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El BCV: un banco central débil
por José Guerra  
miércoles, 4 octubre 2006

 

Dos economistas, David Backus y John Driffill, argumentan que hay dos tipos de bancos centrales: los fuertes y los débiles. Los fuertes son aquellos que tienen como objeto fundamental el control de la inflación, en tanto que los débiles son los que juegan con la inflación con el propósito de estimular la actividad económica y por tanto en lugar de estabilidad propician inestabilidad. Bancos centrales fuertes serían el Banco Central Europeo o el Banco Central de Chile. El Banco Central de Venezuela es un banco central débil.  Uno de los elementos fundamentales de la banca central moderna consiste en la definición precisa del objetivo del banco central, centrado éste en la estabilidad de los precios como norma básica. Para ello, se establece un banco central independiente, se le dota de los instrumentos para que puedan cumplir su tarea y además se nombran a unas autoridades para que ejecuten el sagrado papel de velar por el valor de la moneda, es decir, mantener a raya la inflación. 

Aunque la Ley del BCV en cierta medida fija la estabilidad de precios como su objetivo esencial, en los hechos al banco central se le presiona constantemente para que se desvíe de su misión, como ocurrió cuando la solicitud del presidente Chávez para que el BCV le entregase un millardo de dólares de las reservas internacionales. Hugo Chávez ha sido explícito al decir que ya no cree en la independencia del BCV. Como es conocido, las autoridades monetarias no aguantaron un round y en lugar de un millardo entregaron diez millardos de dólares al gobierno y ahora deben cargar con las reiteradas pérdidas reflejadas en los estados financieros del instituto al tiempo que están desconcertados con el aumento de la inflación que, según algunos de ellos, los sorprendió.  

Otra de las características de los bancos centrales modernos es la autonomía para utilizar los instrumentos de política monetaria para regular la liquidez y el crédito y por esa vía, incidir sobre la inflación. En el caso del BCV, cada vez que se plantea cambios en la tasa de interés, la medida debe tener el visto bueno del gobierno, de lo contrario se pospone la decisión. Debido a sus indefiniciones, lo que se ha observado recientemente es que el BCV está utilizando instrumentos de política monetaria premodernos, como el caso del encaje legal, cuyo uso sistemático ha sido descartado hace algún tiempo por los bancos centrales, debido a sus efectos distorsionantes, tales como el aumento del margen entre las tasas de interés activas y pasivas.  Las acciones que últimamente ha emprendido el BCV son confusas y de difícil lectura por parte del mercado y de los agentes financieros, por ello, entre otras cosas, es que no son efectivas. 

Nadie, fuera del BCV, conoce a ciencia cierta cuáles son las variables instrumental y operativa que utiliza el BCV para la instrumentación de la política monetaria, si es que ésta se puede aplicar en los actuales momentos en Venezuela. Ello remite directamente al tema de la falta de transparencia con la cual se llevan a cabo las decisiones del BCV. Así, en Venezuela no se publica el programa monetario, herramienta esencial que sirve de referencia para el seguimiento de las metas que en determinadas coyuntura establece la autoridad monetaria. 

De manera similar, la directiva del BCV no se comunica institucionalmente con la sociedad, sino mediante voceros oficiosos que un día dicen una cosa y al día siguiente otra radicalmente diferente. Cuando lo hacen es de manera oportunista, para agradar al Presidente de la República. Al reportar el crecimiento de la economía durante el primer semestre de 2006 no se ahorraron calificativos al utilizar expresiones como “sostenido”, “equilibrado”, “armónico”, entre otros. Sin embrago, acerca del aumento de la tasa de inflación y el casi seguro incumplimiento de la meta de inflación pautada entre 10% y 12%, no le han explicado al país las causas de ese desvío y las políticas que instrumentarían para hacer que la inflación  disminuya. Ello ha minado lo poco que restaba de credibilidad en las autoridades monetarias de Venezuela. A esto se suma la insistencia en continuar financiando el déficit fiscal mediante la generación de liquidez, lo cual crea un círculo vicioso por el desequilibrio que ocasiona en los resultados financieros del instituto emisor. Un conjunto de indicadores presentados en el cuadro adjunto permite dejar sentado el estado de debilidad del Banco Central de Venezuela. 

En consecuencia, una política económica que en Venezuela procure abatir la inflación y con ello restablecer el valor de la moneda pasa obligatoriamente por el rescate del BCV, y librarlo de un manejo al servicio del gobierno para que actúe en función de los intereses de la sociedad venezolana.   
 

Cuadro
Cuestionario sobre la actuación del BCV

1. ¿Cumplen las autoridades del BCV con el mandato de estabilizar la inflación?

NO

2. ¿Hace público el BCV de manera institucional su preocupación por la inflación?

NO

3. ¿Son coherentes y consistentes las declaraciones de directores del BCV?

NO

4. ¿Tiene el BCV actualmente independencia para usar los instrumentos de política monetaria?

 NO

5. ¿Financia el BCV el déficit fiscal?

SI

 

Benedicto XVI habló 

Ningún papa habla sin estar seguro de lo que dice. Aquí no hay palabras sueltas. Citó Ratzinger en Baviera lo que le afirmó el emperador bizantino Manuel Paleólogo en 1391 a un teólogo musulmán: “Muéstreme lo nuevo que ha traído Mahoma y ahí encontrarás cosas malas e inhumanas, como haber ordenado difundir con la espada la fe que predica. A Dios no le gusta la sangre”.  Y es verdad, ninguna religión debe fundarse en el acto de matar y de vanagloriarse con la muerte de quines no profesan esa fe. Después de las caricaturas sobre Mahoma publicadas originalmente en un diario de Dinamarca en 2005 y luego editadas a la largo de Europa, estalló la reacción de los seguidores del Islam, quienes provocaron refriegas para vengar la afrenta. Lo cierto es que el mundo vive una especie de chantaje porque hay que tener cuidado con lo que se dice para no herir la epidermis de los países donde gobierna la teocracia musulmana. El rumbo que está adquiriendo el asunto religioso sugiere que ahora o después se van a volver a encontrar en los campos de batalla los creyentes en un ser trascendental.  En una sociedad abierta y libre no puede haber tabú para hablar de cualquier tema, así sea acerca de quien creó el universo y a nosotros también.   

Disminuye la demanda de petróleo

La OPEP ha corregido hacia la baja en 150.000 barriles diarios su pronóstico sobre el crecimiento anual de la demanda mundial de crudo para 2006, lo que representa un modesto aumento de 1,38% más que en 2005. Según el cartel, la economía mundial ha venido desacelerándose, lo que presionará aún más hacia la baja de los precios.
El crecimiento de la demanda mundial de petróleo se concentra en China, 92,0% del total. El hecho es que los Estados Unidos parecieran que están disminuyendo su consumo de petróleo debido a la fuerte subida que éstos están experimentando. Recientemente se ha observado una disminución de los precios, la cual en Venezuela se ha expresado en una reducción de la cotización de la cesta petrolera de US$/b 6,0 en las últimas dos semanas. En un contexto de déficit fiscal ello puede augurar dificultades para que el gobierno continúe financiando el vertiginoso ritmo del gasto por vías ordinarias.

 

 
 
 
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