Las
interpelaciones que ha venido realizando la Comisión de
Contraloría de la Asamblea, a través de las cuales se estaría
buscando determinar el monto que se embolsillaron los
funcionarios encargados de la construcción, en Barinas, del
Complejo Agropecuario Agroindustrial Azucarero Ezequiel Zamora,
no van a producir el resultado esperado por la opinión pública.
La
Comisión presidida por el mediocre diputado Pedro Carreño, es un
hecho, que en sí mismo nos muestra que estamos ante un proceso
manipulado, como parte de una fingida lucha anti-corrupción con
doble finalidad; una puramente electoral y otra de purga interna
dentro de las filas del bolifascismo.
Las
audiencias legislativas tienen como únicos protagonistas, a
militares chavistas y estos cual comparsas del sainete
anticorrupción, juegan el juego creyendo que no corren riesgo
alguno. La impunidad administrativa, les está garantizada por el
tridente bendice corruptos que conforman el TSJ, la Contraloría
y la Fiscalía, pero la confianza del líder máximo, en trance
electoral, no es una garantía seria.
Dos
millardos y medio de bolívares malversados, por unos “forjadores
de libertades” encargados de construir lo que a decir del
tambaleante presidente sería "el central azucarero más moderno
de América del Sur". Un fraude sin justificación que valga,
gritan desde los bleachers. Pero que nadie se llame a engaño,
bajo un régimen eminentemente propagandista, este tipo de
montajes valen para hacerse una falsa moral anticorrupción, un
excelente trapo rojo, que sirve para ocultar la
interminable purga dentro del mundo castrense, donde poco
importa que la corrupción haya crecido cual hiedra. Lo que le
interesa al comandante en jefe son los niveles de lealtad de sus
compañeros de armas, los cuales por cierto, siguen siendo los
únicos en capacidad de eyectarlo de Miraflores. En ese sentido,
la magnitud del escándalo del CAAEZ, es tan grande que podría
alcanzar al más místico de los generales de la revolución.
En fin, una jugada política y
propagandística muy parecida a la que en 1989 realizara Fidel
Castro en Cuba, con el juicio Ochoa-La Guardia.