La apertura
petrolera está viva. Venezuela, por la falta de inversión y
la debilidad de PDVSA, necesita asociarse con las empresas
extranjeras para producir petróleo. La propaganda no puede
ocultar la realidad: hay una nueva fase de la apertura
petrolera con las empresas mixtas. Tal vez sobresale una
diferencia, la segregación política que aplica el Ministerio
de Energía y Petróleo y PDVSA contra quienes laboraron en
las compañías contratistas y en la propia PDVSA
El modelo de empresas mixtas que impulsa
PDVSA ha sido publicitado como una alternativa radical
frente a lo que fueron los convenios operativos. Ha sido
una campaña mediática que la chequera de PDVSA permite
financiar para hacer creer que se ha producido un cambio
fundamental de las relaciones entre las empresas extranjeras
y la estatal petrolera.
Llama poderosamente la atención que después
de siete años en el gobierno se haya decidido eliminar los
convenios operativos al declararlos contarios al interés
nacional e ilegales. Ello ha sucedido después que el
presidente Chávez en sus continuos viajes por el mundo
cortejaba a las compañías petroleras para que invirtieran en
Venezuela. No cuestionaba la validez de esos contratos ni
proponía lo que ahora se llama empresas mixtas. Era obvio
porque al gobierno le interesaba que las empresas siguieran
realizando sus inversiones y produciendo los barriles que
PDVSA no podía extraer.
Los convenios
Los convenios operativos fueron unos
contratos firmados por PDVSA y compañía petroleras con el
objeto de reactivar y desarrollar campos petroleros
inactivos o de poca actividad. Mediante esos acuerdos
Venezuela conservaba la propiedad de los hidrocarburos y de
los activos utilizados en la explotación de los campos
petroleros. Se realizaron tres rondas, mediante licitación,
y una adjudicación directa para un total de treinta y cuatro
(34) convenios. La filosofía que orientó la suscripción de
esos contratos fue un servicio de operación mediante el cual
la empresa contratista realiza, a su riesgo y costo, por
cuenta de PDVSA la explotación comercial de esos campos. La
producción se entregaba a PDVSA quien pagaba a determinado
precio los volúmenes de crudos producidos. La duración de
los contratos se estipulaba en veinte (20) años.
El hecho cierto es que mediante los
convenios Venezuela logró levantar la producción petrolera
toda vez que esos acuerdos permitieron producir hasta un
estimado de 510.000 barriles diarios de petróleo, los cuales
compensaron las carencias productivas de una industria
estatal con reservas declinantes y con signos evidentes de
falta de inversión. El gran cuestionamiento a los convenios
guarda relación con el régimen fiscal aplicado y con la
valoración del petróleo producido. En efecto, los convenios
pagaban un impuesto sobre la renta de 34,0%, como cualquier
actividad económica, cancelando un regalía mínima, lo que
significaba un sacrificio fiscal para Venezuela. En parte
ello se explica por el hecho de que al firmarse los
convenios los precios del petróleo estaban en niveles
excepcionalmente bajos (US$/b 12) de manera tal que la
imposición de una regalía igual a la de otros campos
(16,67%) hacía financieramente inviable la explotación de
las áreas asignadas. Ello es así porque la regalía se aplica
al volumen de producción independientemente de los costos,
a diferencia del impuesto sobre la renta que se paga con
base en los costos de producción efectivos. Cuando los
precios del petróleo han escalado casi cincuenta (50)
dólares es muy fácil decir que los convenios implicaron
una pérdida para Venezuela. Si ese era el caso ¿por qué no
los derogaron desde 1999 cuando Hugo Chávez llegó a la
presidencia y contó con tres leyes habilitantes?
Las empresas mixtas
Si algo caracteriza al gobierno de Venezuela
es una cruzada propagandística incesante que intenta
presentar cambios fundamentales donde lo que hay son
modificaciones cosméticas. Con toda la rimbombancia del
caso, el ministro de Energía y Petróleo concurrió ante la
Asamblea Nacional a leer un discurso que le fue preparado,
donde anunció la extremaunción de la apertura petrolera y
conformación de las empresas mixtas como su sustituto.
Conviene recordar que cuando se discutió en 1975 el futuro
de la explotación petrolera ante la inminencia da la
nacionalización del petróleo, la consigna que guió a quienes
ahora gobiernan fue “nacionalización sin empresas mixtas”.
Esos sujetos hoy están silenciados por los cargos que
ocupan.
El proyecto de empresas mixtas que propone
este gobierno es una nueva modalidad de apertura petrolera.
Al igual que los convenios, el Estado conserva la propiedad
del recurso pero ahora PDVSA deberá hacer un aporte de
capital para el establecimiento de esas empresas, que
anteriormente no realizaba, toda vez que PDVSA tendrá un
mínimo de 60% de las acciones de dichas empresas. El acuerdo
fiscal contempla un pago de regalía de 30% y una tasa de
impuesto sobre la renta de 50%. Toda la producción de las
empresas mixtas deberá ser vendida a PDVSA, como ocurría con
los convenios operativos. Así, como sucedía cuando regían
los convenios, toda la comercialización del petróleo la
realiza PDVSA.
La sombra de Carlos Andrés Pérez no deja
respirar a Hugo Chávez. La comisión que en 1975 redactó el
primer proyecto de ley de la nacionalización petrolera obvió
cualquier posibilidad de conformación de empresas mixtas
para la explotación o comercialización del petróleo una vez
que Venezuela se hiciese cargo del negocio petrolero. Así
rezaba en la Exposición de Motivos de ese ante proyecto de
ley: “…está totalmente descartada la posibilidad de crear
empresas mixtas o de participación para la realización de
las actividades reservadas, pero ello no excluye la
celebración de convenios con empresas privadas para la
ejecución de determinadas obras o servicios…”. Ello fue
objeto de cuestionamiento por parte del gobierno de Pérez
quien propuso la siguientes redacción: “El Estado ejercerá
las actividades señalas en el artículo primero en la
presente ley directamente por el Ejecutivo Nacional o por
entes de su propiedad (…). En casos especiales y cuando
convenga al interés público, el Ejecutivo Nacional o los
referidos entes podrán (…) celebrar convenios de asociación
con entes privados, con una participación tal que garantice
el control por parte del Estado y con una duración
determinada”.
Alguien que ingenuamente lea ese párrafo no
sabría distinguir a que lapso corresponde, si a 1975 o a
2006. Estas compañías que actualmente propone el gobierno se
basan en la propuesta formulada por Carlos Andrés Pérez en
1975: el Estado tiene control accionario con una
participación de al menos 60% y las compañías durarán veinte
(20) años. Atrás quedó el bolchevismo verbal y la retórica
grandilocuente. La apertura petrolera murió y reencarnó el
mismo día con las empresas mixtas pero con una modalidad: el
apartheid que utiliza la directiva de PDVSA y el Ministerio
de Energía y Petróleo contra quienes trabajaron en los
convenios y en PDVSA. Con esta discriminación política,
Rafael Ramírez y los directivos de PDVSA y del Ministerio de
Energía y Petróleo ya tienen su puesto reservado, al lado de
Luis Tascón, en la historia petrolera venezolana como
segregacionistas al privar a Venezuela recursos humanos
valiosos para el desarrollo de la todavía principal
industria nacional.
Protestas en
Francia
La V República Francesa, fundada por el
general Charles de Gaulle, está siendo sacudida por
protestas estudiantiles y sindicales que mantienen en jaque
al gobierno de Chirac. La propuesta del contrato de primer
empleo para los menores de veintiséis años, con la cual se
intenta flexibilizar el rígido mercado laboral francés, ha
propiciado protestas masivas. En el fondo de toda la
conmoción subsiste la negativa de los franceses de ceder
logros alcanzados por un Estado benefactor que ahora no
tiene como garantizar beneficios laborales que cuestionan la
capacidad de Francia de competir en la economía mundial y
ahora enfrenta a rivales de mucho peso en un mundo global.
Francia mantiene una elevada tasa de desempleo que se hace
onerosa debido a los costos del seguro de desempleo. Para
que la producción de Francia compita en la economía mundial
sus productos no solamente deben conservar la calidad que ya
tienen sino también abaratarse, toda vez que en los Estados
Unidos, China e India se elaboran esos bienes a menor costo
y de igual calidad. La crisis francesa también ha puesto de
manifiesto la pugnacidad entre el primer ministro Villepan y
el ministro del interior Zarkosy en una disputa que tiene
paralizado al gobierno.
Reunión del
BID
Concluyó la reunión anual del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) con un cambio importante
en su estrategia. Este organismo financiero va a focalizar
buena parte de sus recursos a apoyar al sector público y
privado en la construcción de infraestructura. El BID
establece que el 10% de sus recursos puede ser prestado al
sector privado pero en los hechos los créditos no se
concretan, hasta el punto de que apenas un tercio de ese
monto se ha desembolsado. Con las inversiones previstas en
infraestructura se intenta apoyar la gestión de los
gobiernos estadales y municipales. Un punto sobre el cual no
se logró un acuerdo fue en relación con la propuesta
impulsada por el gobierno de los Estados Unidos para que el
BID condone la deuda que por US$ 3.500 millones mantiene los
países mas pobres de la región, Bolivia, Guyana, Honduras,
Nicaragua y Haití. La objeción fundamental estriba en los
aportes que los países tienen que dar al Banco para
compensar los fondos objetos de la condonación.