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Lluvias políticas...y de las otras 
por Lucy Gómez
sábado, 20 mayo 2006

 

Desde el cielo caraqueño se avizoran las tormentas que coparán nuestra vida cotidiana en el futuro. Agua, agua y agua. Campañas electorales hasta diciembre, de la oposición y del gobierno.

Ante las lluvias que vienen con las tormentas estacionales del Caribe, hay poco mas que hacer que recomendar el uso de botas, paraguas y la práctica de escapes oportunos, en una ciudad que al revés de lo que pregona el Presidente en su gira europea, no es un paraíso ni para los pobres ni para la clase media. Está llena de huecos y de basura, no desatascan nunca las alcantarillas, las aceras se ponen intransitables al mas mínimo aguacero, para no hablar de la desaparición del transporte superficial cuando caen unas goticas, ya que contamos con choferes asustados ante la posibilidad de que el carro se les quede atascado en alguno de los lagos momentáneos que se forman en la pobre y sucia Caracas.

Para no hablar de la suspensión de la comunicación con el aeropuerto y el puerto principal del país, que disminuye y es mas, se acaba con cualquier tormenta, vista la avalancha de piedras que se le vendría encima a cualquier valiente que intente cruzar una lamentable vía llamada La Trocha, que construyó el gobierno cuando se le cayó el viaducto que había. Cualquier resentimiento que sienta un peatón de clase media contra el gobierno cuando llueve, es nada frente al que siente que crece, en proporción geométrica dentro de su alma, una víctima pobre, favorecida al vivir en Venezuela según algunos europeos crédulos.

Nada más la noche del jueves pasado, un centenar de enfurecidos ciudadanos, que viven en el litoral, a quiénes se les negaba transporte hacia su casa, porque había caído un vendaval, manifestaron hasta los alrededores del palacio presidencial. Aquí abunda ese tipo de desesperados. En estos últimos meses han tomado terrenos, conjuntos de apartamentos en construcción y algunos duermen durante meses frente al palacio de Miraflores y a Conavi para que les den la casa que les prometieron. Porque aquí, cuando uno es pobre y viste camisa roja, se vive de promesas y limosnas.

El aguacerito de candidatos

Hay otro aguacerito blanco que nos empapa, el de la multiplicación de candidatos presidenciales de oposición.

Al lado de los tres “mayoritarios” según las encuestas, Julio Borges, Teodoro Petkoff y el gobernador del Zulia, Manuel Rosales, que de lejos parece y de cerca es, se materializaron Cecilia Sosa, Vicente Brito, Sergio Omar Calderón, William Ojeda, Roberto Smith y Froilán Barrios... (se puede completar la docena, que es un número “cool”).

Todos soslayan muy amablemente el tema de las primarias, el de las encuestas, el del acuerdo político y el de las condiciones mínimas de limpieza electoral y lo seguirán haciendo hasta que no tengan más remedio. Mientras, nos empapan de palabras huecas, como sus declaraciones después de entrevistarse con los rectores del CNE y las que dan multiplicados ad nauseam en todos los programas de opinión, donde prometen cosas que todo el mundo sabe que nunca harán, como acabar con la violencia, eliminar la corrupción o hacer entrar por el aro al Consejo Nacional Electoral. No sé si saben o sienten el inmenso hastío con que se les oye, viendo como hacen política como aerobics, creyendo que la multiplicación de palabras hará el milagro de llevarlos a la silla.

El bostezo se produce porque en un mundo tan duro para el venezolano de oposición como éste,  nuestros candidatos no asumen nuestros problemas y nuestra defensa, sino hablan como si estuvieran haciendo campaña en Suiza, con unas sonrisitas nerviosas, unos pestañeos y unos manierismos más bien ridículos. No mencionan para nada los problemas del Registro Electoral, por ejemplo, que fue uno de los principales motivos de que 80 por ciento de nosotros nos quedáramos en nuestras casas, en diciembre pasado. Mucho menos hablan de la reelección de Chávez y como enfrentarla, ni del plebiscito que ha amenazado que hará si no salen a bailar con él alrededor de las máquinas electorales en diciembre.

Escatología en horario estelar

Otra lluvia, es la de porquería que nos cae desde el chavismo, en todos los frentes: la Fiscalía General, el Tribunal Supremo de Justicia, la Asamblea Nacional, la Vicepresidencia. Las relaciones con los demás países y jefes de estado se llevan a insulto limpio, la Fiscalía se pone escatológica cuando habla de las víctimas de asesinato en horario estelar de TV. En la Asamblea Nacional y en el Tribunal Supremo de Justicia, el público ve mas o menos divertido, como el chavismo se descoyunta a machetazos para hacer ver que ha entrado en una lucha profunda contra la corrupción administrativa exponiendo los casos del magistrado Luis Velásquez Alvaray, el del Central Azucarero Ezequiel Zamora y el de Jesús Caldera Infante, ex presidente de Fogade y ex secretario de gobierno del estado Carabobo.

Hay que ver las caras de asombro y asco con la que jueces del Supremo y diputados de la Asamblea descubren la existencia de funcionarios públicos que, como reyes sin corona disponen en su propio beneficio de cientos de millones de dólares. En el caso de Velásquez Alvaray, la opinión pública no sabe que pasó por fin, porque las bocas de todos los implicados, acusadores y acusados han callado profundamente desde hace mas de un mes. Las denuncias sobre el realero que se robaron en el Central Azucarero Ezequiel Zamora, en Barinas, han llevado a la cárcel a dos cajeros y a algunos militares, pero no aparecen por ninguna parte (y lo dice el denunciante presidente de la comisión de Contraloría) los principales responsables. No dudo que lo mismo pase con el rollo Caldera Infante, donde por la medida chiquita hay denuncias de desvío (es decir robo) de 50 millones de dólares de los contribuyentes. Sean verdades o mentiras estas denuncias ¿cual es la sorpresa?. ¿Donde están las cuentas del Bolívar 2000, la época dorada cuando los generales disponían de armarios completos llenos de dinero en efectivo para pagar y meterse en el bolsillo lo que fuera? ¿A que obedecen los gritos de vestal escandalizada del encargado de revisar las negociaciones del estado, el capitán Eliécer Otaiza, diciendo que aquí toda la administración pública se salta todas las disposiciones legales a la hora de contratar? Mas de lo mismo. Intentan desinfectarse antes de las elecciones para que creamos que el Proceso ha estado 7 años luchando contra esta sarna, pero que en realidad no es un perro sarnoso. Al contrario, en Venezuela hay puros ángeles de alas rojas luchando eternamente contra los diablos corruptos que nadie sabe como se han metido en todos los sitios donde se produce dinero en este país.

Bien, acostumbrados a todas estas lluvias, nos toca salir con paraguas. Nos llueve la oposición, el gobierno y las tormentas tropicales, es invierno en Venezuela.

lucgomnt@yahoo.es    

 
 
 
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