En
Venezuela se viene observando un proceso incesante de
confiscación del patrimonio de los ahorristas por parte del
Gobierno Nacional, mediante el deterioro de las
remuneraciones reales que perciben quienes tienen parte de
su patrimonio depositado en la banca nacional. El ahorro se
define como aquella parte del ingreso percibido que no se
consume. Quienes devengan un ingreso por su trabajo o por
dividendos y optan por no consumir sino una parte, colocan
el excedente en el mercado financiero en la forma de
depósitos de ahorro y a plazo. De manera que a los fines de
este trabajo el ahorro lo constituirán los saldos monetarios
mantenidos en libretas de ahorro y certificados de depósitos
a plazo.
El ahorro se remunera con la tasa de
interés, que en el caso de Venezuela es fijada de manera
administrativa por el BCV de la siguiente manera: 6,5% para
los depósitos de ahorro y 10,0% para los certificados a
plazo, mientras que la tasa de inflación de situó en 15,5%
anual en octubre. Para un ahorrista es fundamental que la
tasa de interés que obtiene por las colocaciones de sus
fondos sea mayor o igual a la tasa de inflación porque de
otra manera el aumento de los precios se encargará de
desvalorizar el capital y los intereses devengados. Sin
embargo, para valorara adecuadamente la importancia de la
tasa de interés que percibe un ahorrista, es fundamental
ver, a parte del BCV, a otro actor de este juego: el
Gobierno quien cubre sus gastos parcialmente mediante la
emisión de deuda pública.
Actualmente, el Ministerio de Finanzas está
financiando la ejecución de parte del gasto público, con la
emisión de Bonos de la Deuda Pública (DPN) y Letras del
Tesoro (LT) por los cuales paga una tasa de interés de 6,0%
y 4,0%, respectivamente. Esos títulos de deuda son
adquiridos por el sistema bancario, con los ahorros del
público. De esta manera el público ahorrista está
financiando al Gobierno. El BCV ha optado por el camino de
facilitar el financiamiento del Gobierno, para lo cual ha
producido una caída significativa de las tasas de interés,
lo que se ha traducido en una demanda de crédito inusitada
por parte de quienes desean adquirir viviendas, vehículos,
divisas, compara productos de línea blanca y viajar al
exterior. Las tasas de interés sobre estos créditos oscilan
entre 9,0% para el financiamiento a las viviendas y 18% para
la adquisición de vehículos. La concesión de esos préstamos
a los ávidos consumidores es posible porque los ahorristas
todavía mantiene sus haberes en los bancos. De esta manera,
estos fondos de los depositantes que ingenuamente creen que
su dinero está devengando un interés razonable están
cubriendo las necesidades de financiamiento del Gobierno a
muy bajo costo, por cuanto la tasa de interés sobre los
títulos que emite es sustancialmente inferior a la tasa de
inflación. De esta forma, pierden los ahorristas por cuanto
la tasa de interés de sus colaciones es inferior a la tasa
de inflación (6,5% y 10,0% contra 15,5%) y gana el Gobierno
a quien el dinero que solicita en préstamo le sale gratis,
toda vez que al generar una tasa de inflación de 15,5% puede
pagar con facilidad una tasa de interés de apenas 6,0% o
4,0%. Estas tasas excepcionalmente bajas no las obtiene
ningún ciudadano o empresa que pide prestado en Venezuela.
Así, se está produciendo en Venezuela de manera silenciosa,
gradual, pero sostenida una transferencia masiva de recursos
desde el público ahorrista hacia un Gobierno voraz cuyo
gasto no pareciera tener límites y que utiliza para ese
propósito una política monetaria de corte expansionista de
un Banco Central de Venezuela a quien la independencia y el
mandato de abatir la inflación hace tiempo le quedó grande.
Uno de las consecuencias de esta situación
es que la ingenuidad está dando paso a la supervivencia y
muchos han comprendido que la depreciación de su patrimonio
no puede continuar y por ello están adquiriendo divisas en
el mercado paralelo, lo que se ha traducido en una
importante pérdida del valor del bolívar al ubicarse su
cotización en niveles cercanos a Bs./US$ 3.300, lo que ha
implicado una devaluación de aproximadamente 15,0% en los
últimos dos meses, no obstante la venta de divisas que
realiza el Gobierno y las transacciones de bonos argentinos
que se negocian en ese mercado. Ello sugiere que existe una
demanda insatisfecha por moneda extranjera que está
empujando al alza el tipo de cambio, parte de la cual
proviene de la preferencia de los ahorristas por el dólar.
Esta corrección del tipo de cambio retroalimenta las
presiones inflacionarias con lo cual los rendimientos reales
de los ahorristas se siguen deteriorando lo que impulsa la
compra de más divisas en una especie de círculo vicioso.
La cuantificación de la pérdida sufrida por
los ahorristas de Venezuela se cuantifica en el cuadro
anexo.
Cuadro
Pérdidas debido a la diferencia entre la tasa nominal de
interés sobre los ahorros y la tasa de inflación
|
Pérdida en millones de Bs. |
Pérdida en millones de US$ |
2002 |
1.073.329 |
925 |
2003 |
1.518.676 |
944 |
2004 |
1.704.421 |
904 |
2005 |
1.683.915 |
798 |
2006 (Octubre) |
5.980.341 |
2.782 |
Acumulado |
11.960.682 |
6.352 |
Cálculos de José Guerra, con base en las cifras del BCV .
La información sugiere que quienes mantenían
sus ahorros en el sistema financiero en Venezuela acusaron
una pérdida acumulada de Bs. 11.960.682 millones,
equivalente a US$ 6.352 millones, la cual significó ingresos
para el Gobierno, debido al monopolio que tiene de emitir
dinero y con ello generar inflación. Es muy probable que
esta expoliación a los ahorristas continúe de seguir el
aumento de los precios y si el BCV persiste en ser una
entidad al servicio del Gobierno en lugar ocuparse por
garantizar la preservación del valor de la moneda nacional.
Milton Friedman
El 16 de noviembre murió en la ciudad de San
Francisco, estado de California en Estados Unidos, uno de
los economistas más influyentes del siglo XX. Milton
Friedman recibió su doctorado en la Universidad de Columbia
y posteriormente se dedicó a la enseñanza en la Universidad
de Chicago donde forjó su pensamiento. Desde allí desafió el
planteamiento de Keynes sobre la intervención del Estado en
la economía, lo que igualmente lo llevó a polemizar con
profesores de otras universidades tales como el
Massachussets Institute of Technology o Harvard, influidas
en ese tiempo por el keynesianismo. La tesis de Friedman
según la cual la inflación es siempre y en todas parte un
fenómeno monetario, es el postulado esencial de monetarismo.
Fue galardonado con el Nóbel de Economía en 1976. Tres obras
monumentales de Friedman son de obligatoria lectura: Una
historia monetaria de Estados Unidos, escrito con Ann
Schwartz, Capitalismo y libertad y Libertad de
elegir con la colaboración de su esposa Rose Friedman.
La influencia de Friedman sobre los economistas chilenos que
dirigieron los asuntos monetarios cuando el Gobierno de
Pinochet fue decisiva aunque luego comentó que él repudiaba
la dictadura militar. Nadie puede negar el aporte de
Friedman a la economía moderna.
6 mil millones mas
El presidente Chávez ya oficializó, como
suele hacerlo, en un acto público, para presionar, su
solicitud para que el BCV le entregue US$ 6.000 millones
adicionales de las reservas internacionales. Legalmente ello
no es posible. ¿Las entregará el Directorio del BCV o hará
respetar la autonomía de instituto emisor? Con seguridad que
las entregará. Actualmente, de ese órgano Venezuela no puede
esperar otra cosa. Luego vendrá la pérdida en el ejercicio
financiero correspondiente y el consiguiente deterioro del
respaldo del bolívar. El Gobierno, con la complicidad del
Directorio del BCV está armado una bomba inflacionaria en
Venezuela que mientras más dinero le inyecte más fuerte será
el desenlace. Después se alarman porque la inflación no
baja. Y no puede bajar porque están aplicando una política
contra indicada en un entorno inflacionario: facilitar
recursos al fisco para que siga gastando moneda sin respaldo
en un entorno de recalentamiento de la economía. Por esta
razón el tipo de cambio del mercado paralelo seguirá
reflejando esa tendencia alcista que recientemente ha
mostrado.