A
la tercera va la vencida. Después de dos intentos fallidos
en 1996 y 2001, el Gobierno se decidió a ejecutar la
medida. Es un hecho, Venezuela va a realizar una reforma
monetaria con el objeto de quitarle tres ceros al bolívar.
De esta manera lo que hoy cuesta mil bolívares pasará a
costar un bolívar y quien gane un millón de bolívares
ganará mil bolívares. Ello es así porque decisión de
presidente Chávez y eso no se puede contravenir. Los
argumentos que justifican la medida provienen de los
ministros del área económica y de algunos parlamentarios
quienes piensan que están dadas las condiciones en
Venezuela para dicha reforma. Que la proposición haya
surgido del Ministerio de Finanzas sugiere que tiene el
respaldo presidencial. Seguramente ahora el Directorio del
BCV le tocará emitir su opinión sobre el tema.
El argumento
Parte de las razones que
esgrimen los voceros oficiales son de este tenor. Rodrigo
Cabezas presidente de la Comisión de Finanzas de la
Asamblea Nacional argumenta que “La reforma monetaria no
es sólo eliminarle ceros a la moneda como han dicho
algunos opositores, sería acompañada de una política
fiscal adecuada, tasas de interés en concordancia,
consolidación del crecimiento económico y un ajuste de la
política comercial para tener control del movimiento de
las importaciones y evitar fuga de capitales, así como una
nueva política laboral". “La lista de objetivos a alcanzar
incluye un nuevo bolívar que mantenga su valor e inflación
de 3% anual”. Lo que no especifica el diputado Cabezas es
que entiende él por “una política fiscal adecuada”, porque
la que ha seguido el Gobierno de Venezuela hasta el
presente es insostenible, toda vez que en medio de un auge
sin precedentes de los precios del petróleo las cuentas
fiscales están en rojo al tiempo que ha aumentado
significativamente el endeudamiento público.
En lo relativo a que una reforma monetaria en si misma
contribuye a la disminución de la inflación, ello carece
de sustento conceptual y estadístico por cuanto no es lo
mismo una reducción del nivel de los precios que una
declinación del ritmo al cual aumenta el nivel de los
precios, que es precisamente la medida de la inflación.
Para que Venezuela pueda registrar tasas de inflación de
un dígito es necesario que el financiamiento del gasto no
recurra a emisiones monetarias del BCV que no tengan
respaldo en divisas. Pero es que la naturaleza de la
creación de dinero en Venezuela por parte del BCV, por la
monetización del ingreso petrolero es una fuerza
permanente que empuja los precios al alza. Hay que
insistir en que Venezuela la inflación está reprimida por
los controles de precios y de cambio, y falta mucho
trabajo todavía para abatirla.
Pero si la valoración anteriormente expuesta sobre la
economía venezolana fuese insuficiente el diputado Cabezas
soltó esta perla: “Los problemas macroeconómicos ya no
existen, de tal forma que las condiciones para implementar
la reforma están presentes. Las fortalezas de la economía
y la sociedad hacen posible esta cirugía. Hemos instalado
un proceso de desaceleración de la inflación mediante el
crecimiento de la producción y de la productividad. Ha
bajado la vulnerabilidad externa, la deuda total podría
cerrar esta década en tan sólo 20% del PIB, el país cuenta
con fortaleza por el ingreso petrolero y vamos a tener
crecimiento a una tasa de 5% del PIB de forma sostenida".
Un solo comentario merece esta afirmación: por una parte,
los problemas macroeconómicos existen en todas las
economías y seguirán existiendo, por ello es que Venezuela
mantiene una economía totalmente controlada. Por la otra,
actualmente el sector externo de la economía venezolana es
más vulnerable que en el pasado reciente, para ello basta
observar la ampliación del déficit de la cuenta comercial
no petrolera.
¿Qué dice el BCV?
Aunque falta conocer la
opinión oficial del BCV, ya el Dr. Maza Zavala adelantó
que faltan condiciones para la aplicación de una reforma
monetaria: “Todavía estamos en proceso de lograr que el
crecimiento económico sea estable y continuo, todavía
estamos en lucha contra la inflación, hay tantas cosas
pendientes todavía que tomar una medida de esta naturaleza
en este momento me parece que sería inoportuno, tendría
que estabilizarse una política fiscal bien equilibrada”.
Sin embargo, la experiencia indica que la opinión del BCV
sigue los dictados emanados del Gobierno y que estas
opiniones razonables son el ritual para que luego se
cumpla la orden impartida desde Miraflores. Así ocurrió
con el tema de las utilidades cambiarias y con el traspaso
de las divisas al Fonden amagos de autonomía para luego
ceder ante el Ejecutivo de forma lastimosa.
Un análisis más cuidadoso de la propuesta de reforma
monetaria pone de manifiesto que el principal objetivo es
electoral, al procurar transmitir al público sensación de
fortaleza de la economía y que el bolívar se ha revaluado.
Nada garantiza que esta reforma monetaria diseñada de
forma apresurada, sin los estudios técnicos adecuados,
solamente con fines políticos de corto plazo va a tener
los resultados que esperan las autoridades. Conviene
recordar que los fracasos de las reformas monetarias de
Argentina con el Plan Austral en 1985 y en Brasil 1986 y
1988 con los Planes Cruzado y Cruceiro se debieron a la
falta de ajuste fiscal que propició devaluaciones de los
nuevos signos monetarios. Fallaron porque carecieron de lo
que hoy adolece Venezuela: equilibrio de sus cuentas
fiscales y eso no se compra exclusivamente con petróleo.
Subida de tasas
El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE),
acordó la semana pasada un aumento de la tasa de interés
utilizada en sus operaciones de mercado abierto. Esta tasa
funge como referencia de las tasas del mercado financiero
europeo. Con esa medida la tasa de interés de las
operaciones monetarias se sitúa en 2,75%. Ese aumento se
registra en un contexto de caídas significativas de las
bolsas de valores del mundo, como resultado de una medida
similar adoptada por el Banco Central de los Estados
Unidos. Ya el presidente de este banco, Ben Bernanke,
había indicado que seguirán subidas de los tipos de
interés y, en consecuencia, un encarecimiento del
financiamiento con el objeto de prevenir la agudización de
las tensiones inflacionarias que se asoman en los Estados
Unidos. También el alza de las tasas en los Estados Unidos
podría moderar la depreciación del dólar respecto al euro,
política que le ha permitido a los Estados Unidos
atemperar su déficit exterior y estimular su crecimiento
económico.
El balance de Fonden
En un país democrático donde la hacienda pública se maneja
no como una pulpería personal sino con criterios de
Estado, no ocurriría lo que pasa con el Fondo de
Desarrollo Nacional (Fonden). Con la reforma de la Ley del
BCV, se obligo al ente emisor a traspasar a ese fondo US$
10.200 millones más los aportes de PDVSA, con lo cual esa
institución mantiene más de US$ 13.000 millones. Hasta
ahora las autoridades del fondo no han informado en qué se
está invirtiendo montos tan elevados de dinero público. La
opacidad administrativa es la norma de este Gobierno, bajo
la cual pueden esconderse irregularidades administrativas
como el desvío de recursos y la malversación. Ni siquiera
la Asamblea Nacional ha solicitado que el Ministerio de
Finanzas la presentación de las cuentas. Y no lo va a ser
porque en realidad Fonden funciona como un presupuesto
paralelo a la disposición del Presidente de la República,
sin que tenga que presentar los resultados del manejo de
esos recursos.
La corrupción permitida
Es un dicho popular: así paga el diablo a quien bien le
sirve. El magistrado Luis Velásquez Alvaray impulsó la
aprobación de la reforma de la Ley del TSJ y además había
planteado que el presidente Chávez fuese presidente
vitalcito de Venezuela. En un intento por salvarse habla
del chavismo sin Chávez, como para que lo perdonara el
jefe. Pero en su caída develó la podredumbre del Poder
Judicial y la influencia de ciertos personajes que se han
enriquecido a costa de patrimonio público. Sucede que el
Consejo Moral Republicano lo condenó por el caso de Ciudad
Lebrún, debido a adquisiciones sin licitación. Los montos
involucrados en esa operación son una propina con relación
a los de la deuda pública nacional contraída por Venezuela
entre 2004 y 2005, sin ninguna justificación y que
causaron un daño al patrimonio nacional de más de Bs. 500
millardos. Tampoco se indaga sobre las adjudicaciones
directas de deuda pública a ciertos bancos en el pasado o
los negocios con ciertas casas bursátiles. Pero eso no se
investiga debido a la “calidad” de los involucrados. Pero
ello se habla en Venezuela de la corrupción permitida.