Mientras los candidatos presidenciales se esfuerzan por hablar de todo y aparecer en TV, incluyendo comentarios sobre el omnipresente Mundial de Fútbol, crecen los problemas ciudadanos a los que nunca se refieren. No afirmo solamente que los obvian los candidatos de la oposición, sino que tampoco el del gobierno, Chávez, piensa en nosotros, ya que está demasiado ocupado llevando las transmisiones del Mundial a los campesinos bolivianos, gasolina a los pobres norteamericanos y en comprar fusiles para la guerra asimétrica con los gringos.

A nosotros, que nos parta un rayo. Pero si no le importó Velásquez Alvaray, su panita del alma, el hombre que le quitó de encima al fastidiosísimo amigo de Miquilena, Franklin Arriechi, a quién se le ocurrió la brillante idea de decir que cuando quitaron de en medio al Presidente el 11 de abril, había sido porque todo el mundo se confundió con la aseveración del general Lucas Rincón que el hombre había renunciado... Velásquez mató a Arriechi y ahora matan a Velásquez y Chávez no soltó ni una lagrimita.

Así que poco podemos esperar nosotros, que estamos mucho más abajo en las estimaciones de los políticos, sino sufrir manifestaciones y trancas diarias de los choferes, porque los ladrones y asesinos los matan como perros en las avenidas, de los estudiantes, porque no los dejan resolver sus asuntos en paz y les tiran encima a los militares, de quiénes no tienen casa, porque se las prometen y no se las dan. Estos homeless venezolanos viven deteniendo el tránsito en las Mercedes, durmiendo frente a Miraflores y tanto han insistido que ahora la Casa Militar inventó un nuevo cierre con alambre de púas para rodear el palacio y no permitir que entre tanto pedigüeño. Las amas de casa protestan porque viven subiendo las zanahorias, el tomate y las cebollas, aunque según los jerarcas del Banco Central, nunca han estado mas bajos los precios ni nunca hemos vivido mejor.

Es mas, como será, que ahora me leo los sucesos con segunda y terceras intenciones. Estoy haciendo un bordado que ni de punto de cruz, para ver cuales son los sitios donde se registran tiroteos cotidianos “entre bandas”, secuestros, atracos y “sitios de liberación” (es decir donde botan a los muertos después que los acribillan) para no pasar par ahí, aunque tenga que dar un rodeo por la ciudad que no les cuento. Ya he borrado del mapa el metro de Capitolio, los autobusetes de Santa Mónica, la parte de abajo de las trincheras de la avenida Libertador, llegar después de las 8:30 de la noche a cruzar la avenida Bolívar, traspasar después de las seis de la tarde la frontera de la plaza Venezuela hacia el corazón de Sabana Grande. Si quieren, sigo.

Lo único que me divierte ahora son las apuestas. Ya gané una porque me decían que no iban a pasar de 12 los candidatos presidenciales de oposición. Yo aposté que pasaban. Y gané.

Ahora hice otra: a que pasan de 25 antes del 15 de junio. Y parece que voy a ganar otra vez.

Podemos hacer una tercera. Cuantos chavistas de alto coturno se lleva por delante la campaña electoral hasta el día de las elecciones. Yo creo que por lo menos cinco. (Valen destituciones, autos de detención, suspensiones, allanamiento de la inmunidad parlamentaria y suicidios)

¿Que otra cosa podemos apostar?
Que el país seguirá desangrándose, que las manifestaciones se harán en vez de diarias, interdiarias, que seguirán aumentando los atracos en las camioneticas, las tarifas del metro y “el transporte superficial”, que la ciudad seguirá inmunda y que todos los políticos, candidatos y precandidatos incluyendo a Chávez, evitarán referirse a nada de eso. Por supuesto, cada cual por sus legítimas y democratiquísimas razones para dejar que el país se hunda.

lucgomnt@yahoo.es