La
eficacia de una acción política se mide por la rapidez de sus
buenos resultados. Los partidos de oposición constituidos en
Venezuela han intentado por meses, con declaraciones y marchas,
convocatorias débiles sin coordinación, cambiar la dirección de
nuestra agenda política y lograr de nuevo la atención de los
ciudadanos. Para nombrar solamente algunos intentos, organizaron
una manifestación a favor de los presos políticos, se constituyó
el nuevo partido liderado por Oswaldo Alvarez Paz, Alianza
Popular, se lanzó la candidatura presidencial de Julio Borges,
todo con resultados modestos tirando a nulos. Tanto como los
intentos de hacer grandes manifestaciones en apoyo a Enrique
Mendoza, cuando fue imputado en tribunales. Hay un indiscutible
aislamiento entre los derrotados líderes de la oposición y sus
bases, que no los reconocen y les piden el retiro. Ninguna de
estas protestas logró sacar de sus casillas al gobierno ni
acelerar el ritmo de sus diferencias con los Estados Unidos.
Súmate sí lo logró, el efecto revulsivo fue inmediato. La
respuesta en escalada a la reunión de su jefe durante una hora
con el presidente norteamericano fue tan violenta, que desplazó
de la agenda política venezolana cualquier otro debate,
incluyendo la fantástica desaparición y reaparición del
presidente Chávez, que se dedica a visitar a su hija menor a
escondidas de su familia y sus partidarios, según la última
telenovela chavista a la venta.
Los
argumentos contra la reunión Bush-Machado han sido casi todos
antipersonales, tanto por parte del chavismo como por parte de
la oposición que actúa como manager de tribuna en este asunto.
(Como todos los managers de tribuna, se quejan en el fondo de
que María Corina no les consultó ni la visita, ni la hora ni el
atuendo para entrevistarse con Bush)
Si
sacar al gobierno de sus casillas y recibir un espaldarazo
internacional como es el reconocimiento del trabajo de las ONG
en Venezuela, no es un dividendo político, si colocar el tema
de la falsa democracia que tenemos, en los titulares tanto de
CNN como de los principales periódicos del continente no es un
triunfo, no sé que lo sea, después de las vergonzantes reuniones
de dirigentes de la OEA y de países “amigos” con líderes de la
oposición venezolana, así como sus tibias reacciones a las
denuncias del fraude que sufrimos en las pasadas elecciones.
Una
vez aceptado que a Chávez y al chavismo les revienta y les
perjudica que una venezolana de una ONG de tipo educativo
electoral se reúna con Bush, revisemos cuales pueden ser los
reales inconvenientes de ese encuentro.
El derecho a la defensa de una perseguida
¿En
que le puede afectar a María Corina Machado, a Súmate o a la
oposición venezolana las acusaciones de la jefa de la fracción
parlamentaria del partido de gobierno, Cilia Flores, de una de
las principales dirigentes del chavismo, Iris Varela, del
canciller Alí Rodríguez Araque y del ministro del Interior,
Jesse Chacón, diciéndole prófuga y traidora? ¿Acaso los
procesos contra los dirigentes de oposición y /o periodistas y
las acusaciones de traición a todo aquel que contradiga la
política del “proceso revolucionario” no son nuestro pan diario?
Pues sí, bastante que la han perseguido el año pasado y este,
con citaciones a la fiscalía y a los tribunales y amenazas para
que no haga su trabajo, tanto a ella como a otras jefes de ONG
en Venezuela. Ella es una perseguida. Su clase social, su sexo o
su belleza no tienen que ver a la hora de mandarle una citación
tras otra o al recibir amenazas e insultos en Caracas. Tiene un
elemental derecho a defenderse agarrándose de lo que pueda.
¿Que
esperaban, que fuera a hablar con Bush para que devuelvan a
Posada Carriles, haciéndole coro a la política de un gobierno
que acusa a la organización que dirige de obedecer las órdenes
de una potencia extranjera?
¿Es
traidora a la patria porque considera importante hacer ver al
mundo entero que vivimos en una democracia simulada, que tiene
secuestradas las libertades a la mayoría de los venezolanos, en
nombre de una revolución que favorece el enriquecimiento y
privilegios de una facción política?
El
gobierno esperaba que se exiliara en una ocasión anterior, al
imputarla cuando se encontraba en el extranjero, pero volvió. No
le gustará nada si se aparece en la próxima citación del mismo
juicio en Caracas, el 10 de junio.
En
estas peleas de burro contra tigre, no entiendo de qué se queja
el tigre.
El encanto de las malas compañías
El
otro problema es que se ha retratado al lado de un líder mundial
del intervencionismo y la prevención antiterrorista, guerrerista
y conservador.
No
es un asunto extraño en la `política mundial. No es la primera
ni la última que juega fuerte a la hora de defenderse, tanto
personal, como políticamente.
Nada
menos que Lenin, cuando le tocó defender la revolución
bolchevique y buscar apoyos y financiamiento, no tuvo empacho en
llegar a un acuerdo con Alemania, que en ese momento era una
potencia de la primera guerra mundial par darle el golpe de
gracia al gobierno de Alexander Kerensky. Los alemanes acordaron
con los bolcheviques enviar a treinta de ellos, entre quiénes se
contaban Lenin y Zinoviev, en un tren que cruzó su país hacia
Suecia. Los camaradas pidieron el derecho de
extraterritorialidad para que no les inspeccionaran el equipaje,
ni le pidieran los pasaportes, ni hubiese oficiales militares
vigilándolos. Ellos se comprometían a no salir para nada del
vagón. Efectivamente, pasaron de Alemania a Suecia, de allí a
Moscú y cayó el régimen. Más tarde Lenin y Trotsky firmaron con
los alemanes el tratado de Brest- Litovsk que cedió grandes
extensiones de territorio ruso.
(1) Pero la
revolución rusa se consolidó y los rusos blancos murieron o
fueron al exilio en Europa. Según nuestros managers, no había
razón para que el gobierno del Kaiser Wilhelm apoyase a esos
comunistas, que estaban por principio en contra de los reyes.
Eso, hubiera sido políticamente incorrecto y poco coherente con
la defensa de las monarquías. Pero el acuerdo le funcionó a las
dos partes.
No
hablemos de los juegos de billar de los mismos soviéticos en la
II guerra mundial. Eran los mismos que apadrinaron durante
décadas a todos los movimientos de izquierda en América Latina,
cuando era un pecado criticar a los rusos, porque uno se
convertía inmediatamente en “revisionista” y “pequeño burgués”.
Eso duró hasta que se hicieron tan evidentes las maldades y
torpezas del establishment soviético que fueron criticadas
formalmente en Venezuela y todo el mundo tras la invasión de
Checoslovaquia en 1968. (2)
Antes de eso, a nadie de izquierda se le ocurría criticar la
firma del tratado Molotov –Ribentropp que apartó a Rusia de la
lucha en la II guerra Mundial y la alió a los nazis, ni
pareció raro que después de la invasión de Rusia por los
alemanes, llegara la hora de Yalta y se sentaran a la misma
mesa Churchill, Roosevelt y Stalin.(3)
Me imagino que algún sabiondo analista le dijo a Churchill o a
Rooselvelt que les perjudicaba retratarse con el líder soviético
o viceversa, pero la gráfica solo hizo evidente un hecho
político irreversible.
Demonologías aparte, ser fotografiado con el diablo solo
demuestra que uno lo conoce y él nos para bolas, lo cual no es
malo en momentos de enfrentamientos con un mesías.
Notas:
1)
Comunicado del Grupo Viaje de revolucionarios rusos por
Alemania.
V.I. Lenin. Lenin Collected
Works, Progress Publishers.1977, Moscú, transcrito por VI
Lenin internet archive (http://www.marxists.org) 2004.
El tratado de Brest Litovsk fue
un acuerdo de paz separado entre los Poderes Centrales y
Rusia. Las pérdidas territoriales rusas, acordadas en él
incluyeron Latvia, Estonia, Lituania, Kurland, Livonia y
Besarabia, además que reconoció la independencia de Georgia,
Ucrania y Finlandia. Además cedió 3 distritos armenios al
Imperio Otomano. Fue firmado en marzo de 1918.
2) Después de la caída de
Alexander Dubcek, tras la invasión soviética, una de las
críticas mas penetrantes al régimen de la URSS, partió de
Venezuela, donde Teodoro Petkoff escribió
Checoslovaquia: el socialismo como problema ( 1969) libro
que circuló clandestinamente hasta dentro la misma
Checoslovaquia en una traducción impresa en multígrafo .
3) La conferencia de Yalta se
celebró en Crimea, antigua URSS, del 4 al 11 de febrero de
1945. Allí se aprobó la Declaración sobre la Europa Liberada
donde Churchill, Rooselvelt y Stalin se comprometieron a que
la reconstrucción de Europa se hiciera por medios
democráticos, constituyendo gobiernos que convocaran
inmediatamente elecciones libres, acuerdo posteriormente
violado por la URSS.
lucgomnt@yahoo.es
|