( A Efraín Subero )
" De cuanto he
dejado escrito (...) se desprenderán
siempre – como en los árboles de otoño y como en el
tiempo de las viñas – las hojas amarillas que van a
morir
y las uvas que revivirán en el vino sagrado ".
Pablo Neruda |
El
próximo 2 de agosto, se cumplen exactamente 122 años del
nacimiento, en el valle de Caracas de un personaje singular. A
ratos glorioso, a ratos trágico.
Don Rómulo Gallegos.
Maestro de esos jóvenes que, en el devenir del siglo XX
venezolano, constituyeron la generación del 28, emblemática y
por lo que parece única. Mejor conocido por sus raigales
relatos, diseminados como gotas de fresca lluvia sobre la
literatura del patio, supo no sólo penetrar y plasmar la psique
del venezolano de todas las instancias y niveles, sino que logró
que sus personajes trascendieran como símbolos asibles,
sobreviviendo al autor desde las páginas borroneadas.
Sus personajes, perfectos
espejos del ayer y del presente, continúan debatiéndose, con sus
picardías, excesos, arbitrariedades, gestos nobles y
desinteresados. Con ese afán de justicia y de Paz. Quizás por
esta razón, por vernos retratados bella o feamente, sin falsas
piedades, en esas páginas, es que resulta difícil olvidar la
pluma y hechuras de Gallegos. De ese compatriota, que tal vez no
supo (cuando pudo) dar respuesta, a las quemantes exigencias
que, perentoriamente planteaban los personajes, esos pobladores
de sus historias.
He aquí, en palabras del propio escritor, algunas claves y
criterios que usó para esbozar y, pintar en ese lienzo que,
fueron sus relatos a los personajes que vio, sufrió y cató : " A
todos ellos – carne sufridora todavía o ya solamente nombres en
las tertulias de añoranzas bajo los techos de los caneyes- los
tengo en las predilecciones de mi afecto, a mis personajes
buenos….A Juan Primito con sus rebullones , tonto y bueno, lo
conocí en un pueblo de los Valles del Tuy. Y a los de contraria
índole: Mujiquita y Pernalete, Balbino Paiba y El Brujeador , me
los encontré en varios sitios de mi país, componiendo
personificaciones de la tragedia venezolana…por exigencias de mi
temperamento, yo no podía limitarme a una pintura de
singularidades individuales, que compusieran caracteres puros,
sino que necesitaba elegir mis personajes entre las criaturas
reales de mi país que, fuesen causas o hechuras del infortunio
de mi país…pintura de un desgraciado tiempo, no podían faltar ,
sin embargo en mi novela, Santos Luzardo y Marisela , de pura
invención novelística , pero con formas definidas en las
palpitaciones del corazón venezolano".
Como en aquel relato de García Márquez , del colombiano que pasa
años en Roma , con el cuerpo incorrupto de su pequeña hija,
buscando una santificación que no llega nunca y. convirtiéndose
por arte de su paciencia en el verdadero santo, Gallegos, a
fuerza de evidenciarnos en sus descripciones y diálogos, ha
terminado por ser el más inolvidable de sus personajes. Un
inolvidable y singular personaje.