El
balance de los últimos siete años de gobierno de Venezuela se
parece a aquel cuento del Génesis, que narra como un joven
judío llamado José, interpretó como siete años de abundancia
seguidos por siete de miseria, el sueño que tuvo un faraón
sobre siete vacas flacas y siete vacas gordas.
(1)
La diferencia que
percibo, es que lo que ocurre hoy en Venezuela, no es igual
para todos como pasó en aquella época en Egipto. Nuestro
gobierno asegura que estamos pasando siete años de vacas gordas
y tiene razón. Otra parte de la población asegura que sufre
siete años de vacas flacas. Y también tiene razón.
Vacas gordas para el gobierno porque los precios del petróleo
nunca han estado tan altos, porque ahora el régimen es de
partido único y no tiene que discutir con la oposición ni en la
Asamblea Nacional para que hacer lo que quiera. Encima se da el
lujo de regalar dinero para beneficiar y mantener a sus aliados
internacionales, sin que se le desequilibre el presupuesto.
Porque el presidente
Chávez ha llevado su política al terreno internacional y ha sido
tan reconocido por su audacia, que hasta el secretario de
Defensa de los Estados Unidos lo menciona en una declaración
pública (aunque lo compare con Hitler, no importa, eso lo
ranquea).
Ya no quedan sino
dos gobernaciones venezolanas que no sean gobernadas por los
chavistas, así que el frente interno lo tiene aparentemente
controlado.
Están en
cuestionamiento absoluto el derecho a la propiedad privada y
la democracia representativa como sistema de gobierno del país,
puntos básicos que se trazaban como una meta en sus programas
de acción los conductores del golpe del 4-F.
Las esferas
gremiales y profesionales han sido completamente penetradas y /
o sustituidas por la gente de confianza del Presidente y las
que no lo han sido, tienen sus líderes perseguidos desde el
punto de vista fiscal, judicial y mediático.
Los dirigentes
del chavismo cada día tienen mas bienes de fortuna
El concepto de
Misión como sistema de subsidios básicos se ha convertido en
parte de la vida de la población pobre, que hasta ahora no se ha
rebelado en forma significativa contra las ineficacias, retrasos
y corrupción de ese mecanismo.
Gran parte de la
población joven de clase media se ha ido del país, así que no
molesta más.
La dirigencia
de la oposición está en manos de líderes de tercera y cuarta
categoría. Los de segunda y tercera están prófugos, presos o en
el banquillo de los acusados. Los de primera, no existen.
¿Cuando llegan las
gordas?
Los
empresarios que no dependen del petróleo recibieron golpes
importantes desde 1998 y sus empresas siguen en caída libre,
porque cada vez la economía criolla es más dependiente del
gobierno. El trabajo que mas personas ejercen hoy en las grandes
ciudades, no crea bienes sino que los intenta vender. Medio país
medio vive de ser buhonero, un trabajo que no proporciona a
nadie seguridad social ni jurídica..
Los
habitantes de las ciudades han visto como se han batido en estos
siete años todos los récords en índices de criminalidad. Hace
siete años, los secuestros express eran cada vez más raros.
Ahora son tan populares, que hasta son el tema de las películas
criollas (cada vez hay menos films venezolanos, ¿por qué será?)
Nuestra guerra de fin de semana, sigue profundizándose en
cantidad de muertos.
Sectores gremiales y profesionales enteros han sido invadidos,
forzados a plegarse al partido de gobierno so pena de despido.
Ha habido una política sistemática para deshacerse de todo
aquel que resista las políticas del chavismo. A los despedidos
se les impide volver a ejercer la profesión para la que se
entrenaron. El ejemplo clásico, son los 20 000 ex empleados de
la industria petrolera y sus familias, los militares que no se
plegaron al “proceso”, los marinos mercantes que participaron en
el paro y los policías. Estos han sido los años más terribles
que han pasado jamás. Ni siquiera les han pagado sus
prestaciones sociales.
Hay un grupo, algunos de cuyos miembros también pertenecen al
sector anterior, que ha sido apartado por obra de su
pensamiento político de todo contrato, empleo con cualquier
empresa pública o privada con la que tenga relación el chavismo
y en un momento dado se le negó hasta su derecho al voto y a
su identificación: los firmantes en los distintos referéndums
que se han hecho contra Chávez.
Centenares de propietarios del campo o en la ciudad, que poseían
casas o apartamentos de vivienda principal, apartamentos en la
playa o terrenos han pasado los últimos tres años, durmiendo a
raticos debido a otro proceso continuo, el de invasiones. Así el
gobierno fortaleció a decenas de grupos de choque, líderes de
tomas, que explotan la necesidad de vivienda de centenares de
miles de venezolanos, usando la violencia y la coerción, con sus
seguidores y con los invadidos, azuzando a unos contra otros,
usando a niños y mujeres embarazadas como escudo, quedándose
ellos con un producto multimillonario.
Vacas flacas también han tenido todos quiénes han visto
disminuir día a día el carácter democrático del sistema político
venezolano y sufren por eso, al verse impotentes para hacer nada
más que salir en marchas, cacerolear, ir a firmar en
referéndums o abstenerse de ir a votar en diciembre pasado,
llenándose de rabia, desesperanza , depresión e impotencia, por
ciclos. Hoy está completamente en el piso la confianza de
este sector en el sistema político venezolano, en el sistema
interamericano de defensa de los derechos humanos y de los
derechos políticos, encarnado en la OEA y sus instituciones.
En fin, la lista es infinita. Los periodistas de los medios
privados la hemos pasado negras también, teniendo que
acostumbrarnos en estos años a los chalecos antibala, a los
gritos de odio y desprecio, a los golpes y robos selectivos, a
que nos impidan el trabajo y a que persigan a algunos de
nuestros compañeros que cometieron el pecado de investigar más
de la cuenta, hablar más de la cuenta, creer que la democracia
es de verdad en este país, o asumirse como líderes políticos.
En fin, volvamos al sueño bíblico, que tiene un ritmo: después
de los siete años de vacas gordas, vienen siete años de vacas
flacas. ¿ Y después de los siete años de vacas flacas, qué?
Notas
1)
"¡A siete
años de abundancia seguirán siete de hambre!" (Gén. XLI:
29-30).
José fue un patriarca hebreo, hijo de Jacob y de Raquel, cuya
historia es contada en el Libro del Génesis, en la Biblia. Fue
vendido por sus hermanos a unos mercaderes ismaelitas,
llevado a Egipto y esclavizado en casa de Putifar, oficial de
la guardia del faraón, cuya esposa le hizo encarcelar, porque
no quiso relacionarse íntimamente con ella. Posteriormente
descifró los sueños del faraón y le nombraron primer ministro.
Mientras José se hallaba en prisión, el faraón soñó que estaba
a orillas del Nilo y veía salir de él siete vacas hermosas y
muy gordas, que se ponían a pacer los tallos de papiro.
Después salieron del río otras siete vacas feas y muy flacas,
que devoraban a sus hermanas Luego el faraón tuvo otro sueño,
en el que veía siete grandes espigas, que salían de una sola
caña de trigo, pero detrás de ellas brotaban siete espigas
flacas y quemadas por el viento.
Los adivinos del faraón le dijeron que: "Las siete vacas
gordas indican que engendrarás siete bellas hijas; las flacas,
que todas ellas morirán de una enfermedad agotadora. Las siete
espigas de trigo gordas indican que conquistarás siete
naciones; las marchitas, que más tarde se rebelarán" (Gén. XLI:
1-8).
No satisfecho con estas interpretaciones, el faraón consultó a
José, conocido por su sabiduría en lo que respecta a sus
sueños. José dijo: "Dios ha enviado al faraón dos sueños con
un mismo significado. Las siete vacas hermosas y las siete
grandes espigas de trigo representan años, de igual manera,
las vacas flacas y las espigas vacías. A siete años de
abundancia habrán de seguir siete de hambre tan severa que los
tiempos de abundancia quedarán completamente olvidados".
Asimismo, José le aconseja al faraón que elija a un Visir de
confianza, capaz de abastecerlo en previsión de los malos días
venideros. El faraón lo eligió a él. El hambre azotó no sólo a
Egipto y se extendió a la península Arábiga, Canaán y Siria.
José los abasteció y enriqueció el tesoro de Egipto. Se
intercambió el grano por ganado, metales, tierras y hasta se
entregaron a los hijos como pago.
Fuentes. Enciclopedia Espasa y “ El hambre en tiempos de José
Graciela N. Gestoso Singer.
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