Asistía
el entierro de alguien muy querido de la familia. Una de esas
integrada por gente de todos los bandos.
Le pregunté a un tío que estaba haciendo ahora.
Me había enterado de que había tenido algunos contraticos
pequeños con fundaciones dependientes del gobierno, y que mal
que bien estaba viviendo de eso, ya retirado del ejército. Me
miró como con pena y me dijo, "ya no, ahora tenemos solamente el
dinero de la jubilación de mi mujer, la mía y de vez en cuando
encuentro algo más.
¿Y que pasó?
"Que cuando se dieron cuenta de que yo estaba
entre los dueños de la empresa y como firmé, no nos dieron mas
nada .Menos mal que mi socio no aparece en las listas porque no
estaba aquí cuando los revocatorios. Pero igual, no podía seguir
ahí porque no sólo es no es que no se contrata con el gobierno,
sino que nadie que contrate o quiera contratar con el gobierno
quiere tener nada con uno. Tienen a todo el mundo chequeado.
Eso paso hace algo más de un mes.
Esta semana revivieron el juicio contra Napoleón
Bravo, por haber descrito con toda exactitud en su programa
radial la actividad del Tribunal Supremo de Justicia en el
momento en que Linda Loaiza acampaba en sus afueras, esperando
que algún magistrado pusiera fin al calvario que hizo que su
causa por violación e intento de asesinato, pasara por mas de
cuarenta jueces que no se atrevían a enfrentarse a sus
victimarios.
También hace días algunos diputados de la
Asamblea Nacional revivieron otro juicio, esta vez contra los
directivos de Súmate, ante la Fiscalía y el CNE. La idea es que
el dinero de las primarias de la oposición, que ellos se han
ofrecido a hacer proviene del gobierno norteamericano, a través
de fundaciones. Más o menos colaboración con el enemigo, que en
este caso es George Bush. Pero los detalles son zarandajas. Lo
que vale aquí es pintarles la marca de Caín. Pasa igual que con
el jurista y profesor Charles Brewer Carías, que acusado de
redactar el decreto golpista de Carmona, escogió no entregarse y
quedarse en el exterior, a venir a Venezuela a pasar
humillaciones. Tuvo que salir corriendo de República Dominicana
cuando intentaba dar unas conferencias, porque el gobierno
venezolano envió una requisitoria en contra suya por Interpol.
Todos los casos tienen un denominador común. Que
todos se producen en Venezuela, que se trata de persecuciones,
es decir, reiteradas y continuas acusaciones y procesos que
entabla el gobierno contra ciudadanos, a todo lo largo de su
mandato, por hechos que nunca antes hubieran provocado tales
consecuencias, pues ni el tío de quién les hablé cometió tantos
pecados como los alzados contra el dictador Juan Vicente Gómez,
ni Napoleón Bravo escribió , como lo hizo Víctor Hugo, el libro
Napoleón El Pequeño, contra Napoleón III, ni los directivos de
Súmate son franceses colaboracionistas con los nazis después de
la victoria de los aliados. No hablemos de la venganza contra
Brewer Carías. Hoy no basta el exilio, como le pareció
suficiente a Marcos Pérez Jiménez cuando los adecos, copeyanos y
comunistas, se fueron de Venezuela durante su gobierno, también
hay que buscar a los opositores donde estén, tal como hoy se
hace con los narcotraficantes.
¿Que busca esta persecución?
Primero, someter al respeto al proceso
revolucionario a los desviados. No se trata de la trasgresión a
las leyes vigentes, sino de la trasgresión al respeto que sus
partidarios creen que se le debe a Chávez y a su creación, la
república Bolivariana de Venezuela.
Firmar contra la permanencia del Presidente
Chávez en su cargo, ofender al tribunal supremo con comentarios
denigrantes cuando uno cree que no hace su trabajo, redactar un
decreto golpista, organizar unas elecciones internas de la
oposición, tienen el único dato en común que atentan contra la
supuesta majestad del gobierno, su presidente y sus partidarios.
Hayan cometido o no esos supuestos delitos los acusados, el caso
es que sus acusadores son miembros del tribunal revolucionario
en que se ha convertido la Asamblea Nacional, los ministros y
los dirigentes del MVR.
Y aquí vamos al segundo efecto de la persecución,
el efecto demostración. Así se deja claro, que a quien firmó
contra Chávez, a quien resista, a quien se relacione, a quien
piense independientemente de las directivas del proceso, a quién
diga lo que piensa en sus programas, le espera la muerte civil
por aplastamiento. Le negarán contratos de trabajo, lo harán ir
mil veces a los juzgados para hacerlo esperar largas horas a
jueces que ya tienen redactada la sentencia condenatoria
ordenada por instancias superiores. No lo dejarán salir del
país. Le amenazarán de muerte, le insultarán en las decenas de
pasquines pagados por el gobierno, nuestra autóctona prensa
"chicha".
La reacción de los acusados, de los perseguidos
venezolanos ha sido distinta y variopinta. Sólo tienen en común
la resistencia. Patricia Poleo persiste, erre que erre en
escribir desde el exterior contra el gobierno. María Corina
Machado y Alejandro Plaz, en asistir a cada una de las
citaciones que le han hecho en el proceso que se le ha seguido,
y en hacer ver que cada uno de los dineros que recibe Súmate se
gastan en educación y organización. Napoleón Bravo en decir lo
que piensa en su programa, y en calarse también sus propias
citaciones. Brewer Carías en denunciar al gobierno venezolano y
en dar sus clases El tío, sigue luchando pedacito a pedacito por
seguir viviendo.
lucgomnt@yahoo.es