Percibo una efervescencia cómica y hasta
ingenua en algunos de los candidatos de la oposición, dispuestos
a convalidar los próximos procesos de elección popular en
Venezuela. Es una muestra de la esperanza que nunca les se
acaba, de llegar por fin a ser diputados.
(No me refiero a los que se lanzan por
obligación de supervivencia, presos políticos o perseguidos) A
los políticos por vocación, parece no importarles mucho, que
últimamente haya cambiado en los hechos, nuestra práctica
electoral que privilegiaba la representación proporcional de las
minorías por el método anglosajón del todo o nada. Tienen una
fiebre electoral, que los atormenta y les hace contratar equipos
de campaña en los cuales medran asesores políticos,
encuestadores, diseñadores, fotógrafos, tal cual se tratase de
un matrimonio, unos quince años o una graduación, pero mas
grande. Conservan la esperanza que la ínfima parcelita que el
gobierno asignará, les beneficie de acuerdo a alguna carambola
y les permita sentarse pronto en su amada curul.
Llevamos semanas de presentación de
candidatos, de frentes democráticos y otras
zarandajas de partidos que juntos no llegan ni al diez por
ciento según las cuentas de las municipales, que son las del
gobierno y al final, las que mas importan, Son las que denotan
cuantos puestos cuadrarán entre el CNE, el TSJ y la Presidencia,
para asignar puestos a los suyos y a los otros.
En una de esas, manoteando desesperadamente,
estos partidos antichavistas creyentes en el uso efectivo de los
pedazos de democracia representativa que quedan, se abrazaron
de las morochas, repitiéndose que el fin justifica los
medios. Han ido una y otra vez a reunirse con el denostado CNE calándose
como políticos al fin, todas las mentirijillas que les dicen
esperando que le perdonen la vida, aunque no consigan que les
cuenten los votos en las mesas, salvo en las designadas por el
propio CNE, ni que se proporcione el Registro Electoral
completo, no sea cosa que el mundo se de cuenta que en Venezuela
hay miles de votantes sin dirección y muertos vivos por montón.
Embalados en dirección a la fiesta
democrática de diciembre, como ajustadamente definen el proceso
las máximas autoridades del MVR, se ha producido un finteo
judicial apreciable, dado que el TSJ no da puntada sin hilo del
rojo; después de negarse durante meses a considerar nada contra
el enmorochamiento, se abre el camino por segunda vez en menos
de un mes, a una petición de la dirección nacional de AD, contra
las morochas. Los resultados inmediatos, si la próxima semana se
le da paso a la petición, como ya avisó el presidente de nuestro
Consejo Electoral, será retrasar las elecciones parlamentarias
para el año que viene, el de la reelección de Chávez.
Bueno, viéndolo fríamente, habrá ventajas. La
primera que sería un ahorro para los chavistas.
La oportunidad la pintan calva, porque la
mejor manera de presentarse en unas elecciones en Venezuela es
colgado de la chaqueta del comandante. Así ahorrarán las ¾
partes de los gastos de la campaña electoral, léase asesores
electorales, encuestas, afiches, etc .
En cuanto a la oposición, tampoco habría
grandes pérdidas: los líderes fundamentales, necesarios para
guiarnos políticamente en AD, Copei, Primero Justicia y el
MAS, podrían disfrutar unos cuantos meses mas sentaditos en las
plenarias de la Asamblea Nacional y todo el mundo feliz . Sólo
se oirían unos cuantos ayes de quiénes sí tenían la esperanza
de ganarse su kino parlamentario. Así las cosas, la semana que
viene será de lo mas interesante. Los mismos jueces que
desecharon el anterior amparo contra las morochas porque “no
había tiempo” para que se restableciera la legalidad,
tendrán la oportunidad de tejer sus cadenetas de nuevo, esta vez
acompañando nuevas necesidades. Repetirán el fallo y seguirá la
fiesta? Lo cambiarán ?
¿Seguirán dándole paso en el TSJ a las
peticiones de los fétidos adecos de la cuarta? No se pierda el
próximo capítulo.
lucgomnt@yahoo.es
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