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La caída del tirano - por Luis  DE LION
viernes, 7 enero 2005

 

 

Si se perdió la guerra, no importa que el pueblo perezca.
No cuenten conmigo, para derramar ni una sola lágrima.
El pueblo no lo merece.

Adolf Hitler, 1945

 

En septiembre pasado se estrenó en Alemania la película, “Der Untergang" (La Caída, español) del realizador Oliver Hirschbiegel, con la actuación de Bruno Ganz y Alexandra María Lara. Un film de 2 horas 30 minutos de duración, que relata lo sucedido entre el 20 de abril y el 2 de mayo de 1945, es decir los 12 días finales que vivió Hitler y sus cercanos colaboradores en el bunker ubicado en los jardines de la Cancillería en Berlín.

 

Todo un éxito de taquilla en Alemania, así como también una enorme polémica, por cuanto el excelente actor que es Bruno Ganz en su interpretación de Hitler, presenta a éste último como un personaje casi ordinario, un humano común y corriente. Algunos críticos hablan de la bestia humana.

 

En Francia, el film en cuestión de estrenó el pasado miércoles 5 de enero y luego de haberlo visto me atrevo a decir que se trata de una película lineal, dinámica, nada lírica, con mucha sangre, tripas, sesos, manos cortadas, con un excelente sonido e impactos visuales, propios de un film moderno, hecho con un alto presupuesto. “La caída” comienza y culmina con la imagen de la enamorada e inocente secretaria de Hitler, excelentemente bien interpretada por la actriz Alexandra María Lara. Numerosos cronistas cinematográficos critican el film, por cuanto consideran que el mismo tiene su centro de gravedad en la historia de una secretaria desconcertada por el crepúsculo de su sustituto paternal, en fin de su dios. En consecuencia el film en el fondo no sería mas que un melodrama, donde el realizador sin duda fascinado por Hitler voltea la cámara justo al momento en que éste se suicida junto a Eva Braum, y no se atreve a mostrarle al público la sangre del personaje principal. Hasta aquí el comentario estrictamente cinematográfico.

 

Desde el punto de vista histórico, el escándalo se alimenta del hecho que en el film se muestra tanto al pueblo alemán, así como a su ejército, generales incluidos, como unas simples víctimas. Un pedazo de historia contado de manera sobria pero muy simple. Ya que no se habla ni de los aliados, ni de los campos de concentración, ni de países invadidos. Sin embargo, “La Caída” le permite al público descubrir que Hitler no trabajaba solo, y en ese sentido se muestra en detalle cómo era la pareja Goebbels, cuyos 6 hijos llevaban todos nombres que comenzaban por la letra H, en honor a Hitler.

Así mismo, me parece positivo el hecho que el film exponga a Hitler como el hombre que tenía gran piedad consigo mismo, pero que era extremadamente cruel con el resto de la humanidad. Un Hitler patético, incoherente e incompetente; ésta última semblanza debe ayudar en especial a que los jóvenes neonazis comprendan que la proyección que ellos tienen de Hitler es irreal, que los afiches que estos jóvenes colocan en sus cuartos, así como los tatuajes que se hacen en el cuerpo, no muestran ni la miseria, ni la monstruosidad del personaje, al cual estúpida y oníricamente admiran, y en éste último particular “La Caída” hace un trabajo que podría ser de utilidad pedagógica.

 

Desde el punto de vista meramente social, muchos se preguntaran que sentido tiene seguir hoy 60 años mas tarde seguir debatiendo sobre el tema Hitler. No obstante, en Alemania se da la particularidad que los jóvenes no tienen grandes hábitos de lectura, pero sí acostumbran ir al cine, y la ocasión es ideal para que descubran el mal causado, además que “La Caída” es de las pocas producciones alemanas que se atreve a mostrar imágenes de la terrible destrucción que padeció Berlín.

 

Así las cosas, la película podría además de la polémica suscitada, establecer un puente entre esa Alemania que quiere pasar la página de la historia de Hitler con el pretexto que ya se sabe mucho sobre el tema del 3er. Reich, y la otra Alemania que se opone a olvidar por cuanto consideran que en la actualidad, un numero importante de ciudadanos alemanes es muy poco lo saben sobre el 3er. Reich.

En fin, “La Caída” es un film que no se limita solo al lado nacionalista e histórico, sino que le permite al público mirarse frente al espejo de las contradicciones propias de todos los seres humanos.

Así pues, descubrimos a un Hitler claustrofóbico y suicidiario, a través de una película que podría convertir a Hitler en un producto de consumo masivo, bajo el formato de complemento histórico. En todo caso, sobran las interrogantes en cuanto a si “La Caída” sería un film revisionista o negacionista.

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