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La reelección continua
como estafa intelectual 
por Lucy Gómez
sábado, 25 febrero 2006

 


La estafa es un delito que se caracteriza  por  tener como fin al lucro y como medio el engaño o el abuso de confianza.  

En  Venezuela,  desde las alocuciones presidenciales se   proporciona  una versión parcial e  interesada de la historia venezolana. Se pasa por alto  metódicamente  parte de la producción intelectual de Bolívar,   o se modifica y falsea citas al arbitrio  presidencial (1). Se considera  que la mayoría de la audiencia no tiene idea del  pensamiento bolivariano, que la audiencia es poco menos que  minusválida  en ese tema y se intenta modificar  la evidencia histórica, acomodándola  para lograr el lucro del poder político absoluto,  intentando apoderarse de él con la justificación de ser  la reencarnación bolivariana, haciendo un uso abusivo  de la confianza pública. 

Así que se  anuncia un  plan de  reelección  continua en un contexto que pretende conservar en el tiempo el poder en manos  del líder, en nombre de nuestro bien, haciendo  creer que  hay que seguirlo como si  Bolívar existiese hoy .

La   democracia representativa, herencia de los políticos de la  segunda mitad del siglo XX, debe ser desechada, ya que no nos  ha traído  sino deshonestidad, corrupción y la  pérdida de independencia frente  Estados Unidos y la Unión Europea.

Vivíamos antes de Chávez, según esa tesis, en una Venezuela supuestamente democrática, pero donde el sufragio no era universal ni igual. Se permitía la alternabilidad, pero una parte  muy grande de la población vivía en condiciones de pobreza extrema, falta de información o indiferencia política, por lo cual  las llamadas precondiciones democráticas  no se cumplían, ya que  la configuración de los poderes públicos, sus funciones y relaciones recíprocas permitían una sociedad de complicidades  obscena en la repartición de los bienes generales. Por eso nadie creía en los políticos tradicionales, que se fueron desprestigiando de  una manera  precipitada. La marejada  popular que acompañó al triunfo de Chávez da cuenta de la borrachera sentimental de patriotismo que inflamó a Venezuela  en esa época y que permitió sin un tiro,  pocos años después, el cambio de todos los titulares de los poderes públicos y de la Constitución para  magnificar el poder de los nuevos dueños de Venezuela.

Todo el poder para el pueblo. O por lo menos eso parecía.

Siete años mas tarde  persisten las mismas  condiciones de pobreza y marginación, barnizadas y doradas por  la multiplicación de subsidios llamados misiones, campea  una corrupción igual o peor que la de antes  en el gobierno, que cambia de caras constantemente,  ya que  la ineficiencia y el robo las queman a un ritmo mensual. 

La  alternancia es  un factor de peligro, porque las mismas razones que se manejaron para tumbar a los corrruptos adecos y copeyanos,  existen para que un votante venezolano  intente deshacerse de Hugo Chávez. La continuidad de la corrupción, de la pobreza, de la inseguridad, de la violencia y de  falta de vivienda, hace tan ingobernable a Venezuela antes como ahora, por eso crecen  las medidas de seguridad, las armas, los controles, la violación de los derechos humanos y la  persecución de los enemigos políticos mediante procesos judiciales.

Antes y ahora, Venezuela está lejos de poderse denominar democracia.  

La salida pacífica de Popper 

Según Karl Popper, la democracia es el régimen en el que es posible desechar pacíficamente a los gobernantes. Aunque sea simplificadora, esta definición nos viene muy a pelo a los venezolanos. Desde las famosas montoneras del siglo XIX, pasando por los golpes del siglo XX, las únicas veces en que hemos podido sacarnos de encima a gobernantes de los que ya estábamos hartos, sin un solo muerto,  ha sido por medio de elecciones.   Habíamos mejorado aunque no fuera sino solamente en eso. Fue  el paso de una sociedad de violentos y brutales señores de la política y la guerra, a una sociedad deliberante y representativa , con todas sus carencias.

Otras definiciones de democracia, un poquito más exigentes,  nos ponen en un brete. En los cuarenta años anteriores al gobierno de Chávez y en este período. Veamos una de las definiciones clàsicas, la de Norberto Bobbio. Todos los ciudadanos deben ser iguales en el goce de los derechos fundamentales, no sólo los derechos de libertad sino los mas elementales derechos sociales, a la supervivencia, a la salud, a la educación.  Uno sus seguidores, el filósofo Michelangelo Bovero,  llama a esto las precondiciones de la democracia y exige que sus mecanismos institucionales, las reglas del juego, el sistema electoral, la configuración de los poderes públicos, sus funciones y relaciones recíprocas, estén estructurados de tal manera que puedan producir decisiones políticas con el máximo consenso y con la mínima imposición. “En suma, la vida pública de un colectivo puede ser considerada democrática si las decisiones políticas no caen desde lo alto sobre las cabezas de los ciudadanos, sino mas bien son el resultado de un juego  en el cual participan y controlan los mismos ciudadanos. (2)

Otro autor,  Héctor Gros Espiell, señala que “la continuidad, en especial si es indefinida o excesivamente prolongada, tiende a provocar el desarrollo de elementos políticos potencialmente negativos, a acentuar  la arbitrariedad y generar peligrosas expresiones de autoritarismo,  unidas a la posible creencia en la pertenencia política o personal del poder, que muchísimas veces nace de su ejercicio prolongado “.

La posibilidad de reelección afecta la existencia y funcionamiento de una democracia real. Explica  Gros Espiell que la normal y verdadera alternancia solo puede existir en sistemas democráticos representativos con multiplicidad de partidos políticos,” en un plano de igualdad jurídica no discriminatoria, en que haya un régimen electoral que haga efectivamente posible la rotación de los partidos políticos en el poder y en el que las elecciones sean realmente periódicas y libres, sin fraude ni coacción...”, “ La posibilidad jurídica de reelección sucesiva e indefinida del titular del Poder Ejecutivo en  un sistema constitucional democrático republicano, afecta la posibilidad real de alternancia en el mando de las personas, así como la rotación de los partidos en el gobierno y, en consecuencia, esta posibilidad puede contribuir a dificultar la existencia y  funcionamiento de una democracia real”.( 3)

Entonces detallemos lo que se nos propone: que un país entero de un cheque en blanco en nombre de un pretendido régimen de igualdad y libertad, guiado por un mesías bolivariano, alejándonos de todos los pactos internacionales y de nuestros derechos ciudadanos,  sin nada a cambio mas que promesas. Se nos pide que abjuremos de todas las constituciones democráticas y del derecho internacional actual,  en relación al reconocimiento de nuestros derechos políticos, desde la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, hasta el Pacto de derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas,  la carta de la OEA y su reforma  y  el protocolo de Washington de 1994, que reafirman todas el  necesario carácter democrático de los gobiernos de los estados miembros y la exigencia de elecciones libres y periódicas.  

¿Lo haremos? Lo dudo,  ni la oposición,  ni los chavistas nacieron para  la adoración perpetua. En el  mundo de hoy se  descubren  muy rápidamente las estafas intelectuales y esta consagración unipersonal es una de ellas.   

Notas: 

1)      Este trozo se esconde descaradamente:

(…) La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el   término de los gobiernos democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle, y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la garantía de la libertad republicana, y nuestros ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo magistrado, que los ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente.

Simón Bolívar. Discurso de Angostura 15-02-1819.

Y éste se ignora: (…) Si un hombre fuese necesario para sostener el Estado, este Estado no debería subsistir…

Simón Bolívar. Mensaje al Congreso Constituyente de Colombia, 20-01-1830.

Mientras que  la  frase el que  sirve a una revolución ara en el mar es continuamente cambiada por he arado en el mar.

Simón Bolívar. Carta a Juan José Flores. Barranquilla  09-11-1830. 

2)      Conferencia Democracia, Alternancia, Elecciones. Serie conferencias Magistrales dictada por Michelangelo Bovero Instituto Federal Electoral. México. 2 julio 2000.

3) Héctor Gros Espiell es autor es autor de El Predominio del Poder Ejecutivo en América Latina, editado por el Instituto Iberoamericano de derecho Constitucional de la Unam, México, 1977 y de Ensayo de una Determinación de Ciclos en la Historia Constitucional de América Latina,  editado pro el Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 1998.


lucgomnt@yahoo.es    

 
 
 
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