucción, pasó dolores sin cuento y volvió a recuperar sus anchuras casi inmediatamente, porque su mente siguió deseando y obteniendo parrilla, yuca y whisky. (del bueno, como diría nuestro comandante).

Hoy, se trata de un procedimiento usado no solo por personas, sino por instituciones de todo tipo, para refrescarse la cara y el cuerpo. Incluyendo a los gobiernos. 

En Venezuela,  en vista de que hay  un envejecimiento general  a 7 años de mandato, asunto que  hiede de lejos  por  la podredumbre de todos los poderes: ejecutivo, legislativo, moral, electoral y judicial, se ha decidido un refrescamiento  que arranca gemidos horribles  debido a los cortes  o succiones comunes   a las cirugías plásticas : eliminación de grasa y piel,  tejido que no se necesita, que puede ser muy querido, muy leal y muy rojo, pero que finalmente se tiene que amputar . El gobierno gana por dos vías, parece joven, revolucionario, efectivo y trabajador y elimina cualquier competidor interno demasiado poderoso.

Nadie puede ser mejor, mayor, más efectivo o más bonito que el Comandante. Generalmente, cuando hay algo malo en el gobierno, ocurre porque lo engañan y al darse cuenta, el líder del proceso tiene que cortar inmediatamente la vida política de aquellos atrevidos que intentaron contaminar su revolución. 

¡Azúcar! 

La distracción mediática de la oposición  y el chavismo, unidos  en  la desgracia por la disminución incesante de activos  en Venezuela,  ha sido la robadera del central azucarero  Ezequiel Zamora, de Barinas, que se llevó por delante al ministro de  Agricultura y Tierras, Antonio Albarrán,  capitán de invasiones de tierras en todo el país, al general y subalternos de la gobernación militar del estado  y  a los gerentes  locales del banco del gobierno. Dos mil millones de bolívares “se perdieron" en bolsillos particulares, hay madera negociada, militares degradados. Pues ahora le están buscando la vuelta al central azucarero de Cojedes, donde al parecer hay señalamientos parecidos. 

A finales del año pasado,   una venta de terrenos en la alcaldía de Tucacas, con precios y ganancias raras (1), había envuelto en vapores sospechosos a la gobernación de Carabobo. El sahumerio resultó   doble, debido a la   actuación en Fogade del jerarca y ex presidente del Fondo, Jesús Caldera Infante, posteriormente secretario ejecutivo de la gobernación del mismo estado. Ese ha sido otro issue político, dado que   Caldera presentó como una absolución de la Asamblea Nacional, un informe parcial, no aprobado por la cámara, como ha declarado el presidente de la comisión de Contraloría, Pedro Carreño. 

Mafias judiciales habemus 

Otra situación propicia al refrescamiento político es la del poder judicial, donde un Robespierre del asunto, llamado Luis Velásquez Alvaray, entró hace algunos meses a saco contra la corrupción. Entre los muertos de su gestión se cuentan algunos jueces de Lara y la exdirectora de la Escuela de la Judicatura, la magistrada Carmen Elvigia Porras. Propugnó un proyecto multimillonario de ciudades judiciales, que tuvo que mandar a detener por “recomendación de los propios arquitectos”, lo cual significa que todo el dinero que se invirtió hasta ese momento en ellas, está prácticamente perdido. 

Pero ese no es el quid de la auditoría que le mandó a hacer el propio presidente del Tribunal Supremo, Omar Mora Díaz. Como le preguntó un periodista al propio Velásquez Alvaray en una rueda de prensa reciente, el problema que se investiga es la grabación que le hizo la Disip cuando “negociaba”   los terrenos de Ciudad Lebrún, como se conoce vulgarmente el proyecto.  

Hoy, Velásquez Alvaray pasó de Robespierre a María Antonieta.

! Que le corten la cabeza!, parece haber sido la orden. Minutos antes de que corriese su sangre, señaló a uno de sus ejecutores, el ministro de Interior y Justicia, Jesse Chacón, de narcotraficante y mentiroso. Amenazó con unas grabaciones ad hoc. Pero cometió el craso error de no difundirlas en la rueda de prensa en cadena nacional que tuvo a su orden para defenderse. Ahora, está prácticamente listo para la guillotina. Con su salida, el poder judicial se verá más bonito para las elecciones. 

Nudo y desenlace en el CNE 

El escenario para la escabechina del poder electoral, ha sido uno de los más fáciles para la cirugía. Suficientemente deteriorado por la bestial abstención de diciembre de 2005, sólo se necesitaban dos puntillas, que han colocado las dos auditorías “favorables” al referéndum que parecieron confirmar la supremacía del presidente Chávez, las de la Unión Europea y la de Capel. Las dos han subrayado la desconfianza en el sistema electoral. Si las máquinas funcionan bien, si el procedimiento general les parece correcto, ¿porqué hay desconfianza?

Fácil. De los tres elementos presentes en las elecciones: máquinas, proceso y agentes, si los dos primeros están bien, lo que provoca desconfianza son los rectores. Viciosos, tramposos, señalados por la oposición, de ejecutoria sospechosa ante la comunidad internacional, son fáciles de sustituir. No basta conque 128 organizaciones civiles postulen al operador más confiable del gobierno en asuntos electorales, Jorge Rodríguez, para que siga en su cargo. Una orden del comandante hace que renuncie para dedicarse a su profunda obra literaria. 

Bueno, eso de ser espectador tiene sus dádivas. He presenciado como han soltado a los 5 periodistas acusados de estafa, asesinato y difamación (Gustavo Azócar, Patricia Poleo, Ibéyise Pacheco, Marianella Salazar y Napoleón Bravo) porque eran demasiado costosos a la buena imagen del régimen. Todos tenían en común ser periodistas opositores, que casualidad.

Tengo un asiento preferencial en la sala de operaciones donde se construye la nueva cara del régimen con vistas a las elecciones continuistas de diciembre. ¿Que mas quiero? Posiblemente saber, por pura morbosidad, quiénes encabezan la lista de pacientes de este quirófano para los próximos meses. Gobernadores, ministros, vicepresidentes, primos y/o hermanos. Todo se vale. 

Notas

PD: Ahhhh, se me olvidaba un detalle, el Poder Moral. Me encantó ver como corrió a la Asamblea Nacional su presidente, el Contralor General de la República, Clodosvaldo Russián,   a explicar como resulta válido que el estado le asigne una pensión como jubilado y además cobre por su trabajo actual. Me imagino que el origen de la discusión, es que si es correcto y legal que el Estado venezolano   pague doble a una persona que trabaja para él, sea jubilado, activo o lo que sea. Las pensiones son un beneficio para las personas que han salido del mercado de trabajo y que en general, no tienen otras entradas, otorgadas por un procedimiento que tiene en cuenta los años y la calidad de servicio al Estado. Russián considera que se le debe eso y más. Decidió meterse en un juicio donde tiene como contendor a uno de los abogados más brillantes de la oposición, Gerardo Blyde. Otro buen espectáculo, cuyo protagonista puede convertirse en candidato para el quirófano. 

(1) Como dice una profesora amiga y sabia: “cuando algo parece raro, es porque es raro”

lucgomnt@yahoo.es    

 
 
 
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