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Irenizando a Teodoro 
por Luis DE LION
lunes, 26 febrero 2006
 

En las últimas semanas, el debate en torno a los potenciales candidatos presidenciales ha llevado a una resbaladiza discusión, dentro de un país donde el Estado de derecho es solo un recuerdo. Al tratar a los ciudadanos como simples electores, se olvidan que el venezolano también es trabajador, empresario, ama de casa y estudiante, entre muchas otras actividades ciudadanas. Pese a ello, vemos hoy como el bolifascismo junto a algunos candidatos de oposición buscan privilegiar el fraudulento sistema electoral impuesto por el régimen en detrimento de la moral ciudadana. 

Una lamentable situación ésta, en la que se encuentra inmersa una mente lúcida, como Teodoro Petkoff, quien pareciera no darse cuenta del décalage que tiene su postura candidatural en relación a la realidad política nacional. Un desface que cuesta entenderlo de un veterano político. 

Tratando de racionalizar dicha postura, una pléiade de articulistas, periodistas y pseudo intelectuales, desde sus respectivas burbujas, autoerigiéndose en directores de opinión, han venido juzgando como un hecho ineludible la candidatura presidencial de Petkoff. Prisioneros de un estilo calichoso y farandulero, muchos de estos potenciales jefes de campaña, se juran prospectivistas políticos, cuando en el fondo no son más que unos biógrafos de Petkoff.  

Están armando un escenario que muy pronto se tornará absurdo, como consecuencia de la interminable crisis de banalidad que padece la izquierda sifrina venezolana. Una perenne incapacidad, que les impide imponer ideas que vayan en contracorriente de las ideas impuestas por la nomenklatura chavista. Como evidencia máxima de dicha discapacidad, esta izquierda, más mediática que política, en el colmo del barroquismo político-publicitario, pretende hoy vendernos al veterano Petkoff cual candidato de laboratorio.  

En el fondo, entre arrogancia y torpeza, están produciendo, por mas paradójico que suene, una suerte de “irenización” de Petkoff. Por cuanto, al igual que dichos laboratorios, hicieron en un principio con la esbelta alcaldesa candidata, hoy lanzan de candidato a un ducho político, pero sin el apoyo de partido político alguno, siendo además Petkoff portador de un terrible discurso anti-oposición a través del cual hace una preocupante amalgama entre abstencionistas y golpistas, con una visión arcaica y maniquea de lo que es la Sociedad Civil y su actual peso específico, características que en su conjunto - al igual que fue la de Irene Sáez - le dan forma a una candidatura extremadamente elitesca, sectaria y cuidado si hasta colaboracionista. 

En ese sentido, al igual que en la campaña de 1998 a Irene Sáez no se le oyó hablar ni de economía, ni petróleo, ni de política exterior; al Petkoff de hoy pareciera estarle prohibido todo reflejo crítico en cuanto a la apocalíptica política exterior venezolana, y a nuestro parecer lo más grave, es que guarde Teodoro un preocupante respeto reverencial por el régimen castrista.  

En fin, triste realidad para un país, que además de estar sumido en un orden dictatorial, autocrático y militarista, haya quienes pretendan seguir haciendo política de espaldas a la realidad, a las necesidades y exigencias de todos los venezolanos.

 
 
 
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