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¿Murió la apertura petrolera?
por José Guerra  
viernes, 21 abril 2006

 

La apertura petrolera está viva. Venezuela, por la falta de inversión y la debilidad de PDVSA, necesita asociarse con las empresas extranjeras para producir petróleo. La propaganda no puede ocultar la realidad: hay una nueva fase de la apertura petrolera con las empresas mixtas. Tal vez sobresale una diferencia, la segregación política que aplica el Ministerio de Energía y Petróleo y PDVSA contra quienes laboraron en las compañías contratistas y en la propia PDVSA   

El modelo de empresas mixtas que impulsa PDVSA ha sido publicitado como una alternativa radical frente a lo que fueron los convenios operativos.  Ha sido una campaña mediática que la chequera de PDVSA permite financiar para hacer creer que se ha producido un cambio fundamental de las relaciones entre las empresas extranjeras y la estatal petrolera.  

Llama poderosamente la atención que después de siete años en el gobierno se haya decidido eliminar los convenios operativos al declararlos contarios al interés nacional e ilegales. Ello ha sucedido después que el presidente Chávez en sus continuos  viajes por el mundo cortejaba a las compañías petroleras para que invirtieran en Venezuela. No cuestionaba la validez de esos contratos ni proponía lo que ahora se llama empresas mixtas. Era obvio porque al gobierno le interesaba que las empresas siguieran realizando sus inversiones y produciendo los barriles que PDVSA no podía extraer.  

Los convenios 

Los convenios operativos fueron unos contratos firmados por PDVSA y compañía petroleras con el objeto de reactivar y desarrollar campos petroleros inactivos o de poca actividad.  Mediante esos acuerdos Venezuela conservaba la propiedad de los hidrocarburos y de los activos utilizados en la explotación de los campos petroleros. Se realizaron tres rondas, mediante licitación, y una adjudicación directa para un total de treinta y cuatro (34) convenios. La filosofía que orientó la suscripción de esos contratos fue un servicio de operación mediante el cual la empresa contratista realiza, a su riesgo y costo, por cuenta de PDVSA la explotación comercial de esos campos. La producción se entregaba a PDVSA quien pagaba a determinado precio los volúmenes de crudos producidos. La duración de los contratos se estipulaba en veinte (20) años. 

El hecho cierto es que mediante los convenios Venezuela logró levantar la producción petrolera toda vez que esos acuerdos permitieron producir hasta un estimado de 510.000 barriles diarios de petróleo, los cuales compensaron las carencias productivas de una industria estatal con reservas declinantes y con signos evidentes de falta de inversión. El gran cuestionamiento a los convenios guarda relación con el régimen fiscal aplicado y con la valoración del petróleo producido. En efecto, los convenios pagaban un impuesto sobre la renta de 34,0%, como cualquier actividad económica, cancelando un regalía mínima, lo que significaba un sacrificio fiscal para Venezuela. En parte ello se explica por el hecho de que al firmarse los convenios los precios del petróleo estaban en niveles excepcionalmente bajos (US$/b  12) de manera tal que la imposición de una regalía igual a la de otros campos (16,67%) hacía financieramente inviable la explotación de las áreas asignadas. Ello es así porque la regalía se aplica al volumen de producción independientemente de los costos,  a diferencia del impuesto sobre la renta  que se paga con base en los costos de producción efectivos. Cuando los precios del petróleo han escalado casi cincuenta (50) dólares  es muy fácil  decir que los convenios implicaron una pérdida para Venezuela. Si ese era el caso ¿por qué no los derogaron desde 1999 cuando Hugo Chávez llegó a la presidencia y contó con tres leyes habilitantes? 

Las empresas mixtas 

Si algo caracteriza al gobierno de Venezuela es una cruzada propagandística incesante que intenta presentar cambios fundamentales donde lo que hay son modificaciones cosméticas. Con toda la rimbombancia del caso, el ministro de Energía y Petróleo concurrió ante la Asamblea Nacional a leer un discurso que le fue preparado, donde anunció la extremaunción de la apertura petrolera y conformación de las empresas mixtas como su sustituto. Conviene recordar que cuando se discutió en 1975 el futuro de la explotación petrolera ante la inminencia da la nacionalización del petróleo, la consigna que guió a quienes ahora gobiernan fue “nacionalización sin empresas mixtas”. Esos sujetos hoy están silenciados por los cargos que ocupan. 

El proyecto de empresas mixtas que propone este gobierno es una nueva modalidad de apertura petrolera. Al igual que los convenios, el Estado conserva la propiedad del recurso pero ahora PDVSA deberá hacer un aporte de capital para el establecimiento de esas empresas, que anteriormente  no realizaba, toda vez que  PDVSA tendrá un mínimo de 60% de las acciones de dichas empresas. El acuerdo fiscal contempla un pago de regalía de 30% y una tasa de impuesto sobre la renta de 50%. Toda la producción de las empresas mixtas deberá ser vendida a PDVSA, como ocurría con los convenios operativos. Así, como sucedía cuando regían los convenios, toda la comercialización del petróleo la realiza PDVSA. 

La sombra de Carlos Andrés Pérez no deja respirar a Hugo Chávez. La comisión que  en 1975 redactó el primer proyecto de ley de la nacionalización petrolera obvió cualquier posibilidad de conformación de empresas mixtas para la explotación o comercialización del petróleo una vez que Venezuela se hiciese cargo del negocio petrolero. Así rezaba en la Exposición de Motivos de ese ante proyecto de ley: “…está totalmente descartada la posibilidad de crear empresas mixtas o de participación para la realización de las actividades reservadas, pero ello no excluye la celebración de convenios con empresas privadas  para la ejecución de determinadas obras o servicios…”. Ello fue objeto de cuestionamiento por parte del gobierno de Pérez quien propuso la siguientes redacción: “El Estado ejercerá las actividades señalas en el artículo primero en la presente ley directamente por el Ejecutivo Nacional  o por entes de su propiedad (…). En casos especiales y cuando convenga al interés público, el Ejecutivo Nacional  o los referidos entes podrán (…) celebrar convenios de asociación con entes privados, con una participación tal que garantice el control por parte del Estado  y con una duración determinada”.  

Alguien que ingenuamente lea ese párrafo no sabría distinguir a que lapso corresponde, si a 1975 o a 2006. Estas compañías que actualmente propone el gobierno se basan en la propuesta formulada por Carlos Andrés Pérez en 1975: el Estado tiene control accionario con una participación de al menos 60% y las compañías durarán veinte (20) años. Atrás quedó el bolchevismo verbal y la retórica grandilocuente. La apertura petrolera murió y reencarnó el mismo día con las empresas mixtas pero con una modalidad: el apartheid que utiliza la directiva de PDVSA y el Ministerio de Energía y Petróleo contra quienes trabajaron en los convenios y en PDVSA.  Con esta discriminación política, Rafael Ramírez y los directivos de PDVSA y del Ministerio de Energía y Petróleo ya tienen su puesto reservado, al lado de Luis Tascón, en la historia petrolera venezolana como segregacionistas al privar a Venezuela recursos humanos valiosos para el desarrollo de la todavía principal industria nacional.

Protestas en Francia

La V República Francesa, fundada por el general Charles de Gaulle, está siendo sacudida por protestas estudiantiles y sindicales que mantienen en jaque al gobierno de Chirac. La propuesta del contrato de primer empleo para los menores de veintiséis años, con la cual se intenta flexibilizar el rígido mercado laboral francés,  ha propiciado protestas masivas. En el fondo de toda la conmoción subsiste la negativa de los franceses de ceder logros alcanzados por un Estado benefactor que ahora no tiene como garantizar beneficios laborales que cuestionan la capacidad de Francia de competir en la economía mundial y ahora enfrenta a rivales de mucho peso en un mundo global. Francia mantiene una elevada tasa de desempleo que se hace onerosa debido a los costos del seguro de desempleo.  Para que la producción de Francia compita en la economía mundial sus productos no solamente deben conservar la calidad que ya tienen sino también abaratarse, toda vez que en los Estados Unidos, China e India se elaboran esos bienes a menor costo y de igual calidad. La crisis francesa también ha puesto de manifiesto la pugnacidad entre el primer ministro Villepan y el ministro del interior Zarkosy en una disputa que tiene paralizado al gobierno. 

Reunión del BID

Concluyó la reunión anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con un cambio importante en su estrategia. Este organismo financiero va a focalizar buena parte de sus recursos a apoyar al sector público y  privado en la construcción de infraestructura. El BID establece que el 10% de sus recursos puede ser prestado al sector privado pero en los hechos los créditos no se concretan, hasta el punto de que apenas un tercio de ese monto se ha desembolsado. Con las inversiones previstas en infraestructura se intenta apoyar la gestión de los gobiernos estadales y municipales. Un punto sobre el cual no se logró un acuerdo fue en relación con la propuesta impulsada por el gobierno de los Estados Unidos para que el BID condone la deuda que por US$ 3.500 millones mantiene los países mas pobres de la región,  Bolivia, Guyana, Honduras, Nicaragua y Haití. La objeción fundamental estriba en los aportes que los países tienen que dar al Banco para compensar los fondos objetos de la condonación.  

 
 
 
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