Las
dos tareas principales de los parlamentarios venezolanos de la
Asamblea Nacional, desde que no tienen representantes de la
oposición presentes en el hemiciclo, ha sido la de ocuparse de
tareas profundísimas que conmueven a la nación, como el cambio
de los símbolos patrios, el nombramiento del Comité de
Postulaciones para revisar las credenciales de los rectores que
dirigirán la reelección presidencial y su propia guerra
interna, que es en lo que ha devenido la investigación de
irregularidades por la comisión de Contraloría, que hiere de
muerte a parte de la dirigencia chavista en dos estados muy
importantes : Barinas y Carabobo.
El cambio de los
símbolos patrios: la bandera, el escudo y el himno nacional ha
sido objeto de chanzas sin límite en Caracas. Que por que no
acaban de poner a la morrocoya de la hija del presidente en uno
de los cuarteles del escudo, como Morrocoya Epónima Bolivariana,
que van a eliminar la frase “abajo cadenas” del himno porque es
subversiva, que si la diputada Cilia Flores ha tenido que
calarse varias veces los desplantes de diseñador del comandante
Chávez, porque el caballo le salió muy apendejeado en el nuevo
escudo. Bostezo general con las nuevas versiones del himno,
indiferencia total a la discusión de si va o no va el machete
dentro del escudo, si lo cuelgan o descuelgan de donde lo tienen
expuesto. Lo más serio que hacen por ahí es apostar cuanto
costará cambiar todos los documentos de la administración
pública y de identificación de la ciudadanía, cuando terminen
de colocar el número de estrellas en la bandera, de rediseñar el
escudo y de reescribir el himno. Dicen por ahí (no se sabe si
es broma o no) que van a hacer un concurso entre los niñitos de
las escuelas bolivarianas para ver quién se aprende primero el
nuevo himno y se lo canta a Chávez. El premio es un viaje a Cuba
con Aristóbulo Istúriz en el asiento de al lado, para cantarlo
en el palacio Presidencial de La Habana. Otras bromas van con la
gripe aviar y la morrocoya, a la que unos jalabolas van a enviar
al mismo sitio para que la inoculen los veterinarios cubanos,
únicos con el conocimiento suficiente para salvarla de la
pandemia.
En fin, que no nos
importa absolutamente nada. Eso es como el teatro de las
postulaciones electorales, en donde montaron unas trampajaulas
para que los optimistas de la oposición se inscribieran por
iniciativa propia. Resulta que cuando la comisión parlamentaria
escogió a quiénes van a elegir a los nuevos rectores resultó ¡oh
sorpresa! que 94,5 % eran chavistas. No sé porqué, pero lo
intuía.
¿Y donde me dejan
los arranques de Robespierre del presidente de Contraloría, don
Pedro Carreño?. Por supuesto que los ha empleado para acabar
con los nidos de corruptelas de los chavistas enemigos de él
Barinas, región emblemática, ya que es el nido familiar del
Presidente, donde se ha descubierto una matraca de guiso
ministerial-militar, que por la medida chiquita inhabilitará
políticamente a los señalados en la construcción de una central
azucarera, perfecta para incrementar patrimonios personales
en dos mil millones de bolívares. Lo mismo pasa en Carabobo con
los enemigos de Francisco Ameliach. Lo cual no quiere decir que
los acusados estén impolutos como las plumas de los ángeles,
solo que hay motivos dobles triples y cuádruples para
investigarlos.
En Carabobo, por
ejemplo, la investigación del ex secretario de gobierno y ex
jefe de Fogade, Jesús Caldera Infante, se lleva de la mano a la
administración Acosta Carlez, a sus métodos de contratación y a
algunos de sus contratistas hacia un juicio popular abierto por
sus enemigos declarados dentro del chavismo.
En eso pasan sus
días los parlamentarios. Ah y en hacer marchas contra Bush ante
la embajada de los Estados Unidos. Allí se divirtieron mucho más
porque trancaron todo el tránsito de la ciudad desde las Mayas y
Tazón, pasando por Chacaíto, Las Mercedes y los Naranjos, ya
que desde las nueve de la mañana empezaron a llegar autobuses
de todo el país, para poder hacer una manifestación decente.
Por supuesto, se suspendió el servicio de metrobus, se
escondieron los taxis y los choferes de las camionetas de
pasajeros, durante todo el día en las zonas afectadas.
Afuera, donde queda
el mundo real, siguen robando en pleno día, siguen los
asesinatos entre bandas, los secuestros se hacen moneda
corriente, la leche se volvió a desaparecer, la gente hace cola
en los supermercados del gobierno para ver si aparecen los
pollos y la mortadela ya no la venden podrida y en la
administración pública se redoblan también las colas para
cualquier trámite, a menos que un amigo gestor bolivariano te
haga la segunda y resuelva tus problemas. Lo único que los
bolivarianos no arreglan rápido a punta de real, son los
derrumbes que tienen angustiadísimos a cientos de miles de
personas en toda la ciudad, pues el desastre está afectando ya a
barrios que parecían consolidados como en Catia y en Petare. Por
eso, ¡Que caballo, ni que niño muerto! Sigan jugando con su
escudo.
lucgomnt@yahoo.es