En
una misma semana, el régimen de Hugo Chávez, recibió dos
alertas, emanadas ambas de una misma institución, la cual, tiene
entre otras características el hecho de gozar de gran respeto y
aceptación dentro del pueblo venezolano. Me refiero, al
documento final de la Conferencia Episcopal Venezolana y a la
homilía que leyera el Cardenal Castillo Lara el pasado sábado 14
de enero en Barquisimeto.
A
través de dichas declaraciones la Iglesia venezolana, por su
parte, describe la profunda crisis material y espiritual por la
que atraviesa nuestra nación. Al tiempo que, por su lado,
Castillo Lara hace públicas irrebatibles críticas, no escatima
en hacer señalamientos frontales y avizora el inminente peligro
que representa la instauración de una dictadura en el país.
¿Por
qué la Iglesia hace una tan clara lectura de la realidad
política venezolana?
Entre
otras razones, además de las espirituales, de la proclamación
del Evangelio y de la confianza que tienen en Dios, está el
hecho que en la actualidad, al frente de ésta milenaria
institución está Benedicto XVI, gran teólogo y reconocido
intelectual que actúa como un dogmático puro y duro. Además,
Ratzinger estuvo al frente de una dependencia en el Vaticano,
que es el equivalente al Ministerio de Interiores de cualquier
país, experiencia ésta que lo convirtió en un político de fino
olfato.
De
igual manera, en el ámbito de la geopolítica del Vaticano, por
cierto, mucho más estudiada y analizada que la geopolítica de
muchas potencias del planeta, se sabe que para los intereses
propios de la Iglesia; China y Europa son inmensos espacios
ocupados por sociedades seculares, y que los Estados Unidos y la
India, son gigantes religiosos, dentro de sociedades no
seculares, pero desarrolladas. ¿Entonces cuáles espacios quedan?
los subdesarrollados Africa, América Latina y una parte del
sudeste asiático. Una constatación, que a su vez explica el por
qué no fue nombrado Papa alguien originario de ese inmenso
sector subdesarrollado del planeta.
Dicho
esto, vemos como tanto la geopolítica del Vaticano y la realidad
política venezolana, están contenidas en el título del documento
de la Conferencia Episcopal: "Ser Luz del mundo y Sal de la
tierra en la Venezuela de hoy", así como en las palabras de
Castillo Lara, cuando señala lo desastroso que sería para
Venezuela la implantación de un régimen como el de Fidel
Castro.
Así
las cosas, en un dominio estrictamente terrenal como el de la
política, la contundencia del campanillazo que la Iglesia
venezolana acaba de darle al régimen fascista de Hugo Chávez,
muestra abiertamente que el mismo no fue producto de la
verborrea de algún monaguillo alzado y cabeza caliente, ni mucho
menos el discurso de lanzamiento de la candidatura de algún
frijolito de laboratorio.
De
igual forma, históricamente está comprobado que ese tipo de
mensajes, tienen un efecto enorme sobre la población y la
Iglesia con su milenaria experiencia sabe y le consta, que
dichos mensajes son más poderosos que cualquier misión populista
de esas multimillonarias en petrodólares.
En
conclusión, nos queda la interrogante de saber si nuestros
dirigentes políticos, tanto en el régimen como en la oposición,
habrán entendido el mensaje enviado por la Iglesia.