Por fin los jefes de
los partidos políticos de oposición, se dieron cuenta del enorme
rechazo militante de los votantes venezolanos, de todas las
tendencias, a participar en las elecciones parlamentarias del
4 de diciembre. No sé si fue el detalle de las últimas las
encuestas lo que los hizo tomar centro o si es verdad que las
adversas condiciones electorales, que soportaron amablemente
desde el referéndum revocatorio sumado a las continuadas
amenazas a los votantes antichavistas, mediante el uso de las
listas Tascón y Maisanta los hicieron despertar. Nadie cree
mucho que fue el incidente con las captahuellas, donde dicen que
tuvieron evidencia de que los estaban guisando, el que los
decidió a retirarse. Tal vez de lo que se dieron cuenta fue
del inmenso daño, del enorme peso político atado al cuello que
les ha significado acompañar en la Asamblea Nacional, estos
años, sin mayor efectos opositores, las decisiones del
gobierno.
Lo cierto es que
el primer partido que se dio cuenta del capital político que
conservaría si se quedaba acompañando la decisión silenciosa de
millones de electores hastiados, perseguidos y decepcionados,
fue AD. Y produjo un efecto dominó. Cayeron uno tras otro todos
los partidos, retirándose del proceso, hasta quiénes como dice
el gobernador Manuel Rosales, tenían “pueblo y votos”, como el
caso de los zulianos, mayoría en su terruño.
Es un poco ilógico
que decisiones como éstas se produjeran a última hora.
Evidencian una falta de conciencia de lo que significan las
condiciones electorales que sufrimos y la avidez por el cargo
parlamentario, que los hizo tolerar las pésimas condiciones que
hubo desde el principio, así como el deseo desesperado de no
quedarse en la cola, pero mejor es tarde que nunca. Por eso es
que todos los candidatos y algunos analistas lucen tan
desorientados. Ellos habían decidido ya calarse al CNE, con tal
de tener una oportunidad así fuera chiquitica de llegar a la
Asamblea Nacional. Es lo que le pasaba a Primero Justicia,
hasta que se dio cuenta del juego adeco, que los dejaba solos
con el MVR, sentados en sus curules, vestidos con unos chalecos
que tenían el letrero de colaboracionistas en la espalda, en
letras rojas. PJ no iba a dejar a AD en la ventajosa posición de
liderar con sus acciones coincidentes a los millones de
abstencionistas de este país.
¿Por qué los
votantes no van a votar? El liderazgo político opositor
venezolano que tenemos, desperdició toda la vitalidad del
inmenso pueblo que siguiéndolos, fue a las calles, soportó
bombas y tiros, haciéndoles caso en aquella idea de que
manifestando el rechazo, Chávez se iría. Y el pueblo lo sabe.
Ahora, que se mueva el interesado. A nadie le interesa si los
políticos llegan a la Asamblea Nacional o no, si conservan sus
curules o no, si protestan desde allí o no. La Asamblea Nacional
es el escenario político más inocuo al gobierno que hay.
Por lo demás, me
parece que la idea no es lamentarse por lo que estos políticos
que tenemos (los únicos) harán mañana, si sobreviven o no. La
verdad es que no me importa. La única manera de saber si un
animal nada, es tirándolo al agua. Si un político realmente lo
es, no necesita declarar dentro de la Asamblea Nacional o
iniciar un debate inútil que sabe que va a perder, haciéndonos
perder el tiempo a todos, enfrentando de mentira la aplanadora
del MVR. Que eso es lo que hacían, para no hablar de los flojos,
los mudos y los peleones que soportamos bastante. También a las
puertas del Palacio Federal, si les gusta mucho el sitio, pueden
ser escuchados.
No necesitaron ser
parlamentarios los choferes que cerraron varias veces y por
varias horas las calles de Caracas, protestando la muerte de sus
compañeros muertos a manos de los malandros, ni las buhoneras
que casi queman el centro de la ciudad por las decisiones de la
policía, que después de desplumarlas pidiéndoles real todos los
días para dejarlas mantener el puesto, se las lleva presas y les
quita la mercancía. No lo han necesitado los padres y
representantes de los niños de este país, para hacerse sentir
cuando creían que el gobierno se iba a entrometer en la
educación de sus hijos. Ni los damnificados que cerraron
autopistas varios días seguidos o han dormido delante de
Miraflores por meses, debido a que no tienen casa y los tratan
como perros. Aunque la verdad es que en cada uno de esos sitios
se hubieran necesitado políticos de verdad, para que los
guiaran, para que hicieran más efectiva la protesta, para que
los medios de comunicación hubieran ido mas rápido, para que se
tomaran decisiones efectivas que favorecieran la solución de los
problemas. No han estado allí.
Fíjense que no
estoy hablando de otras labores que se podrían llamar de
oposición a rajatabla, como ocuparse de los presos políticos,
de las persecuciones por las listas de votantes antichavistas,
del destino de las 20. 000 familias botadas de PDVSA o del
seguimiento ( y no por recortes de prensa) de los robos
cuantiosísimos de los corruptos del régimen. Para nada de eso se
necesita estar dentro de la Asamblea Nacional, tampoco.
Es decir, si los
políticos de oposición quieren trabajar, tienen trabajo y este
efecto dominó que maniata el proceso electoral del domingo,
habrá sido solamente el principio del fin de los líderes que
no se ocupan de nadie, que solamente dicen que hacen y que
dirigen desde los programas de TV , los que nos tienen hasta
la coronilla con aquello de “vayan”, “manifiesten”, “digan”,
”peleen”, “ustedes tienen que” y que negocian a nombre
nuestro “por nuestro bien”. Bienvenidos, ex parlamentarios y ex
candidatos, al mundo real.
lucgomnt@yahoo.es
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