El
metro se entrega sin escaleras mecánicas, con los cables afuera
y con algunas estaciones por terminar, el tren del Tuy sale con
horario limitado, en vez de que el usuario pueda montarse en uno
cada tres minutos veinte segundos, durante todo el día como
estaba planificado; las cifras de alfabetos que anuncia el
ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz como un gran logro,
cuadran mal con los estándares internacionales, al alcalde de
Caracas, Freddy Bernal se le ocurre hacer una Gran Cayapa (así
se llama) al centro de la ciudad que recibió por primera vez en
ocho años el impacto de limpieza de las máquinas barredoras y
las mangueras de presión. Y hace tanta alharaca con eso, que
todo el mundo se da cuenta de lo sucia que ha mantenido y
seguirá manteniendo la ciudad. Lavar las calles debería ser cosa
de todos los días.
Se
retiran cinco candidatos a la presidencia, una de ellas, una
ambientalista, que declara, sin pena alguna que tiene 178 votos
para Chávez. Otro dice que se retira " para no dividir a la
revolución". A ninguno de los cinco los conocen sino en su
casa. El retiro de los cinco, fue coordinado, en cómico cambote,
por José Albornoz, del PPT que lo considera una gran
contribución para la reelección, no otro episodio ridículo de la
campaña.
Lo que
ocurre es que estamos en el país de las locuras electorales,
Venezuela.
Es
cómico, porque mientras Rosales hace ofertas dirigidas
directamente al estómago de los sectores populares, el gobierno
hace esfuerzos que considera extraordinarios para atraer a la
clase media, incluyendo el desplazamiento de los buhoneros de
las aceras de Petare, Catia, el Centro y Sabana Grande para
llevárselos donde no le huelan mal a los vecinos de los
edificios ni a los comerciantes de los bulevares, para que no se
les orinen mas en las puertas de los negocios, en los ascensores
o en las entradas del Metro.
Hay que
recordar que los buhoneros fueron las fuerzas de choque contra
los marchistas de la oposición durante las marchas del
revocatorio. Pero, evidentemente son carne sacrificable, porque
les sacaron armas largas cuando intentaron llegar adonde su
Presidente para quejarse del exilio.
La
oposición hace esfuerzos por cuadrarse detrás de un solo hombre,
Rosales, apurruñando los ojos cuando le hablan de las
condiciones electorales, queriendo confiar en que conjurarán los
nubarrones que se expanden sobre la transparencia del proceso
del tres de diciembre.
Cerrar
los ojos puede que tranquilice a la gente. Es lo mismo que le
hacen a los animales que trasladan al médico o cambian de
zoológico: les tapan los ojos para que no se estresen. Lo que no
quiere decir que al final del camino, no esté el veterinario, la
inyección o la jaula.
Los
jefes de campaña del gobierno y sus jefes de misión, ( dentro y
fuera del país) hacen esfuerzos inverosímiles por asegurar a su
jefe un pasaje fácil por las próximas elecciones, lo que pasa es
que cada rato meten la pata, no sólo con el cumplimiento de
ofertas electorales chucutas como las del metro y el tren, sino
con las demasiado visibles como aquello de subir 40 % a los
maestros a dos meses de las elecciones, darle puerta franca a
los de la tercera edad en todos los trenes y hasta con las
respuestas bélicas a las mini insurrecciones de Guiria y La
Paragua. No se puede dejar de mencionar la campaña estúpida del
amor, que ha tomado a chercha todo el mundo, con sobrada razón.
Hay
demasiado nerviosismo en el sector oficial, que promueve los
errores, uno detrás de otro: las carrozas detrás de la melcocha
amorosa del presidente, las amenazas descaradas a los empleados
públicos que se pasen a la oposición, hasta la ridiculez de
empeñarse en fracasar 30 veces en las elecciones por un puesto
en el Consejo de Seguridad de la ONU y salir a decir que se
trata de un gran triunfo, cuando en las cuatro ocasiones
anteriores, los candidatos venezolanos fueron electos por
unanimidad y sin esfuerzo.
Nerviosismo por todos lados y falta menos de dos meses.
lucgomnt@yahoo.es