En política sólo triunfa quien pone la vela donde
sopla el aire;
jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela.
Antonio Machado
El
que se haya abstenido el 75% (según el CNE) del electorado en
las recientes elecciones parlamentarias, puso en evidencia, de
manera brutal el divorcio existente entre el país político y el
país nacional. Una desunión de la cual no solo es víctima el
régimen, sino que hasta horas antes del escrutinio los partidos
tradicionales parecían no darse por enterados.
Escenario que desde meses atrás veníamos señalando desde esta
humilde tribuna. Un contexto que crecía, conformado por la
inmensa mayoría de venezolanos que se oponen al régimen de Hugo
Chávez, dispuestos a no seguir participando en las farsas
electorales. Una tendencia que repetimos, no es ni antipolítica,
ni religiosa, sino laica-constitucional y así quedó demostrado
éste domingo 4 de diciembre.
Dicho esto, el 2005 finaliza en medio de un contexto político
completamente inesperado tanto en Miraflores como en La Habana.
De nada sirvieron las amenazas, insultos y pataleos del régimen
en su desesperada y costosa campaña electoral. En consecuencia,
se imponen nuevas medidas por parte del régimen para
reconquistar ese electorado hoy perdido e indispensable para las
elecciones presidenciales de diciembre del 2006.
Las
opciones son pocas, una de ellas sería el aumento exponencial e
inmediato del llamado ejército paralelo del régimen; al tiempo
que podría implementarse una salvaje campaña de estatización de
la banca y de demás empresas privadas, de tal manera que junto a
la milicia, se constituya un universo de electores cautivos,
derivado de un país compuesto mayoritariamente por soldados y
funcionarios públicos, tal y como es el caso en Corea del Norte,
Cuba y hasta hace poco Irak.
No
obstante, la implementación de ambas opciones lucen fáciles
desde La Habana, pero en Caracas tras el entierro del CNE, la
conformación de una Asamblea títere, el nuevo aire que están
tomando los partidos políticos y la indiscutible fuerza y
convicción de la Sociedad Civil, hacen que la tarea para los
fascistas que pernoctan en Miraflores luzca cuesta arriba.
De
momento, Hugo Chávez debilitado y sorprendido puede que decida
dejar atrás las hoy electoralmente improductivas misiones,
estilo Barrio Adentro, por cuanto las mismas no solo son fuente
de corrupción, sino que los beneficiarios a los ojos del líder
máximo, no son mas que unos malagradecidos que se abstuvieron de
votar.
Por
su parte la oposición, si bien concluye el 2005 fortalecida, el
camino que tiene por delante también es cuesta arriba. Los
líderes de los partidos tradicionales, buscan integrarse en ésta
nueva corriente abstencionista, la cual ha venido creciendo sin
la imagen de un capitán político. Así como también, ésta nueva
oposición deberá unirse en torno a una propuesta clara y sin
ambages, en especial ahora que su núcleo se ha depurado.
Así
las cosas, vienen 12 largos meses de campaña electoral que deben
servir entre otras cosas para que se reencuentren el país
político con el país nacional. Un período de tiempo donde las
fuerzas de oposición deberán ir avanzando paso a paso, unidas en
cuanto a los objetivos y claras en la propuesta, de manera de no
repetir los errores del pasado reciente.
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